Lección 5 Edición Maestros: “El extranjero dentro de tus puertas” Para el 30 de Octubre de 2021

Edición para maestros. Tercer trimestre (octubre-diciembre) de 2021

“El extranjero dentro de tus puertas”

Lección 5 :- Para el 30 de Octubre de 2021

RESEÑA

Esta historia en que Dios reescribe nuevas tablas de su Ley es una historia de la gracia y el amor paciente de Dios por Israel. En la antigüedad, cuando se violaba un pacto, la renovación del pacto implicaba la preparación de nuevos tratados. Es en el contexto del vergonzoso suceso de Horeb que Moisés insta a Israel a renovar su pacto y a preparar un nuevo juramento de lealtad en el que se especificaba el requisito de Dios para su pueblo. Estos versículos reúnen varios temas en torno al principio del amor, a saber, el amor a Jehová (el primer Mandamiento), el amor como respuesta al amor y el perdón de Dios, y amar al prójimo y, más específicamente, amar al extranjero (el segundo Mandamiento), porque Dios lo amaba.

Temática de la lección:

  • El Nuevo Pacto: Aunque el Pacto es eterno, siempre existe la necesidad de renovarlo (circuncisión del corazón).
  • La circuncisión del corazón: Las imágenes, una especie de mezcla de metáforas, revela una verdad teológica crucial.
  • Amar al extranjero: Amar al prójimo es una cosa. Pero ¿a los extranjeros también?

 

COMENTARIO
El Nuevo Pacto
Hay una paradoja en la renovación de un pacto que es eterno. Lógicamente, un pacto eterno no necesita renovación. La lección que se extrae de esta paradoja tiene que ver con la fidelidad de Dios versus la infidelidad de su pueblo. Fíjate que el “nuevo pacto” no implica una nueva Ley. Es la misma Ley, que se reescribe en las nuevas tablas. Lo que Dios requiere ahora es simplemente una interiorización de la Ley.

La ley escrita en las tablas de piedra debe estar escrita en el corazón del pueblo. La renovación del Pacto es la renovación del corazón. El mecanismo de este proceso es el amor. Jeremías, quien usa por primera vez la expresión “nuevo pacto”, lo define en los siguientes términos: “No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jehová. Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo” (Jer. 31:32, 33).

Curiosamente, Jeremías registra la misma experiencia de un documento de pacto roto. El profeta, al igual que Moisés, también tuvo que reescribir su libro (Jer. 36:27, 28). Asimismo, cuando el apóstol Pablo se refiere al “nuevo pacto” (2 Cor. 3:6), lo entiende como un pacto espiritual que está escrito “no en tablas de piedra, sino en tablas de carne del corazón” (2 Cor. 3:3).

Preguntas para analizar y reflexionar:

¿Cómo se aplica la noción bíblica de “nuevo pacto” en el libro de Deuteronomio a nuestra comprensión de la relación entre el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento? ¿Por qué el “nuevo pacto” implica la misma Ley? ¿Por qué en Sinaí Dios escribió la Ley en piedras y no directamente en el corazón de la gente?

 

La circuncisión del corazón
La exigencia de Dios a Israel de que circuncidara su corazón no debe tomarse literalmente, por supuesto. Moisés menciona que es “incircunciso de labios” (Éxo. 6:12, 30, RVA) para sugerir que sus labios están cerrados y que no puede hablar con fluidez (“yo soy torpe de labios” [Éxo. 6:30]). Jeremías deplora que Israel tenga oídos incircuncisos, lo que significa que no puede escuchar la palabra de Jehová (Jer. 6:10). Debido a que la circuncisión es la señal del Pacto (Gén. 17:10-13), la circuncisión del corazón es una imagen que simboliza la circuncisión interior que Pablo describirá más adelante como la conversión del creyente (Rom. 2:28, 29). Este es un procedimiento que solo Dios puede realizar (Deut. 30:6).

Moisés no sugiere que la circuncisión de la carne sea mala. Antes de entrar en la tierra de Canaán, los hombres de Israel tendrán que circuncidarse como señal del Pacto (Jos. 5:2). La circuncisión del corazón concierne a los que ya están circuncidados en la carne, a los que están bajo el Pacto. Después de la circuncisión de la carne, la renovación del Pacto no es una nueva circuncisión que anularía la anterior, sino una profundización del mismo Pacto y de sus leyes. Después de recibir la letra de la Ley, ahora son llamados a hacer que su compromiso se arraigue en el corazón. Esto implica no solo abstenerse de hacer el mal. Más importante que esto es no desear hacer el mal. No solo abstenerse de hacer el mal, sino dedicar toda la vida a hacer el bien. Solo el amor hará que este compromiso sea posible. Por eso, en esta etapa Dios exige un pacto sobre la base del amor y, por ende, este es más exigente y más cabal.

Preguntas para analizar y reflexionar:

¿Qué hace que un pacto basado en el amor sea más exigente que un pacto basado en la Ley? Al mismo tiempo, ¿cuáles son los riesgos de enfatizar el amor a expensas del rigor de la justicia? La imagen de la circuncisión del corazón ¿qué relación tiene con la imagen de una cerviz endurecida?

 

Amar al extranjero
Lo más intrigante es que la primera aplicación del mandamiento de amar al Señor es amar al extranjero. ¿Por qué Dios requería que Israel amara al extranjero? Aquí se pueden enumerar dos series de razones. Analicen y mediten en ellas en clase: (1) razones para justificar este requisito y (2) razones para prepararlos para la santidad.

¿Por qué amar al extranjero?
Porque Dios ama al extranjero (Deut. 10:18). Esta razón está arraigada en la fe en el Creador, que es dueño de los cielos y la Tierra (Deut. 10:14). En esta razón están implícitos dos principios. En primer lugar, está el principio de que Dios ha creado al extranjero a su imagen (imago Dei). El segundo principio deriva del primero; es el principio de la imitación de Dios (imitatio Dei) por parte de sus siervos.

Porque Israel solía ser extranjero (Deut. 10:19). Esta razón se basa en el principio de “amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Lev. 19:18).

Prepararse para conocer a Dios. Dios pertenece a otro orden (Deut. 10:17). Él es el Santo, y es esencialmente diferente de nosotros los seres humanos. La mejor pedagogía para amar a Dios podría ser aprender a amar al diferente, al extranjero.

Prepararse para conocer a otros. Como exesclavos, los israelitas tuvieron que aprender a ver a los demás no solo como amos crueles a los que odiaban sino como “prójimo” con quienes comunicarse, compartir y amar. Porque la experiencia del amor se enriquece y se fortalece cuando se vive entre dos pueblos diferentes.

Prepararse para perfilar y cumplir su propio destino como extranjeros. Como exnómadas en el desierto, los israelitas tuvieron que aprender el camino de la santidad y el valor de vivir con diferentes personas sin comprometer su identidad santa. Del mismo modo, Abraham, José y Daniel tuvieron que aprender a vivir con la tensión entre conciliar el deber de la santidad con el deber del amor.

Preguntas para analizar y reflexionar:

¿Cómo y por qué el principio de imago Dei (el hombre como imagen de Dios) nos ayuda a comprender la importancia de amar al extranjero y a amar al extranjero? ¿Por qué la experiencia de amar a un extranjero fortalece y enriquece la calidad del amor? ¿Por qué la comunión y la convivencia con personas de otras religiones fortalece tu fe?

 

Amar a los huérfanos y a las viudas
El pacto de Deuteronomio no define el “amor”, pero deja en claro que el amor es una categoría divina. Es solo a través de Dios que Israel puede comprender y cumplir el mandamiento del amor. Por otro lado, es importante notar que la única vez que se describe el amor es en acción a través de la administración de la justicia de Dios en favor de los huérfanos y las viudas (Deut. 10:18; comparar con Deut. 24:17-22).

Preguntas para analizar y reflexionar:

¿Por qué el requisito de amar al huérfano y a la viuda se relaciona con el requisito de amar al extranjero? ¿Qué tienen en común el forastero, la viuda y el huérfano?

 

APLICACIÓN A LA VIDA
En Los miserables –del escritor francés Víctor Hugo–, el ladrón Jean Valjean comprende finalmente el valor del perdón y la misericordia cuando su anfitrión le entrega la plata que había robado; de lo contrario, habría ido preso. Considera y analiza los siguientes casos:

  • Eres el anciano o el pastor de una iglesia. Una joven de tu iglesia tuvo un hijo después de una relación extramarital. Varios años después, la pareja se acerca a ti y te pide que realices su ceremonia de matrimonio (ambos son adventistas). ¿Cómo abordarías este caso?
  • ¿Cuáles son las motivaciones que guían tus decisiones políticas? ¿Eliges tu partido político sobre la base de una agenda nacionalista, de intereses egoístas, o te inclinas más por la justicia social y el cuidado de los pobres, las viudas y los huérfanos?
  • Un mendigo borracho te pide dinero porque dice que tiene hambre y no ha comido de verdad en muchos días. ¿Cómo responderás a su solicitud si no tienes garantía de que no usará el dinero para comprar alcohol?
  • ¿Qué le dirías a una persona de tu comunidad de fe que te dice que no le agradas pero que, a causa de Dios, se ve obligada a amarte? ¿Cómo le respondes?
Radio Adventista
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