Escuela Sabática Texas USA Lección 7: La Ley y la gracia – Sábado 13 de Noviembre de 2021

Los mandamientos en tablas de piedra, presentados a Moisés, encarnan el amor de Dios. Estos diez preceptos nos muestran, de forma comprensible para los humanos, cómo es el amor en la vida de un seguidor de Dios aquí en la tierra. En términos simples, nos damos cuenta de cómo podemos devolver el amor a un Dios que siempre nos ha amado, sin importar lo lejos que estemos de su reino.

Moisés no se limitó a repetir la ley en el Deuteronomio. Repitió ejemplos de gracia que Dios había mostrado a su pueblo. Así como liberó milagrosamente a los hebreos de la esclavitud egipcia, continúa mostrándonos una gracia sin límites, sin importar cómo lo decepcionemos. No importa que estemos esclavizados por el fuerte control del pecado.

Nuestra respuesta debe ser abrazar sus mandamientos, ejemplificar el amor allí definido y reconocer que es la gracia de Dios la que nos permite obedecer. Por eso Moisés les señaló muchas veces la ley. Escucharla, y luego obedecerla, era su única manera de mostrar su amor a Dios y a los demás. Significaba la vida, no sólo para su nación, sino para cada persona que siguiera las instrucciones de Dios.

A menudo se acusa a los legisladores humanos de estar alejados de la gente y de no comprender las verdaderas necesidades de los ciudadanos de a pie. Así, se promulgan algunas leyes de los gobiernos humanos que pueden hacer más daño que bien.

Pero con Dios, podemos estar seguros de que su ley es precisamente lo que necesitamos para prosperar y vivir una vida más feliz y saludable. Después de todo, Él es quien nos hizo, nos sostiene y quiere que tengamos la mejor vida posible. Esto incluye pasar la eternidad con Él en lugares celestiales más hermosos de lo que podemos imaginar.

La expresión hebrea, Le tov lak, “para tu bien”, debería estar en nuestra mente, mientras examinamos los requerimientos de Dios. Como padres, a menudo usamos este recordatorio, cuando se necesita la obediencia de nuestros jóvenes. “Es por vuestro bien…”

Moisés les recordó lo mismo, al promover repetidamente el cumplimiento de la ley de Dios. Cada requerimiento de Dios era para su beneficio a seguir. Las bendiciones de Dios dependían de su cumplimiento de estas leyes llenas de amor. No tenía sentido ignorar su consejo. Alguien siempre sufriría por la desobediencia, si esa era su elección.

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