Leccion 4 Edicion para Maestros – Cristo y la ley en el sermón del monte – Sabado 26 de Abril

escuela sabaticaEl sábado enseñaré…
Texto clave: Mateo 22:37.
Enseña a tu clase a:
Saber que Jesús no vino para destruir la Ley sino para revelar su esencia.
Sentir que la Ley se ocupa no solo de las acciones sino también de los motivos.

 

 

Hacer: Demostrar acciones, pensamientos y motivos guiados por el Espíritu
en vez de cumplimientos externos.

Bosquejo de la lección:

I. Saber: Guardar la Ley es una tarea del corazón.
A. ¿Por qué sus adversarios afirmaban que Jesús quería destruir la Ley?
B. ¿Qué significa “cumplido” en Mateo 5:18?
C. ¿Cómo difería la forma en que Jesús guardó la Ley de la de los escribas
y los fariseos?

II. Sentir: El motivo es todo.
A. Tal vez algunos acusaron a Jesús de ser blando con el pecado. ¿Cómo
muestra Jesús su aversión hacia el pecado (Mat. 5:29, 30)?
B. ¿Cómo se sintieron los discípulos acerca de la enseñanza de Jesús
sobre la motivación al observar la Ley (Mat. 19:10)?
C. Jesús amplió la orden de no jurar falsamente en Mateo 5:33 al 37.
¿Cómo nos muestra esto que nuestro trato mutuo y con Dios no debe
basarse en sentimientos fluctuantes?

III. Hacer: Rendirse a la obra del Espíritu Santo.
A. ¿Por qué preferimos tener listas de cosas para tachar que cambiar
nuestros motivos?
B. ¿Cómo puedo vivir de modo que mi “sí” signifique “sí”, y mi “no” sea
“no” sin tener que jurar para que me crean?
Resumen: Jesús muestra, en el Sermón del Monte, que no vino para eliminar
la Ley, sino para magnificarla y mostrar la necesidad de que el Espíritu
Santo more en uno para guardarla.

Ciclo de aprendizaje
Texto destacado: Mateo 22:37.
Concepto clave para el crecimiento espiritual: La Ley de Dios es
un llamado a un compromiso de un estilo de vida completo, con el poder del
Espíritu Santo, en el cual nuestros actos, así como nuestros pensamientos y
motivos más íntimos, sean conducidos por el Espíritu.

1: ¡Motiva!

• Solo para los maestros: Aquí captamos el alcance de la Ley de Dios
y el enfoque que debemos tener hacia ella. La Ley de Dios no debe ser debatida
de una manera teórica, sino que debe saturar todo nuestro ser.
Se cuenta de un hombre rico que tenía una mansión en una montaña. La
única manera de llegar a ella era por un peligroso camino de cornisa (con un
precipicio de un lado). El rico necesitaba un conductor, y lo anunció. Tres hombres
respondieron. Tomás, el primer entrevistado, se sintió bastante confiado;
pues había conducido en carreras de automóviles. El rico solamente hacía una
pregunta: “¿Cuán cerca del borde del precipicio puedes conducir?” Tomás le
contó de su excelente control del vehículo y de que nunca había perdido el control
de su automóvil a altas velocidades. “Pero ¿cuán cerca puedes conducir?”,
insistió el hombre rico. Después de unos instantes, Tomás respondió: “Creo que
puedo manejar con seguridad hasta a un metro (tres pies) del borde”. Samuel,
el siguiente entrevistado, se sintió aún más confiado. Él había conducido un
automóvil en unas maniobras acrobáticas para una película. No tenía ningún
temor detrás del volante. Cuando le hizo la misma pregunta, rápidamente
contestó: “¡Podría llevar cualquier vehículo a menos de medio metro (un pie y
medio) del borde; y aun hasta tener una rueda sobre el borde mismo!” José, el
último entrevistado, no pretendió fama como conductor. “Así que, José, ¿cuán
cerca del borde del precipicio puedes conducir?”, preguntó el hombre. “No sé
señor, tengo miedo de las alturas, así que me quedaré tan lejos del borde como
sea posible”. Y consiguió el empleo.
Actividad inicial: Comparte esta historia y pregunta a la clase si están de
acuerdo con el hombre rico. ¿Cómo fueron las actitudes de Tomás, Samuel y
José hacia la ley de la gravedad?
Analiza: ¿En qué forma las actitudes de Tomás y Samuel eran similares al
pensamiento judío acerca de la Ley en el tiempo de Cristo?

2: ¡Explora!

Comentario de la Biblia
I. El sermón sobre el Reino de Dios
(Repasa, con tu clase, Mat. 517-48.)
Mateo 5:17 al 48 describe un momento clave del ministerio de Jesús, y es
parte del Sermón del Monte. Situado al comienzo de su ministerio, las ideas
y los conceptos contenidos en esta sección muestran que Jesús distingue el
Reino de Dios del reino de Satanás. El Reino de Dios es sal y luz, y está integrado
por personas dispuestas a marcar una diferencia (Mat. 5:13-16).
Desde el comienzo, Jesús se anticipa a una pregunta que pudo haber surgido
en los fariseos y los escribas al escuchar al joven rabí de Nazaret. “No piensen
que he venido a anular la ley o los profetas; no he venido a anularlos sino a
darles cumplimiento” (Mat. 5:17, NVI). El término griego que aquí se tradujo
con “anular” también significa “destruir”, “abolir”, “demoler” o “desmantelar”.
Jesús no vino para demoler o anular la Ley y los profetas (que indica abreviadamente
el Antiguo Testamento); él vino para cumplirlos.
Considera la etimología de la palabra cumplir. La forma griega de cumplir
está estrechamente relacionada con llenar, y la traducción griega del Antiguo
Testamento (LXX, o Septuaginta) usa este verbo para describir la orden del Creador
a sus criaturas de llenar la Tierra (Gén. 1:22, 28). Cristo, que creó el mundo
por medio de su palabra (Juan 1:1-3), está por llenar los espacios que un mero
“no matarás” o “no cometerás adulterio” dejó abiertos. Estos mandamientos
parecen sencillos de explicar, pero Jesús cava más hondo.
Considera: ¿Por qué enfatizó Jesús que el Reino de Dios había llegado?
II. “Habéis oído… mas yo os digo”.
(Estudia, con tu clase, las seis antítesis [expresiones opuestas] que Jesús
propone en Mat. 5.)
Jesús usa seis antítesis que nos ayudan a comprender que el acto es solo
un elemento en la observancia humana de la Ley. Jesús indica que Dios considera
la motivación y los pensamientos tanto como los actos, pero al usar esta
estructura antitética también afirma ser el Dador de la Ley. Las antítesis cubren
el homicidio (Mat. 5:21-26), el adulterio (Mat. 5:27-30), el divorcio (Mat. 5:31,
32), los juramentos (Mat. 5:33-37), la venganza (Mat. 5:38-42) y el amor hacia
los enemigos (Mat. 5:43-47). No todos estos ejemplos son parte de los Diez
Mandamientos. El divorcio y los juramentos podrían clasificarse como leyes
civiles, mientras la venganza y el amor a los enemigos deberían considerarse
como fundamentos teológicos (o filosóficos). Jesús elige diferentes niveles de
la Ley para subrayar que guardar la Ley sin el Dador de ella es imposible. Dicho
de otra manera: al incluir los pensamientos, las actitudes y la motivación dentro
de lo que abarca la Ley, Jesús destaca la imposibilidad de que los humanos -tú
y yo- seamos capaces de guardarla (con todos sus diferentes niveles y motivaciones)
por nosotros mismos. Aun con nuestras mejores intenciones, vemos
que el Dador de la Ley descendió del Sinaí al Gólgota para darnos un ejemplo
perfecto y una salvación perfecta, disponible para todos los que lo aceptan.
Considera: ¿De qué manera nos desafía Jesús a guardar la Ley en forma
más estricta de lo que lo hacían los fariseos?
III. “Sed… perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es
perfecto”.
(Estudia, con tu clase, Mat. 5:48.)
Aquí hay una afirmación vital que a menudo ha sido sacada de su contexto.
“Por tanto, sean perfectos, así como su Padre celestial es perfecto” (Mat.
5:48, NVI). Imagínate cómo se habrán sentido los oyentes de Jesús al captar
esta última afirmación. ¿Lo miraban con ojos incrédulos, los puños cerrados
y bocas abiertas? ¿Cómo se sintieron los escribas y los fariseos al oír a Jesús
exponer la Ley, terminando con una orden de perfección divina? ¿Sacudieron
sus cabezas en señal de desacuerdo o afirmaron en silencioso asentimiento?
Jesús destaca dos esferas de perfección: “Sed… perfectos” se refiere a
sus oyentes. Esto está ligado a otra esfera de perfección: “como vuestro Padre
que está en los cielos es perfecto”. Elena de White afirma: “Y así como Dios
es perfecto en su esfera, hemos de serlo nosotros en la nuestra” (PP 620) y
es claramente una alusión a estos dos niveles diferentes de perfección. Deuteronomio
32:4 describe la perfección de Dios: “Él es la Roca, cuya obra es
perfecta”, mientras que Isaías 64:6 subraya el hecho de que “nuestras justicias
[son] como trapo de inmundicia”. Jesús es el puente sobre el abismo que separa
nuestra falta de perfección de la completa perfección de Dios. “Yo en ellos, y tú
en mí, para que sean perfectos en unidad” (Juan 17:23). La perfección bíblica
tiene dos niveles: la unidad perfecta de Dios en la Deidad, y la unidad perfecta
de la humanidad con Cristo.
Aquí es útil la ilustración tomada de Robert J. Ross, “Perfección”, Adventist
World (diciembre de 2009), p. 21. “Hace poco los científicos descubrieron una
forma de fabricar la primera superficie de vidrio absolutamente plana y pulida.
Es tan suave y lisa que cuando dos de estas gruesas láminas de vidrio son colocadas
una sobre la otra y desplazan todo el aire, la conexión entre las moléculas
llega a ser tal que es casi imposible separarlas. Son verdaderamente una. La
unidad perfecta de Jesús con el Padre, por medio de su obediencia aquí en la
Tierra, llega a ser nuestro manto de (su) justicia imputada por toda la eternidad.
La justicia que anhela impartirnos es la unidad perfecta que podemos tener por
medio de la conducción de su Espíritu. La obediencia motivada por un amor
genuino permite que cada día Cristo nos vaya puliendo hasta que lleguemos a
ser uno con él, de manera que ya nada pueda interponerse entre él y nosotros”.

Considera: ¿De qué modo el tema del Sermón del Monte nos ayuda a comprender
el llamado de Jesús hacia la perfección?

3: ¡Aplica!

PREGUNTAS PARA REFLEXIONAR:
1. En Mateo 5, Jesús enfatiza la motivación y los pensamientos que están
detrás de la Ley. ¿Cómo somos juzgados: por nuestra motivación o por nuestros
actos? Apoya con la Biblia tu respuesta. (Indicio: ver Eze. 24:14.)
2. Si el pecado no es solo el acto mismo sino que comienza en la mente,
¿cuándo la tentación llega a ser un pecado?
3. ¿Cuál es la diferencia entre “volver la otra mejilla”, “cargar la segunda
milla” (Mat. 5:38-42) y ser una víctima pasiva? (Ver la sección del jueves, sobre
“venganza” cristiana.)
PREGUNTAS DE APLICACIÓN
1. Después de leer Mateo 5:23 al 26, considera cómo resolver el problema
de una persona que te guarda rencor. ¿Cómo afecta tu relación con Dios la
necesidad de una reconciliación?
2. Jesús lleva más lejos el mandamiento de no cometer adulterio, al decir
que cualquiera que mira con lujuria está quebrantando este mandamiento. ¿Es
válida hoy esta enseñanza, ya que la publicidad nos bombardea jugando con
nuestros deseos sexuales?
3. ¿Cómo podemos manejar situaciones que nos hacen enojar? La enseñanza
de Jesús en el Sermón del Monte no nos dice que aceptemos con
calma los abusos, sino que nos “venguemos” con bondad inesperada. ¿Cómo
es posible hacer esto?

4: ¡Crea!

Actividad: Diego tiene un vecino terrible: permite que su perro ensucie el
césped de Diego sin limpiarlo, toca música fuerte los viernes de noche hasta
tarde y tira basura por sobre la pared divisoria al patio de Diego. Como clase,
sugieran algunas maneras prácticas mediante las cuales Diego puede amontonar
“ascuas de fuego… sobre su cabeza” [“se avergüence de su conducta”,
NVI] (Prov. 25:21, 22).

Radio Adventista
2 comments… add one
  • muy bueno

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  • Me gustas estudios bíblicos que explican me ayudan a entender mejor. Gracias

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