El éxito en el evangelismo entre los gentiles fue tan grande que resultó en un problema aunque en realidad no era un problema. Expliquemos: en su celo, muchos judíos cristianos no admitían que los gentiles se convirtiera en cristianos sin ser circuncidados. Esto quería decir lo siguiente: el gentil interesado en convertirse en cristiano es circuncidado y así se vuelve judío (un prosélito, o convertido al judaísmo) y entonces sí, puede ser bautizado como cristiano. Esta era la idea de los judaizantes, es decir, aquellos cristianos judíos que defendían que los gentiles para ser cristianos tendrían que primero convertirse en judíos. Pero sucede que el bautismo era justamente la sustitución de la circuncisión. ¿Para qué, entonces, las dos cosas? Y si DIOS concedió el don del ESPÍRITU SANTO a Cornelio, un gentil no circuncidado, y así a toda su familia, ¿quiénes son los hombres para decir diferente?
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