Hay dos tipos de personas que aman el dinero, y un tercer tipo que no tiene este problema. Uno de los que ama el dinero no tiene dinero, o tiene poco. El otro, tiene bastante dinero. Uno no tiene y quiere tener, el otro tiene y quiere más. Estos dos están en el camino de la perdición. El tercero, que no ama, o no hizo del dinero a su DIOS, no quiere decir que esté salvo, pero más fácilmente se salvará si, además de no amar el dinero, se entrega a JESÚS.
Los dos tipos de personas que aman el dinero no piensan mucho, o tal vez ni piensan en algo verdadero, puro y justo. El tercero, que no ama el dinero, más fácilmente piensa en las cosas que Pablo escribió a los filipenses, transcrito a continuación. No es porque no desee ser rico que se va a salvar. Hay pobres no ambiciosos que no quieren saber de JESUCRISTO.