Lección 7 para Alumnos: “Cuando surgen los conflictos” Para el 17 de noviembre de 2018

Cuarto trimestre (octubre-diciembre) de 2018

“Cuando surgen los conflictos”

Lección 7: – Para el 17 de noviembre de 2018

Sábado 10 de noviembre

Lee Para el Estudio de esta Semana: Hechos 6:1-6; Hechos 10:1-23; Mateo 5:17-20; Hechos 11:3-24; Hechos 15:1-22; Amós 9:11, 12.

Para Memorizar: “Porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos. Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús” (Gál. 6:27, 28).

Una de las tareas más difíciles de cualquier comunidad cristiana es conservar la unidad cuando surgen diferencias de opinión sobre cuestiones relacionadas con la identidad y la misión de la iglesia. Estas diferencias pueden llevar a consecuencias devastadoras.

Las comunidades cristianas actuales no son distintas de las que vemos en el Nuevo Testamento. Todos somos seres humanos, y surgirán diferencias, incluso sobre temas importantes. Los cristianos primitivos enfrentaron algunos conflictos derivados de aparentes prejuicios interpersonales y de serias diferencias de interpretación de historias y prácticas clave del Antiguo Testamento. Estos conflictos podrían haber destruido a la iglesia en sus inicios si no hubiera sido por los apóstoles y los dirigentes sensatos, que buscaron la conducción del Espíritu Santo y las Escrituras para resolver estas tensiones.

Hace algunas semanas estudiamos cómo logró la unidad la iglesia primitiva. Esta semana analizaremos de qué manera la iglesia primitiva resolvió los conflictos internos que amenazaban con socavar su unidad y amenazaban su supervivencia. ¿Cuáles fueron estos conflictos, cómo se resolvieron y qué podemos aprender hoy de esas experiencias?

 

Domingo 11 de noviembre:

Prejuicios étnicos

Lee Hechos 6:1. ¿Qué problema de la iglesia primitiva hizo que la gente se quejara por la falta de distribución justa y equitativa de alimentos a las viudas?

Algunos cristianos primitivos parecían tener prejuicios contra las viudas de ascendencia griega en su seno y les proporcionaban menos alimentos que a las viudas de ascendencia hebrea. Este aparente favoritismo causó una grieta en la comunidad primitiva de creyentes. El pasaje no dice si el favoritismo era real o no. Solo dice que algunas personas creían que era así. Este conflicto amenazó la unidad de la iglesia desde el principio. Qué fascinante es saber que esa división étnica se evidenciara tan rápidamente en la iglesia.

Lee Hechos 6:2 al 6. ¿Cuáles fueron los pasos sencillos que dio la iglesia primitiva para resolver este malentendido?

La iglesia primitiva crecía rápidamente, y este crecimiento hizo que las cargas fuesen cada vez más pesadas para los apóstoles. El nombramiento de estos siete hombres, tradicionalmente llamados “diáconos” (aunque el Nuevo Testamento no los llama así), alivió la tensión de la iglesia de Jerusalén y permitió que hubiera más gente participando en el ministerio eclesiástico.

Los apóstoles escucharon atentamente las quejas de los creyentes de habla griega y les pidieron una solución. Se le encargó a este grupo la elección de siete hombres para que fuesen colaboradores de los apóstoles, y ellos recomendaron a siete discípulos, todos ellos de ascendencia y habla griega. Se decía que estos hombres eran de “buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría” (Hech. 6:3). El ministerio de los apóstoles, que hasta ese entonces había sido predicar la Palabra de Dios y distribuir alimentos a las viudas, se dividió en dos grupos; cada uno se encargaba de un ministerio igualmente valioso para la proclamación del evangelio. Lucas usa la misma palabra, “ministerio”, o “servicio” (diakonia), para referirse tanto al ministerio de los apóstoles en la predicación de la Palabra (Hech. 6:4) como al ministerio de los diáconos en la distribución de alimentos (Hech. 6:1).

¿Qué importancia ves en el hecho de que los dirigentes reunieron a muchos de los creyentes (Hech. 6:2) para tratar de encontrar una solución?

 

Lunes 12 de noviembre:

La conversión de los gentiles

En el libro de Hechos, la conversión de los gentiles al evangelio de Jesucristo es un acontecimiento que prepara el escenario para el conflicto más grande en la vida de la iglesia primitiva, que amenazaría su existencia y su misión.

Lee Hechos 10:1 al 23. ¿Qué elementos de este pasaje indican que el Espíritu Santo estaba obrando en el corazón de muchas personas con el fin de preparar el camino para que los gentiles recibieran el evangelio?

La visión debió de haberle parecido muy extraña a Pedro. Está conmocionado por ello porque, como fiel judío, nunca había comido alimentos inmundos ni contaminados, como lo exigía la Ley (ver Lev. 11; Eze. 4:14; Dan. 1:8). Sin embargo, la finalidad de esta visión no era la dieta; giraba en torno a las barreras entre judíos y gentiles que obstaculizaban la difusión del evangelio. Esas barreras eran como mínimo tan frecuentes en el mundo antiguo como hoy.

En las primeras décadas, el cristianismo estaba integrado básicamente por judíos que habían aceptado a Jesús como el Mesías prometido en las profecías del Antiguo Testamento. Estos primeros creyentes en Jesús eran judíos fieles que obedecían la Ley como se les había enseñado. No consideraban que el evangelio de Jesucristo hubiese borrado o abolido las prescripciones del Antiguo Testamento (ver Mat. 5:17-20).

Lee Hechos 10:28, 29, 34 y 35. ¿Cómo entendió Pedro el significado de la visión que recibió en Jope? ¿Qué lo llevó a esta interpretación?

Lo que vemos que está sucediendo en Hechos es que el Espíritu Santo había preparado el camino para que los gentiles fueran recibidos en la comunión de la comunidad cristiana. Y podrían hacerlo sin tener que circuncidarse ni hacerse judíos primeramente. Lo que convenció a Pedro y a sus amigos de que esta era la voluntad de Dios fue el derramamiento del Espíritu Santo sobre Cornelio y su casa de una manera similar a la que los discípulos de Jesús habían experimentado el día de Pentecostés (Hech. 10:44-47). Si el Espíritu Santo podía derramarse sobre los gentiles de la misma manera en que les fue dado a los judíos, entonces era evidente que la circuncisión no era un requisito previo para ser creyente en Jesús como el Mesías. Esta conclusión preparó el escenario para un gran conflicto teológico entre los primeros cristianos.

 

/Martes 13 de noviembre:

El Espíritu los guía

Los informes de lo que sucedió en Cesarea con Cornelio pronto llegaron a los dirigentes de la comunidad cristiana de Jerusalén, y estos le pidieron a Pedro que diera cuenta de lo que sucedió. Se ofendieron por lo que hizo Pedro porque, según su interpretación judía de la Ley de Moisés, a los judíos fieles no se les permitía comer con los gentiles (Hech. 11:3).

Lee Hechos 11:4 al 18. ¿Qué dijo Pedro para explicar la obra del Espíritu Santo y su dirección en este acontecimiento? ¿Cuál fue el argumento principal que utilizó al relatar lo que había ocurrido?

Aunque algunos plantearon dudas sobre la legitimidad de los actos de Pedro y su decisión de bautizar a estos gentiles, hubo suficientes testigos (Hech. 11:12) que certificaron que el Espíritu Santo efectivamente manifestó su presencia de la misma manera que en Pentecostés. La conducción del Espíritu Santo en este caso era irrefutable, y el don fue aceptado. “Entonces, oídas estas cosas, callaron, y glorificaron a Dios, diciendo: ¡De manera que también a los gentiles ha dado Dios arrepentimiento para vida!” (Hech. 11:18).

Lee Hechos 11:19 al 24. ¿Qué ocurrió después en la vida de la iglesia primitiva?

Quizás algunos en Jerusalén pensaron que lo que sucedió con Cornelio y su familia sería una excepción y que esa experiencia no se repetiría. Pero, eso no es lo que pensaba el Espíritu Santo. Cuando los discípulos de Jesús se dispersaron más allá de Jerusalén y Judea debido a la persecución que surgió después de la muerte de Esteban (Hech. 8:1), y fueron a Samaria, Fenicia, Chipre y Antioquía, cada vez más gentiles aceptaban a Jesús como su Salvador. Esto es lo que Jesús había predicho (Hech. 1:8). Por más maravillosa que haya sido esta afluencia de gentiles, si nos ponemos en el lugar de estos primeros creyentes judíos, no es difícil deducir que no estaban muy seguros de cómo reaccionar.

¿Es posible que nos estemos aferrando a posturas estrechas acerca de la iglesia y de nuestro mensaje que podrían obstaculizar nuestra testificación?

 

Miércoles 14 de noviembre:

El concilio de Jerusalén

Lee Hechos 15:1 y 2; y Gálatas 2:11 al 14. ¿Cuáles son los dos problemas que causaron un conflicto serio en la iglesia primitiva?

La amenaza a la unidad de la iglesia que enfrentaron los primeros cristianos fue real y difícil. Algunos cristianos judíos pensaban que la salvación solo era posible para quienes pertenecían al pueblo del Pacto de Dios, y esto implicaba que la circuncisión era un requisito. Y, como parte de un estilo de vida fiel, estos creyentes judíos también creían que debían evitar cualquier contacto con los gentiles que pudiera impedir su salvación personal.

Los judíos tenían tradiciones muy estrictas con respecto a su asociación con los gentiles. Estas tradiciones se convirtieron rápidamente en un obstáculo para la nueva comunidad cristiana cuando los apóstoles comenzaron a acercarse a los gentiles que deseaban convertirse en seguidores de Jesús. Debido a que el Mesías es el Salvador del pueblo del Pacto de Dios, como se predijo en el Antiguo Testamento, ¿no se suponía que los gentiles primeramente tendrían que hacerse judíos y luego seguir las mismas reglas del Pacto si querían ser salvos?

Lee Hechos 15:3 al 22. ¿Cuáles fueron algunos de los problemas presentados durante el Concilio de Jerusalén?

El problema aquí consistía en conflictos por interpretaciones muy arraigadas de las historias del Antiguo Testamento con respecto a la circuncisión y la relación con los gentiles. Aunque los apóstoles, los ancianos y los delegados de Antioquía se sentaron juntos, parece que la discusión duró mucho tiempo sin ninguna resolución. Pero entonces Pedro, Bernabé y Pablo pronunciaron sus discursos. El discurso de Pedro aludió a la revelación visionaria que Dios le dio y al don del Espíritu Santo, que abrió el camino para la misión a los gentiles. Luego, Pablo y Bernabé compartieron sus historias de lo que Dios había hecho a través de ellos en favor de los gentiles. Como resultado, muchas miradas se abrieron a la nueva verdad. Pedro dijo: “Antes creemos que por la gracia del Señor Jesús seremos salvos, de igual modo que ellos”, es decir, los gentiles (Hech. 15:11). Siglos de antiguas tradiciones se estaban desmoronando a la luz del evangelio.

¿Alguna vez cambiaste de opinión sobre cómo interpretar una creencia profundamente arraigada? ¿Qué aprendiste de la experiencia que quizá pueda ayudarte cuando tengas que evaluar nuevamente tu interpretación de alguna creencia?

 

Jueves 15 de noviembre:

Una solución difícil

Se requería cierto grado de confianza por parte de la iglesia de Antioquía para enviar representantes a Jerusalén a fin de buscar la mejor solución para su conflicto. Sin embargo, después de horas de discusión entre los apóstoles y los ancianos, Jacobo, el hermano de Jesús, quien parece ser el dirigente de la asamblea, tomó una decisión sobre lo que se debía hacer (Hech. 15:13-20). Evidentemente, el concilio decidió que los gentiles no necesitaban convertirse al judaísmo ni obedecer todos los aspectos de las leyes ceremoniales, incluida la circuncisión, para hacerse cristianos.

Lee Amós 9:11 y 12; y Jeremías 12:14 al 16. ¿Qué predicciones hicieron estos profetas del Antiguo Testamento con respecto a las naciones circundantes de Israel?

Si bien Jacobo cita Amós 9, existen alusiones a la salvación de las naciones en otros profetas del Antiguo Testamento. Desde el principio, la intención de Dios fue salvar al mundo entero a través del testimonio y la experiencia de Israel. De hecho, el llamado de Dios a Abraham incluyó una bendición para todas las naciones a través de él y sus descendientes (Gén. 12:1-3). La conducción del Espíritu Santo; el ministerio de Pedro, Bernabé y Pablo entre los gentiles; y la conversión de muchos gentiles eran evidencias que no podían dejarse de lado. Estos testimonios ayudaron a los dirigentes de la comunidad cristiana de Jerusalén a darse cuenta de que muchas de las profecías del Antiguo Testamento se estaban cumpliendo en ese entonces. De hecho, Dios ya había dado leyes que guiaban la presencia de los gentiles en Israel y las restricciones que se aplicaban a ellos (Lev. 17, 18). Jacobo también se refirió a estas leyes en su decisión (Hech. 15:29). Resultó obvio para todos que Dios estaba llamando a los gentiles a unirse a su pueblo y a recibir la salvación en Jesús. La conducción del Espíritu Santo les dio una comprensión más profunda de las Escrituras y les reveló verdades cruciales que no habían visto antes.

Hechos 15:30 al 35 relata la respuesta de los creyentes de Antioquía a lo que se decidió en Jerusalén: “Los creyentes […] se alegraron por su mensaje alentador” (Hech. 15:31, NVI).

Vemos en Hechos un poderoso ejemplo de cómo la iglesia primitiva, mediante la sumisión a la Palabra de Dios, junto con una mentalidad de amor, unidad y confianza, pudo evitar, bajo la conducción del Espíritu Santo, lo que podría haber sido una gran crisis de unidad.

¿Qué nos enseña este relato sobre lo importante que es no solo escuchar lo que otros dicen sino también considerar la posibilidad de que tengan razón, incluso cuando lo que dicen no es exactamente lo que queremos escuchar?

 

Viernes 16 de noviembre

Para Estudiar y Meditar:

Lee Elena G. de White, “Un investigador de la verdad” y “Judíos y gentiles”, Los hechos de los apóstoles, pp. 107-115 y 153-163, respectivamente.
“El concilio que decidió́ este caso estaba compuesto por los apóstoles y los maestros que se habían destacado en levantar iglesias cristianas judías y gentiles, con delegados escogidos de diversos lugares. Estaban presentes los ancianos de Jerusalén y los diputados de Antioquía, y estaban representadas las iglesias de más influencia. El concilio procedió́ de acuerdo con los dictados de un juicio iluminado, y con la dignidad de una iglesia establecida por la voluntad divina. Como resultado de sus deliberaciones, todos vieron que Dios mismo había resuelto la cuestión en disputa concediendo a los gentiles el Espíritu Santo; y comprendieron que a ellos les correspondía seguir la dirección del Espíritu.
“Todo el cuerpo de cristianos no fue llamado a votar sobre el asunto. Los ‘apóstoles y ancianos’, hombres de influencia y juicio, redactaron y promulgaron el decreto, que fue luego aceptado generalmente por las iglesias cristianas. No todos, sin embargo, estaban satisfechos con la decisión; había un bando de hermanos ambiciosos y confiados en sí mismos que estaban en desacuerdo con ella. Estos hombres estaban decididos a ocuparse en la obra bajo su propia responsabilidad. Se tomaban la libertad de murmurar y hallar faltas, de proponer nuevos planes y tratar de derribar la obra de los hombres a quienes Dios había escogido para que enseñaran el mensaje evangélico. Desde el principio la iglesia ha tenido que afrontar tales obstáculos, y tendrá que hacerlo hasta el fin del siglo” (HAp 159, 160).

Preguntas para Dialogar:

  1. ¿Qué pasos para la resolución de conflictos hallados en los relatos analizados esta semana se pueden aplicar a la comunidad de tu iglesia si surgen desacuerdos? Aunque uno de los problemas que la iglesia abordó era teológico, ¿qué podemos aprender de estos relatos que ayude a la iglesia cuando surgen problemas culturales, políticos o étnicos que amenazan la unidad? ¿Qué principios importantes podemos extraer de lo que hemos visto?
  2. Vuelve a leer la cita de Elena de White al comienzo. A pesar del resultado positivo, algunos aún no estaban satisfechos. ¿Qué lección sacar de esta triste realidad?

Resumen: La iglesia primitiva se vio amenazada por conflictos internos sobre una serie de cuestiones que podrían haber tenido un efecto devastador en ella. Vimos la forma en que la iglesia, bajo la conducción del Espíritu Santo y la sumisión a la Palabra de Dios, pudo resolver estos conflictos y evitar cismas.

Radio Adventista
12 comments… add one
  • Gracias increíble lección, saludos, bendiciones

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  • Hermano, confíe en el poder del Señor!!. Tenga la certeza absoluta de que con disposición sincera cooperando con el espíritu de Dios será libre de sus defectos de carácter. Cada mañana entreguese al Señor y pidale que lo libre de dicha tentación ya que Jesús dice: “Sin mi nada podeis hacer”. Solo confíe en el poder del Salvador y no en el suyo. Dios sabe cuando es el momento y le responderá de la mejor manera. Solo confíe en El, la fe es creer en lo que no vemos y aunque nos parezca que no tenemos respuesta, siga confiando, arrodillandose cada día y reclamando las promesas del Señor. No cuestione al Señor, al contrario, examínese a sí mismo para ver si puede mejorar y unise más a Cristo. Dígale al Señor: “Creo, ayuda mi incredulidad”. Yo también luche por años con cierto asunto y de manera milagrosa el Señor me dió libertad en Cristo ! Aunque la lucha es diaria y la batalla continúa, en Cristo hay victoria ! No suelte su mano! Al contrario, dedique mas tiempo a la oración y a la lectura de su Palabra ! Oraré por Usted, querido Pedro ! Tenga la absoluta certeza de que Dios lo ama y que quiere librarle y hacerle victorioso !!
    “Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo.” – Mateo 24:13

    Dios es poderoso para salvarle, persevere a su lado y será salvo !!

    Un fuerte abrazo,

    Samuel

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    • Hermano Samuel gracias por sus palabras y oraciones el Creador le siga bendiciendo

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  • 16 de noviembre 2018
    8:05 am.
    ¿Qué pasa cuando alguien es adventista y laico predicador por más de 10 años pero aun sufre de ataques de violencia e ira y no puede controlar su enojo en circunstancias esporádicas? siento que como supuesto líder he fracasado, pues no tengo de ninguna forma el control de mi carácter aun después de 14 años en el evangelio, he llorado infinidad de veces a los pies de Jesús suplicando un cambio, un milagro, he visto y escuchado tantas transformaciones de personas que fueron a Jesús y fueron ellas mismas convertidas, yo mismo las he predicado por más de una década y aun así creyendo con todo mi corazón en el poder trasformador de Jesús, en la biblia y su segunda venida sigo siendo el mismo hombre iracundo del pasado, es como si nunca me hubiese bautizado o si quiera hubiese conocido en alguna forma al Sr. Jesús y sus preciosas promesas. Siento que he fracasado profusamente 
    Hoy 16 de noviembre del 2018 he meditado mucho en mis errores y estoy tomando la dura decisión de apartarme del púlpito y los grupos pequeños por un buen tiempo pues creo que de alguna forma estoy arando en el desierto predicando a un Creador genuino capaz de trasformar lo que sea pero que a mi ¡como que no me toma en cuenta! No puedo seguir hablando de la salvación cuando yo mismo me siento perdido, no puedo seguir hablando de milagros de transformación cuando yo mismo sigo siendo el mismo. Me siento hipócrita, vacío, solo y fracasado.
    No niego que Di.s me ha dado muchas bendiciones antes, durante y después de que le entregué mi vida, pero todas esas bendiciones materiales o familiares las cambiaria solo por obtener la transformación de carácter que al final de cuentas me hace perder todo lo que desde arriba me han dado inmerecidamente.
    Encuentro respuestas de transformación en forma de testimonios, en la biblia, en temas de afamados pastores, sé que es posible, que es una realidad super tangible ¿pero por qué a mí no me pasa? La pregunta no es ¿será verdad que Di.s existe? No, La pregunta es ¿Por qué Di.s no me toma en cuenta y me regala el único milagro que realmente necesito para seguir predicando? He allí el dilema, así no puedo continuar. Me rindo.

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    • Buenas noches hermano, no te aflijas ni te sientas tan culpable, quizá hay heridas previas o algunos sucesos importantes que cuando sucede algún hecho determinado se reaviva este momento , hay Psicólogos cristianos que pueden orientarte y buscar junto con Cristo la solución a las conductas que te molestan. Que Dios te siga acompañando y a no desanimarse

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      • estare orando por ty mi hermano…Dios quiere transformarnos completamente tu sigue pidiendo ese Cambio que solo vendra de lo alto, nunca lo dudes que El Espiritu Santo lo puede hacer….tu pregunta es como? no se que clase de Vida lleves, pero mi experiencia fue que tuve que hacer cambios. con respecto alo que miraba en la television y escuchaba eso me ha ayudado tanto, cuidar lo que entra por nuestros ojos y oidos. se reflejara en nuestro caracter. como te pidiera contactar mi hermano Pedro montano

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        • Hola Hermana lupita gracias por su preocupación, oración y buenos deseos le envió un cordial saludo desde Venezuela puede escribirme si ud lo desea a pedroamarillaspanama@gmail.com bendiciones

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    • Querido hermano. Comprendo tu desilusión contigo mismo. Recuero las palabras de Pablo en Romanos 7 hablando del pecado que mora en El. El hecho de verte así, te de la seguridad de que eres un hombre espiritual pero a la vez que se siente miserable porque no puede ver en si mismo los cambios que Dios promete hacer. Sabes que en nuestra debilidad es donde Dios puede manifestarse mas plenamente,porque el que se siente fuerte no necesita de Dios. No seas ansioso. Los tiempos de Dios, no son los tuyos. Estamos viviendo el tiempo de restaurar los lugares asolados por el hombre de pecado. El tiempo de prueba de la última generación. Se acerca el clamor de medianoche cuando Dios habrá de derramar la lluvia temprana sobre sus hijos fieles. Dios tendra un pueblo que formaran las columnas de su Templo. Los 144000 que reflejaran el carácter de Cristo y que ya nada ni nadie podrán cambiar. Hay alguien que esta preocupado por gente como tu y Yo que estamos preocupados por salvar almas. Por eso el desaliento, le estas sacando subditos de su reino. Sin subditos no existe.Todos tenemos temas pendientes de arreglar con nuestro Padre Celestial. Cristo ora por Ti para que no desmayes ni te desalientes. Pero sigue orando, luchando con ellos, mientras sigues llevando la palabra a un mundo que perece. Dios te bendiga ¡¡¡

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      • Hermano y amigo Ricardo Cribioli. Desde Venezuela le doy Gracias por sus palabras, debo confesar que debido a la sensibilidad y ansiedad que estoy teniendo últimamente su disertación con respecto a mi condición logró sacar alguna lagrima de mis ojos pues sé que usted tiene la razón como muchos otros que han contestado mi comentario en esta misma página. Gracias por tomarse el tiempo de escribir unas palabras de aliento para este servidor. Que el Creador le siga bendiciendo desde los alto.

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    • Mi querido hermano, no te desanimes muchas veces yo me he sentido en la misma condición cuando veo mis imperfecciones, pero El señor me ha venido mostrando que no ponga mas mis ojos en mi mismo , que lo continué mirando a El en quien no hay mancha ; y poco a poco in perceptiblemente el cambio llega cuando uno menos lo espera ; como cuando una planta crece , por que recuerda la palabra que dice ; contemplando de gloria en gloria es como somos transformados como en un espejo ala misma imagen de Cristo ,
      Asi que mi consejo es que no dejes de enseñar como lo has estado haciendo, recuerda que a muchos aun en la biblia se han sentido desanimados ,
      Lo que el enemigo busca es que poco a poco nos alejemos de la obra trayéndonos a mente nuestras imperfecciones.
      Mi consejo es que continúes en la obra y también cuida tu dieta, ponle atención a todo lo que comes ; tú sabes que la comida tiene mucho efecto en nuestro carácter ; te lo digo por experiencia; a veces son cocitas pequeñas que consumimos que nos afectan nuestras emociones y actitudes aparte de todo lo que hemos adoptado del carácter de nuestros padres ; cuídate de todo lo que esté muy condimentado o demasiado chile, o carnes. Si ninguna de esas cosas es tu problema; continúa de la manos del señor hasta el fin ; por que es mejor seguir luchando de la mano del señor sabiendo que el está trabajando en nosotros esa obra que comenzó hace 15 años con tigo; que estés lejos de el pensando que eres un gran pecador.
      Bendiciones mi hermano

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      • Gracias por sus condlsejos hermano que bonitas palabras Díos le bendiga

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    • Pedro no te rindas, voy a orar para que ocurra ese milagro.

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