El capítulo 7 de Romanos fue difícil porque describía la condenación del ser humano como un miserable pecador contumaz. Cuando tiene el deseo de hacer el bien, cuando percibe, ya ha hecho el mal. Describe cómo el ser humano es apegado al pecado que lo domina como un dictador cruel. Es el campo de batalla interno, en la mente, donde el señor del mal siembra dependencia de todo lo que es malo y que va contra la ley de Dios.
Pero en el capítulo 8 de Romanos Pablo comienza con una declaración que resuelve el problema descrito en el capítulo anterior. Es una continuación. Antes, presenta el problema; ahora, la solución.
Perspectiva Biblica Lección 9. “Ninguna condenación” Para el Sábado 2 de diciembre
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