Incluso con los muchos tipos y símbolos significativos presentados en el Antiguo Testamento, la mayoría de la población judía no reconoció al Mesías. El cumplimiento de las profecías, lamentablemente, permaneció oscuro y pasado por alto por la mayoría de su pueblo elegido. Las muchas ceremonias que observaban con cuidado se habían vuelto inútiles a la hora de dar la bienvenida al Prometido.
La iglesia hoy corre el mismo desvío y la misma fe menguante que su pueblo en la época de la primera venida de Cristo. Hemos perdido mucho aferrándonos a nuestras queridas tradiciones y ceremonias, lo que nos ha dejado prácticamente desprevenidos para Su Segunda Venida. Solo el Espíritu Santo puede restaurar el celo que tuvimos como cuerpo eclesiástico.
El verdadero espíritu misionero ha abandonado a las iglesias que hacen una profesión tan exaltada; sus corazones ya no brillan con amor por las almas ni con el deseo de guiarlas al seno de Cristo.” Ellen G. White, Testimonios para la Iglesia, vol. 4, p. 156.
El tema actual de la Iglesia Adventista del Séptimo Día es: “Jesús viene, yo iré”. Las prioridades declaradas de este lema son: comunión con Dios, identidad en Cristo, unidad a través del Espíritu Santo y misión para todos. Los ejércitos que marcharon fielmente con Josué fueron los primeros en ir. Que seamos más como ellos a medida que se acerca la Segunda Venida.
