La guardia romana, enviada a asegurar la tumba de Jesús, tenía que informar a los sumos sacerdotes de una noticia espeluznante para explicar la tumba vacía en su guardia. Los sacerdotes pensaron que lo mejor era dar a los soldados dinero para “callar”. Debían informar que se habían quedado dormidos y que el cuerpo había sido llevado durante la noche por sus discípulos. Por supuesto, rápidamente se darían cuenta de que no podían saber con seguridad que habían sido sus discípulos, si habían estado dormidos. Además, los judíos prometieron protegerlos de sus superiores romanos, porque dormirse habría significado un duro castigo para todos ellos. Véase Mateo 28:11-15.
Hay que recordar que fueron los soldados romanos los que clavaron a Jesús en la cruz, y fueron los soldados romanos los primeros en enterarse de su resurrección. Tal vez esto sea un símbolo de lo que sucedería más tarde: que el evangelio llegaría a los gentiles. Todos llegarían a conocer la verdadera historia de lo que ocurrió aquella noche.
Los sacerdotes judíos habían desperdiciado su dinero cuando se lo dieron a los soldados. Sus esfuerzos para mantener la historia en secreto funcionaron tan bien como todos sus esfuerzos para ganar su propia salvación, aparte de Cristo.
Otro punto a considerar es la creencia en un Dios trino. Una de las razones por las que esta creencia es cierta es por las diversas formas en que se da crédito a la resurrección de Cristo.
A veces olvidamos que muchos santos muertos se levantaron de sus tumbas cuando ocurrió el terremoto en el momento exacto de la muerte de Jesús (Mateo 27:51-53). El relato dice que los cuerpos de los “santos que habían dormido” se aparecieron a muchos en Jerusalén. Su presencia glorificada fue la primera evidencia testimonial del poder de la resurrección.
Su predicación seguramente debió llegar a muchos de los residentes judíos, incluyendo a los sacerdotes; porque nos dice en Hechos 6:7 que “los discípulos se extendieron, y un gran número de sacerdotes fueron obedientes a la fe”.
Al parecer, Dios hizo todo lo que pudo para salvar a los judíos, hasta el mismo final del tiempo del Mesías en la tierra, gracias en parte a esos santos prototipos de los que resucitarán en la resurrección final cuando el Señor regrese.
