Sábado, Agosto 03
De adentro hacia afuera
Lee para el estudio de esta semana
Marcos 7; Isaías 29:13; Éxodo 20:12; Marcos 8:1-21.
Para memorizar
“Nada exterior al hombre puede entrar en él y contaminarlo. Más bien lo que sale del hombre es lo que lo contamina” (Mar. 7:15).
Esta semana estudiaremos Marcos 7 y la primera mitad del capítulo 8. Al comienzo de Marcos 7, Jesús suscita controversia por su rechazo de la tradición religiosa. No obstante, lo hace de una manera sorprendentemente solidaria con algo muy relevante para la vida cristiana hoy.
Jesús presenta luego un acertijo que abre la puerta a una comprensión correcta de qué es en verdad la fe.
Después de esto, se dirige a Tiro y Sidón y tiene allí un encuentro con una mujer que fue la única persona que le ganó una discusión a Jesús en los evangelios. Su encuentro con ella es inusual y hay bajo su superficie algunos mensajes cifrados con los que la mujer fue capaz de interactuar. En vista de su fe, Jesús le concedió lo que pedía.
Marcos 7 registra otra curación realizada por Jesús y así revela la importante verdad de que, independientemente de cuán impresionantes puedan ser los milagros, a menudo no alcanzan para que los corazones se abran a la verdad. Después de todo, ¿qué bien hicieron los milagros a los líderes religiosos que estaban empeñados en rechazar a Jesús?
En Marcos 8, nuestro estudio se enfoca en el significado del pan como símbolo de enseñanzas y tradiciones. Estas historias contienen grandes lecciones acerca del significado y la práctica de la vida religiosa.
Domingo, Agosto 04
Tradiciones humanas versus mandamientos de Dios
Lee Marcos 7:1 al 13. ¿Qué verdades relevantes son presentadas aquí?
Imagina que un niño estudia este relato en su clase de Escuela Sabática y, al volver a su casa, le dice a su madre que no es necesario lavarse las manos antes de comer, pues Jesús así lo dijo. Sin embargo, esta historia no se refiere a la higiene.
En los días de Jesús, había muchas personas muy preocupadas por la pureza ritual. En el período intertestamentario, la idea de lavarse las manos para permanecer ritualmente puro se había extendido entre la gente común, aun cuando en un principio estas reglas se aplicaban en el Antiguo Testamento solo a los sacerdotes (Éxo. 30:17-21). De acuerdo con este concepto, los líderes religiosos se quejan a Jesús de sus discípulos.
Jesús no contesta directamente la pregunta que le hacen. En lugar de ello, defiende a sus discípulos mediante una respuesta compuesta de dos partes. Primero, cita las palabras de fuerte reprensión dirigidas por Isaías a la nación que honraba a Dios de labios, pero cuyo corazón estaba lejos de él (Isa. 29:13). La cita de Isaías es seguida por la condenación de las tradiciones humanas que ocupan el lugar de los mandamientos divinos.
En la segunda parte de la respuesta, Jesús menciona el mandamiento de Dios que ordena honrar a los progenitores (Éxo. 20:12); es decir, cuidar de ellos cuando son ancianos, y contrasta esto con una tradición religiosa de acuerdo con la cual uno podía dar algo a Dios (una ofrenda, corbán), y seguir usándolo para uno mismo, pero denegar su uso para sus padres ancianos necesitados. Uno puede apenas imaginar la situación: “Lo siento, padre, me encantaría ayudarte, pero ya doné el dinero al Templo”.
Este es el tipo de hipocresía que Jesús ataca sin concesiones. Ellos habían colocado las tradiciones humanas por encima de la Palabra de Dios, haciendo lo cual habían pecado.
¿Cuál fue entonces la respuesta a la pregunta de los fariseos? La respuesta de Jesús implica que no encuentra convincente la insistencia de ellos en la purificación ritual de las manos como necesaria para estar en armonía con la voluntad de Dios. En lugar de ello, su respuesta claramente apoya los mandamientos de la Ley de Dios frente a las tradiciones humanas. (Ver también Mar. 1:44; 7:10, 11; 10:3-8; 12:26, 29-31).
¿Podríamos tener algunas “tradiciones” que tal vez estén en conflicto con los principios de la Ley de Dios? De ser así, ¿cuáles podrían ser?
Lunes, Agosto 05
¿Manos limpias o corazón limpio?
Lee Marcos 7:14 al 19. ¿Qué quiso decir Jesús con su aseveración en el versículo 15?
Las palabras de Jesús han resultado un enigma para muchos al evaluar su relación con las enseñanzas de Levítico 11 acerca de los alimentos limpios y los inmundos. ¿Está Jesús poniendo a un lado esas distinciones? ¿Están los adventistas del séptimo día equivocados al enseñar que los miembros de iglesia que comen carne deberían consumir solo la de los animales limpios de esa lista?
Para empezar, sería extraño que Jesús descartara súbitamente, en Marcos 7:14 al 19, las instrucciones mosaicas, dado que acababa de defender a Moisés contra la tradición en Marcos 7:6 al 13. En segundo lugar, la tradición que los fariseos estaban promoviendo no se fundamenta, a diferencia de las leyes alimentarias, en la enseñanza del Antiguo Testamento. Tercero, cuando Jesús declara puros todos los alimentos, en Marcos 7:19, no quiere decir que las leyes alimentarias están abolidas, sino que no era válida la tradición acerca del toque ritual o ceremonialmente contaminante que sostenían los fariseos. Según ella, por ejemplo, un judío quedaba contaminado por entrar en contacto con los gentiles o paganos y aun con el alimento que ellos habían tocado.
Lee Marcos 7:20 al 23. ¿Qué contamina a una persona, según Jesús?
En Marcos 7:19, Jesús señala que la comida no ingresa al corazón sino al estómago, y sale de allí por el tracto intestinal. Pero, en Marcos 7:21 al 23, él destaca el hecho de que el mal proviene del corazón, del centro de lo que una persona es. Él presenta una lista de faltas originadas en malos pensamientos que terminan convirtiéndose en malas acciones.
En Marcos 7:10 se incluye la referencia al quinto Mandamiento dentro de la lista de faltas mencionadas y, así, la segunda tabla del Decálogo queda completa. Más aún, en Marcos 7:7 Jesús se refiere al culto vano o adoración falsa, lo cual tiene que ver con el corazón mismo de los primeros cuatro mandamientos del Decálogo. De esa manera, Jesús se erige como un defensor de la Ley de Dios a lo largo de este pasaje.
Podrías tener la teología correcta, pero ¿quién posee completamente y en última instancia tu corazón?
Martes, Agosto 06
Migajas para los perros
Lee Marcos 7:24 al 30. ¿Qué importantes lecciones contiene esta historia?
A continuación del desafiante pasaje que estudiamos ayer, el relato registrado en este texto plantea también preguntas problemáticas. ¿Por qué responde Jesús tan rudamente a esta mujer? ¿Por qué la caracteriza, mediante repetidas expresiones, como un perro?
Él no lo explica abiertamente, pero hay dos características de su respuesta que sugieren lo que está enseñando. En Marcos 7:27, él dice que los hijos deben ser alimentados “primero”. Si hay un “primero”, sería lógico que hubiera un “segundo”. La otra característica es que Jesús usa una forma diminutiva de la palabra perro, no en el sentido de cachorro, sino más bien, a la luz del contexto, de mascotas a las que se les permite estar en la casa, en contraste con los perros de la calle. En su respuesta a Jesús, la mujer demuestra que captó los dos marcadores discursivos usados por él, lo que ayuda a entender la reacción de ella. Su respuesta es bastante directa y contundente. Ella contesta: “Sí, Señor. Pero aun los perrillos debajo de la mesa comen de las migajas de los hijos” (Mar. 7:28). ¿Cómo se le ocurrió esa respuesta? Ciertamente, el amor hacia su hija la impulsó a avanzar. Pero él también la animó. Dijo “primero”, dando por sentado que había un “segundo”. Además, él sugirió que ella era comparable a una mascota perteneciente a la familia, como los perros que estaban bajo la mesa de sus dueños. Así como el perro doméstico estaba en la casa bajo la mesa, ella estaba a los pies de Jesús rogando por su hija. En vista de eso, ella reclamó el derecho de un perro de familia a la comida que caía al suelo.
La respuesta de la mujer revela su fe. Llamar “migaja” al poderoso milagro de sanar a su hija a la distancia indicaba que ella consideraba especialmente grande el poder de Jesús (si semejante milagro era una migaja, uno se pregunta qué habría sido un pan entero). Esta respuesta también muestra que ella entendía que concederle este milagro era algo sencillo para él. Jesús fue conmovido, y accedió a su pedido.
“Por su trato con ella, ha demostrado que aquella que Israel había considerado como paria ya no es extranjera sino una hija en la familia de Dios. Y, como hija, es su privilegio participar de los dones del Padre” (DTG 374).
¿Por qué el prejuicio contra otras razas y nacionalidades es tan contrario a la enseñanza de Jesús? ¿Cómo podemos ser limpiados de este mal?
Miércoles, Agosto 07
Con la lengua trabada
Lee Marcos 7:31 al 37. ¿Quién fue traído ante Jesús y qué hizo Jesús por él?
Jesús no eligió el camino más corto para regresar a Galilea desde Tiro y Sidón. Parece que se dirigió al norte desde la región de Tiro, subió por el territorio de Sidón y luego descendió hacia el interior por el noreste del Mar de Galilea, para llegar finalmente cerca del mar mismo. Fue un recorrido indirecto, lo que probablemente le permitió dedicar tiempo adicional a la instrucción de sus discípulos.
El texto no indica quién fue exactamente la persona que trajo al hombre ante Jesús, pero el problema de este era suficientemente evidente: no podía oír y tenía dificultades para hablar. La pérdida de la audición aísla a las personas de su entorno, mientras que la sordera profunda puede hacer que resulte desafiante para una persona aprender a hablar. El problema de este hombre pudo haber sido de larga data.
Jesús comprende la difícil situación del hombre y lo lleva aparte. La manera en que el Señor sana a esta persona es curiosa, particularmente para un lector moderno. Pone sus dedos en los oídos del hombre, escupe, toca la lengua del afectado y suspira o gime profundamente. Jesús toca las partes afectadas que sanará en el hombre, pero ¿por qué el suspiro o el gemido? “Suspiró al pensar en los oídos que no querían abrirse a la verdad y las lenguas que se negaban a reconocer al Redentor” (DTG 377).
Jesús restauró milagrosamente la audición del hombre e hizo que fuera capaz de hablar con claridad. Su suspiro ilustra los límites que Dios se ha impuesto a sí mismo en relación con la libertad de elección de la humanidad. Él no forzará la voluntad. Todos los humanos son libres de elegir a quién permitirán que dirija su vida: al Príncipe de la vida o al de las tinieblas. Jesús podía abrir los oídos de los sordos, pero no forzaría los corazones incrédulos para que lo reconocieran como el Mesías.
Esta breve historia también ilustra lo que Dios puede hacer por quienes se vuelven por propia decisión a él. Tal vez hayas experimentado reticencia a compartir tu fe, sintiendo que tu lengua estaba atada en cuanto a lo que debías decir. Este milagro es animador, pues demuestra que Jesús puede abrir tus oídos para que seas sensible a las necesidades de otros y compartas con ellos una palabra oportuna que los ayude en su senda.
¿Qué estás haciendo con los dones de la audición y del habla (en verdad son dones) que has recibido? ¿Cómo los estás usando?
Jueves, Agosto 08
Cuidado con el pan en mal estado
Lee Marcos 8:11 al 13. ¿Qué postura de los fariseos desilusionó profundamente a Jesús?
¿Por qué no demostró Jesús su poder divino y convenció a estos escépticos? El problema se retrotrae al final de Marcos 3, donde Jesús se refiere al pecado contra el Espíritu Santo. Si una persona decide no oír ni ver, ni siquiera una señal del Cielo la convencerá, ya que esta sería simplemente desestimada como todo lo anterior. Aun los milagros no son suficientes para convencer a quienes están decididos a no creer.
Lee Marcos 8:14 al 21. ¿Qué habían olvidado los discípulos y qué observación hizo Jesús a partir de ello?
Jesús aprovecha la oportunidad para advertir a los discípulos contra la “levadura” de los fariseos y la de Herodes (Mar. 8:15), que era símbolo de sus enseñanzas (ver Mat. 16:12).
Pero los discípulos no comprenden, y piensan que Jesús está hablando de que deben evitar comprar pan literal. Como es típico cuando los discípulos malinterpretan a Jesús, él aprovecha la ocasión para instruirlos. El Señor hace una serie de preguntas, las primeras de ellas de naturaleza retórica, expresando su frustración porque no han entendido la misión de él. Sus palabras recuerdan lo que dice en Marcos 4:10 al 12 acerca de “los que están fuera” y no entienden. Sus fuertes palabras tienen la intención de despertar a sus discípulos de su letargo espiritual.
En Marcos 8:19 y 20, formula preguntas simples acerca de cuántas canastas de fragmentos habían recogido después de que él alimentó a los cinco mil (Mar. 6:30-44) y también a los cuatro mil (Mar. 8:1-10), con lo que pretende ilustrar que ya deberían haber comprendido que los recursos limitados no son una barrera para el Mesías. Su pregunta final en Marcos 8:21 es nuevamente retórica: ¿Cómo aún no entienden?”
Después de todo, considera todo lo que ya habían visto y experimentado con Jesús.
¿Cómo podemos aprender a mantener nuestros corazones y mentes abiertos a la realidad de Dios y de su amor? Considera toda la evidencia que se nos ha dado en favor de Dios y de su amor. Sin embargo, ¿por qué a veces parece tan fácil dudar?
Viernes, Agosto 09
Para estudiar y meditar
Lee los capítulos titulados “La tradición”, “Barreras quebrantadas” y “La verdadera señal” en el libro El Deseado de todas las gentes, de Elena de White, pp. 365-384.
“¡Cuán difundido está, hoy como antaño, este pecado sutil y engañoso entre los seguidores de nuestro Señor! ¡Cuán a menudo nuestro servicio para Cristo, y nuestra comunión entre unos y otros, quedan manchados por el secreto deseo de exaltar al yo! ¡Cuán prestamente se manifiesta el pensamiento de adulación propia y el anhelo de la aprobación humana! Es el amor al yo, el deseo de un camino más fácil que el señalado por Dios, lo que induce a sustituir los preceptos divinos por las teorías y las tradiciones humanas. A sus propios discípulos se dirigen las palabras amonestadoras de Cristo: ‘Mirad, guardaos de la levadura de los fariseos’.
“La religión de Cristo es la sinceridad misma. El celo por la gloria de Dios es el móvil implantado por el Espíritu Santo; y solo la obra eficaz del Espíritu puede implantar ese móvil. Únicamente el poder de Dios puede desterrar el egoísmo y la hipocresía. Este cambio es la señal de su obra. Cuando la fe que aceptamos destruye el egoísmo y la simulación, cuando nos induce a buscar la gloria de Dios y no la nuestra, podemos saber que es del debido carácter. ‘Padre, glorifica tu nombre’, fue el principio fundamental de la vida de Cristo; y si lo seguimos, será el principio fundamental de nuestra vida. Nos ordena ‘andar como él anduvo’; ‘y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos’ ” (DTG 382, 383).
Preguntas para dialogar:
¿Qué prácticas ayudan a mantener puro el corazón, según tu experiencia?
¿Qué personas son consideradas “inmundas” en tu comunidad? ¿Qué puedes hacer para atraerlas al evangelio?
Reflexionen como clase acerca de qué pueden hacer para fomentar la difusión del evangelio de maneras sencillas entre sus vecinos.
Lean Marcos 8:1 al 10, donde se narra la alimentación de los cuatro mil. ¿Qué diferencia produce en la interpretación de este pasaje el hecho de que la multitud era probablemente gentil, pagana? ¿Por qué no debería eso significar diferencia alguna?
¿Cómo podemos protegernos diligentemente del deseo innato que todos tenemos, como criaturas caídas, de exaltarnos a nosotros mismos?