Volviendo a los mayordomos del Antiguo Testamento, ellos asumían todo lo que pasaba en la casa, como hizo José en la casa de Potifar. El dueño de la casa tenía otras actividades y no quería preocupaciones por la casa, repasaba la responsabilidad a una persona bien cualificada que ganaba bien para hacer eso, y granjeaba buen prestigio. Muchos de esos mayordomos podían incluso hacer negocios, en esos casos, bajo las órdenes y conocimiento del dueño.
Por su parte, mayordomía también es la administración responsable de los recursos de una iglesia o entidad sin fines de lucro.