Repasar la historia del antiguo Israel, incluso los sucesos desagradables, dio esperanza al pueblo de Dios. Les recordaba que Dios cumple sus promesas y que lucharía por ellos al entrar en la Tierra de Promisión. Al seguir sus instrucciones, la gracia y la justicia de Dios prevalecerían.
En los últimos días que estamos viviendo, también podemos ser fortificados en la confianza en Dios educándonos con esta antigua historia. Su situación era similar a la nuestra. Al borde de su Segunda Venida, estamos a punto de entrar en otra Tierra Prometida, una celestial. Ver cómo ha actuado Dios en el pasado nos ayuda a entender lo que estamos viviendo ahora. Nosotros también encontraremos obstáculos, lucharemos en muchas batallas y experimentaremos la justicia final que sólo Dios puede traer.
Moisés fue sabio al repasar cómo llegaron hasta allí, y nosotros también somos sabios cuando repasamos nuestro pasado. Observar los acontecimientos que nos precedieron puede ayudarnos a llegar a nuestro destino. Incluso el examen de nuestro propio pasado individual nos proporciona fuerza espiritual para afrontar los tiempos más difíciles que se avecinan.
No dudes en estudiar la historia. Nos hace más sabios y más fuertes, y nos acercará a Dios. La paciencia de los santos siempre se basará en nuestra fe y obediencia a Su voluntad (Apocalipsis 14:12). Conocer el pasado nos ayudará a conocer la voluntad de Dios, porque nunca cambia.
