Edición para maestros. Tercer trimestre (octubre-diciembre) de 2021
“Cuando te convirtieres con todo tu corazón”
Lección 9 :- Para el 27 de Noviembre de 2021
RESEÑA
Texto clave: Deuteronomio 4:29.
Enfoque del estudio: Deuteronomio 30:1-10; 4:25-31; Mateo 3:1-8; Hechos 2:37, 38.
Cuando los israelitas están a punto de entrar en la Tierra Prometida, Moisés profetiza que un día, debido a su infidelidad, serán “vomitados” de la tierra (comparar con Lev. 18:25, 28). La imagen sugiere, o enseña, que el pueblo de Dios tiene una necesidad constante de arrepentimiento. Así como la tierra se arrepiente y devuelve a sus habitantes, ellos tendrán que arrepentirse para poder regresar a la tierra. La tentación de Israel al establecerse en la tierra es pensar que ha llegado a destino y que ya no necesita tener cuidado. Poco a poco, pueden perder el contacto con Dios y las exigencias de su Ley. Por consiguiente, al pensar que llegaron a destino, se aventurarán a salirse de las sendas antiguas. Esto es precisamente lo que le pasará a Israel, engañado por sus falsos profetas. Estos profetas le darán la ilusión de paz, diciendo: “paz, paz; y no hay paz” (Jer. 6:14). Por ende, el profeta Jeremías los instará a que se despierten y se arrepientan: “Preguntad por las sendas antiguas” (Jer. 6:16). Hay una ironía en la idea bíblica del arrepentimiento: el progreso significa desandar.
Temática de la lección:
En esta lección, estudiaremos la estructura del arrepentimiento, “regresar a Dios”, un principio importante en el libro de Deuteronomio, que nos confrontará con los siguientes temas:
- La búsqueda de Dios
- El perdón de Dios
- El regreso
- El cumplimiento de la profecía
COMENTARIO
A las puertas de la Tierra Prometida, Moisés repite sus advertencias. El hecho de que Dios haya llevado a los israelitas hasta allí no significa que se quedarán en esta tierra para siempre. Moisés ve los posibles fracasos de Israel y, por lo tanto, sus exilios en el futuro, y quiere apuntalarlos. Cuando se descarríe y se sienta angustiado como resultado del juicio, Israel tendrá que buscar a su Señor, quien luego lo perdonará. Luego volverá a andar con Dios por las “sendas antiguas”. Entonces, Dios lo llevará de regreso a la Tierra Prometida.
La búsqueda de Dios
Este primer paso de estas “sendas antiguas” hacia Dios surge de un situación angustiante. Cuando el pueblo comprende que se encuentra en una situación desesperada como resultado de su infidelidad e idolatría, la única solución a su angustia es volverse a Dios “de todo [s]u corazón” (Deut. 4:29). No deben tener miedo de volverse a Dios y confiar completamente en él. ¿Por qué? Precisamente porque Dios está dispuesto a recibirlos. El principal argumento de Moisés para convencer a su pueblo consiste en describir el pensamiento profundo de Dios. La frase hebrea mi yitten, traducida a veces como “Quién diera”, es una expresión idiomática, que significa literalmente “quién dará” (o “quién hará que suceda”), que a menudo se utiliza para introducir un deseo profundo, una especie de pregunta retórica para un resultado imposible. Dios desea en lo más profundo de su corazón que “tuviesen tal corazón, que me temiesen” (Deut. 5:29). Al revelar el deseo secreto de Dios, mostrando su buen carácter y, por lo tanto, su amor por ellos, Moisés anima al pueblo a buscar a Dios y arrepentirse. El problema de Israel es que se da cuenta de la gravedad de su pecado y, por lo tanto, teme acudir al Juez divino que acaba de quebrantarlos. El caso de Job ilustra perfectamente este misterioso proceso. Después de haber reconocido la mano dura de Dios sobre él, Job hace una increíble confesión de fe: “He aquí, aunque él me matare, en él esperaré” (Job 13:15). Job sabía
que Dios era la única salida a su condición trágica. Paradójicamente, Job huye de Dios hacia Dios. Moisés anima al pueblo a hacer lo mismo. Preguntas para analizar y reflexionar: ¿Qué aspecto del carácter de Dios se revela a través de la expresión idiomática mi yitten? La imposibilidad de que –humanamente– este deseo se concrete, ¿qué te enseña acerca de Dios? ¿Cuál es la condición que hace que Israel se sienta impulsado a buscar a Dios, y por qué? ¿Qué significa buscar a Dios? ¿Por qué Israel necesitaba buscar a Dios?
El perdón de Dios
Es por el carácter misericordioso de Dios que Israel será perdonado, no por méritos propios. No hay ninguna razón que justifique el perdón de Dios. Y, aun así, los perdonará en forma excepcional. Prueba de ello es que Moisés le recuerda al pueblo cómo Dios lo perdonó y cómo sobrevivió delante de él, a pesar de su naturaleza pecaminosa (Deut. 5:24, 25). En el capítulo anterior, Moisés había usado el mismo razonamiento (Deut. 4:33). Es la convicción de la gracia de Dios lo que ayudaría a Israel a atreverse a acercarse a Dios a pesar de su naturaleza pecaminosa. Analicen esta historia verídica: Simon Wiesenthal, el cazador de nazis, cuenta la historia de su encuentro con un exoficial nazi que estaba muriendo en un hospital. El nazi le pidió a Wiesenthal que lo perdonara por los horribles crímenes que había cometido contra civiles judíos, sin lo cual, afirmó, no podría morir en paz. Wiesenthal, que guardó silencio durante todo el encuentro, se marchó sin responder a la petición del nazi.
Wiesenthal concluye la historia con una pregunta: “Tú, ¿qué hubieses hecho?” (S. Wiesenthal, The Sunflower). Preguntas para reflexionar: ¿Era posible que Wiesenthal perdonara? “Tú, ¿qué hubieses hecho?” Analicen la dimensión de la gracia en el perdón de la víctima. ¿Por qué el pecado se perdona solo cuando es imperdonable?
El regreso
Fíjate que el movimiento de regreso comienza solo después de que Israel encontró a Dios o, más bien, después que Dios le respondió. El verbo hebreo shuv, “volver”, consiste en prestar atención a la voz de Dios y obedecer sus mandamientos (Deut. 30:2, 8) y en “circuncidar”, o cambiar, su corazón (Deut. 10:16). Curiosamente, la raíz shuv combina ambos requisitos: alejarse del mal y volver a Dios, a quien encontrarán nuevamente en “las sendas antiguas”. Esta acción paralela implica una mirada profunda: la mejor forma de resistir el mal es hacer el bien. Debido a que Israel se ha mostrado incapaz de circuncidar su corazón, Dios mismo es quien hará esa operación (Deut. 30:6). Él es quien cambiará el corazón de su pueblo y, por lo tanto, creará las condiciones para que se vuelva a él, escuche su voz y le obedezca “con todo [s]u corazón y con toda [s]u alma” (Deut. 30:2). Es este profundo arrepentimiento y esa conversión total lo que dará paso al gozo de Dios (Deut. 30:9). Estos pasajes del libro de Deuteronomio inspiraron el mensaje de los profetas posteriores de que el pueblo de Israel es incapaz de arrepentirse por sí mismo (ver Jer. 4:22; 13:23; Ose. 5:4).
Preguntas para analizar y reflexionar:
¿Por qué era imposible que los israelitas cambiaran su corazón y que realizaran la circuncisión del corazón por sí mismos? ¿Sobre qué base pudo decir Moisés que era imposible que Israel se arrepintiera? Si en verdad Moisés pensaba eso, ¿por qué los está instando a arrepentirse? ¿Es diferente la situación para los cristianos? Explica. Al analizar la historia de la iglesia y a ti mismo, ¿crees que los cristianos eran (son) más capaces de arrepentirse? ¿Por qué?
El cumplimiento de la profecía
Está claro que aquí tenemos una profecía mesiánica que hace referencia a la venida de Jesucristo, la encarnación de Dios, quien descenderá para iniciar el movimiento de arrepentimiento que traerá consigo el Nuevo Pacto al corazón del pueblo de Dios. Solo la llegada de Dios a nuestro corazón, a nuestra esfera, permitirá el milagro de la circuncisión del corazón, como explica Pablo: “En él también fuisteis circuncidados con circuncisión no hecha a mano, al echar de vosotros el cuerpo pecaminoso carnal, en la circuncisión de Cristo” (Col. 2:11). Solo la Cruz, que manifiesta “el poder de Dios” (Col. 2:12), mediante la gracia, hará posible lo imposible. Entonces se cumplirá el deseo de Dios implícito en la expresión idiomática mi yitten.
Preguntas para analizar y reflexionar: ¿Cómo se aplican estas promesas del libro de Deuteronomio a la primera venida de Jesús o a su segunda venida? ¿Por qué es necesario que el pueblo de Dios se arrepienta antes de la segunda venida de Jesucristo? La idea hebrea del arrepentimiento, que implica el regreso a las “sendas antiguas”, ¿en qué sentido arroja luz sobre la noción del arrepentimiento del pueblo de Dios en el tiempo del fin? Considerando las lecciones de Deuteronomio, ¿cómo se realizará la circuncisión de su corazón?
APLICACIÓN A LA VIDA
Analiza tu verdadero arrepentimiento: ¿Cuántas veces le pediste perdón a alguien a quien lastimaste y le explicaste las razones por las que te comportaste de esa manera? Cuando dices “lo siento”, ¿agregas un “pero” acusando a la persona que lastimaste? Analiza tu búsqueda de Dios: Si buscas y no encuentras, no creerás; si no buscas y encuentras, no creerás; solo si buscas y encuentras, creerás.
¿Cómo se aplica esta observación paradójica a la experiencia de buscar y encontrar a Dios? ¿Cuán cierta es? ¿Por qué aparentemente algunos encuentran a Dios mientras lo buscan, mientras que otros parecen encontrarlo aunque no lo busquen?
Practica el arrepentimiento:
- Ejercicio grupal: Busquen un compañero (su cónyuge, su hijo, su hija o un amigo íntimo). Seleccionen un día en particular en el calendario religioso (Navidad, Pascua, Santa Cena, sábado).
Durante los siete días anteriores a ese día, registren sus fracasos, sus arrepentimientos y sus victorias. El último día antes de la hora señalada, informen a su compañero. Traten de ser lo más honestos posible y respondan las siguientes preguntas: ¿Cómo te cambiaron tus experiencias de arrepentimiento? ¿Con qué frecuencia repetiste el mismo error? - Ejercicio personal: Lee el Salmo 51, la oración de arrepentimiento de David; ora pidiendo misericordia (Sal. 51:1); reconoce tu transgresión (Sal. 51:3); rinde cuentas ante aquel contra quien pecaste (Sal. 51:4); pídele a Dios un corazón nuevo (Sal. 51:7-12).