Pablo es claro al usar este grito de batalla, dirigiéndolo a la iglesia. Su consejo no es para creyentes individuales, sino más bien para la iglesia en general. Los verbos y sustantivos griegos usados en Efesios 6:10-13 son plurales, es decir, más de uno. Ya sea que esté hablando con “mis hermanos”, “ustedes” o “nosotros”, la idea es innegable de que está hablando de más de un soldado de Cristo. Su deseo es un ejército unificado, del tipo que más asegure el éxito del Dios al que sirve.
El último grito de Pablo pidiendo oración “por todos los santos” (Efesios 6:18) enfatiza la pluralidad y cohesión que debe tener el ejército cristiano. Estamos en las etapas finales de esta batalla subsiguiente, un momento en el que debemos dar a conocer nuestro compromiso con Dios y nuestra lealtad mutua firme. La lucha contra el mal se libra mejor cuando lo abordamos como un cuerpo corporativo, armado con toda la armadura espiritual que Dios proporciona.
