Edición para maestros. Primer trimestre (enero-marzo) de 2018
“Escape de las costumbres del mundo”
Lección 4: – Para el 27 de enero de 2018
El sábado enseñaré…
Saber: Descubrir el método de Dios para escapar de la mundanalidad.
Sentir: Experimentar la liberación de la mundanalidad a través de la renovación espiritual.
Hacer: Cultivar una nueva orientación personal, para desalentar un retorno a la mundanalidad.
- Conocer: Conocer a Jesús
- ¿De qué manera el estudio de la Biblia reorganiza nuestras prioridades e inspira la renovación espiritual?
- ¿Cómo podemos orientar la oración para que trascienda de una mera lista de deseos humanos y se convierta en un instrumento de transformación espiritual?
- ¿Cuál es el papel de la sabiduría para superar la mundanalidad?
- ¿Cómo trabaja el Espíritu Santo con el Padre y el Hijo para reorientar y redirigir nuestra vida?
- Sentir: Percibir la presencia de Jesús
- ¿Cómo podemos cultivar un sentido más profundo de la presencia de Dios en nuestra vida?
- ¿Cómo podemos desarrollar una apreciación más intensa del papel del Espíritu Santo en nuestra renovación espiritual?
- Hacer: Demostrar nuestra devoción
- ¿Cómo respondemos a la invitación de experimentar la renovación espiritual?
- ¿Cómo evitan los cristianos los picos y los valles emocionales, para fomentar una experiencia de crecimiento constante?
- ¿Qué medidas podemos tomar para tener una vida espiritual próspera?
Cultivar la vida espiritual es la única manera segura de escapar de la mundanalidad. El estudio de la Biblia, la oración, el servicio cristiano, la comunión cristiana y el acto de considerar las maravillas de la naturaleza, pueden contribuir a reformar nuestra cosmovisión y llamarnos a la plenitud espiritual.
Texto destacado: Proverbios 11:4, 28.
Concepto clave para el crecimiento espiritual: La vida espiritual solo prospera cuando los creyentes cultivan intencionalmente aquellas prácticas que crean intimidad espiritual con su Creador y Redentor.
PASO 1: ¡Motiva!
Solo para los maestros: Los jardineros y los agricultores conocen la importancia de mantener contacto constante con el suelo. Si sacas una planta de la tierra, morirá. Las raíces, la base de la planta, no pueden sostener la vida ni producir semillas sin los nutrientes que recibe al permanecer en contacto con el suelo. La cercanía física de las raíces con el suelo es fundamental para que la planta pueda vivir. La luz del sol y la humedad también desempeñan una función importante, pero a menos que las raíces estén aseguradas en su suelo rico en nutrientes, los demás factores positivos serán de poca utilidad.
Este principio también se aplica a la vida espiritual. A menos que el cristiano permanezca cerca de Jesús, la intimidad espiritual, tan vital para el crecimiento cristiano, no podrá echar raíces. Por ende, el estudio de la Biblia, la oración, la comunión cristiana y el servicio cristiano no pueden ser elementos optativos de la experiencia cristiana; más bien, deben considerarse componentes esenciales de una vida espiritual en crecimiento.
Actividad inicial: Una semana antes de este estudio, arranca una planta (una variedad de malezas está bien) y déjala morir y secarse al sol. Lleva la planta muerta y una plantita en maceta a la clase. Si tu clase se reúne al aire libre, rodeada de plantas en crecimiento, no necesitas llevar la planta viva, en maceta, porque puedes referirte a las plantas vivas que los rodean, a los fines de la ilustración. Pregunta a la clase qué propiedades comparte la planta muerta con las plantas vivas. Las respuestas pueden incluir la forma, el tamaño y, posiblemente, el color de la planta. Pregunta cuál es la diferencia básica entre las dos plantas. A continuación, pregunta por qué piensan que murió aquella planta. Después de decirles que la planta murió porque fue arrancada, haz comparaciones con la vida espiritual. Si no recibimos constantemente la gracia de Dios a través de los medios que él proveyó, ¿qué sucederá inevitablemente con nuestra vida espiritual?
PASO 2: ¡Explora!
Solo para los maestros: Una de las aseveraciones más notables de la Escritura está registrada en Romanos 8:4 al 6: “Para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu. Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz”.
Pablo, que en los primeros capítulos de Romanos se explayó sobre las formas en que Jesús satisface los justos requisitos de la Ley, ahora afirma con valentía que estas exigencias pueden cumplirse en nosotros. La diferencia entre la vida antes de ser cristianos y la nueva vida, es la dirección o la orientación de nuestro pensamiento; y los resultados difieren tanto como la vida de la muerte. ¿Qué prácticas nos ayudan a concentrarnos en las cosas de arriba?
Comentario de la Biblia
I. Vocabulario celestial
(Repasa con tu clase Sal. 119:11; Juan 5:39; 20:31; Luc. 24:27; 1 Tes. 2:13).
“Oh, cantádmelas otra vez,
Bellas palabras de vida.
Hallo en ellas mi gozo y luz,
Bellas palabras de vida.
Sí, de luz y vida; son sostén y guía.
¡Qué bellas son! ¡Qué bellas son!
Bellas palabras de vida”
(Himnario adventista, Edición 2009, Nº 204).
Así comienza el clásico himno escrito por P. P. Bliss en 1874: haciendo una invitación a la vida espiritual construida sobre la Biblia. Los compositores, los teólogos, los comerciantes y prácticamente cualquier persona que sabe leer, defiende el valor de la Biblia en la transformación de la vida. ¿Cuántas veces hemos oído hablar de personas que descubren la verdad leyendo?
El valor de la Biblia en el desarrollo espiritual es incalculable. La Escritura crea una barrera contra el pecado (Sal. 119:11). Aunque esta barrera protectora puede estar oculta para el observador casual, es real. No es necesario que usemos la Escritura en nuestra vestimenta, como lo hacían los fariseos de antaño (un equivalente moderno bien podría ser una camiseta con versículos bíblicos), pero albergar la Biblia en nuestro corazón mediante el estudio diario y la oración debiera ser una cuestión prioritaria. Ojalá que el elogio de Pablo para los creyentes de Tesalónica se pudiera aplicar a todos los cristianos actuales: “Vosotros […] recibi[steis] la palabra en medio de gran tribulación, con gozo del Espíritu Santo, de tal manera que habéis sido ejemplo a todos los […] que han creído” (1 Tes. 1:6, 7).
Considera: ¿Cómo nos salvaguarda la Biblia contra el pecado?
II. Comunicación celestial
(Repasa, con tu clase, Efe. 6:18; Mar. 11:24; Luc. 11:1-13).
Se dice que el clérigo inglés Samuel Chadwick afirmó: “La única preocupación del diablo es evitar que los cristianos oren. No le teme a nada sin oración: al estudio sin oración, al trabajo sin oración, ni a la religión sin oración. Se burla de nuestro grandes esfuerzos, se burla de nuestra sabiduría, pero tiembla cuando oramos”. Pocas veces se ha planteado la importancia de la oración con más elocuencia. Jesús, el único ser humano perfecto de la historia, se adentraba en las colinas de Judea en busca de soledad para orar. Si el Hijo perfecto de Dios necesitaba de una constante comunión con Dios para sobrellevar las vicisitudes del día, ¿cómo puede ser que nosotros, mortales imperfectos y pecadores, consideremos que la oración sea tan irrelevante? Si, por cierto, la oración es abrir el corazón a Dios como a un amigo, ¿por qué descuidaríamos un privilegio tan grande, especialmente teniendo en cuenta quién es este Amigo?
El hermano de Jesús, Santiago, declara: “La oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiere cometido pecados, le serán perdonados. Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho” (Sant. 5:15, 16). ¡Ojalá pudiésemos ansiar la oración con tanto fervor como nuestros pulmones y organismo ansían el aire!
Considera: ¿Cómo triunfarían los ejércitos en la batalla sin una buena comunicación? ¿Cuán bien esperamos que nos vaya en nuestra batalla en contra de Satanás, sin una buena comunicación con nuestro Comandante?
III. Sabiduría de arriba
(Repasa, con tu clase, 1 Rey. 3:9-14; Prov. 8:11; 24:13, 14; 1 Cor. 3:19).
La sabiduría es más que información o mero conocimiento. Incorpora la capacidad de tomar decisiones y juicios razonables, basados en el conocimiento y la experiencia. Implica una riqueza de conocimientos acumulados a lo largo del tiempo, que han sido aplicados y probados en diferentes situaciones y en diferentes períodos. A menudo sugiere un contexto social, como cuando Salomón pidió sabiduría a Dios a fin de guiar a la nación de Israel en forma eficiente. ¿Quién podría estar en mejor posición para obtener sabiduría que el cristiano que tiene acceso directo al divino Anciano de Días, quien desde la eternidad tiene conocimiento y experiencia infinitos?
Considera: ¿Cómo puede guiarnos el Espíritu Santo para aplicar la sabiduría divina?
PASO 3: ¡Aplica!
Solo para los maestros: El estudio de esta semana es fundamental para nuestro desarrollo como creyentes, pero si no es más que un análisis interesante, habremos fracasado miserablemente. Si quieren tener éxito en su crecimiento espiritual, los miembros de la clase deben encontrar formas concretas de incorporar las prácticas de la oración y el estudio de la Biblia a su vida.
Preguntas de aplicación:
- ¿Cómo puedo ser más constante en el estudio de la Biblia?
- ¿Cómo puedo pasar más tiempo en oración sin aburrirme ni hacer repeticiones innecesarias?
- ¿Cuáles son los pasos prácticos que puedo dar, que me ayuden a desarrollar la sabiduría?
- La interacción con creyentes que comparten mis creencias, ¿cómo puede mejorar mis hábitos de estudio de la Biblia y mi vida de oración?
- ¿En qué medida el estudio de la historia de la iglesia podría ayudarme a desarrollar más sabiduría?
- ¿Qué influencia podría tener en mi crecimiento espiritual pasar un largo período junto con Dios?
- ¿Cómo podría mejorar mi renovación espiritual el uso de los principios bíblicos a través del servicio?
PASO 4: ¡Crea!
Solo para los maestros: Fomenta la adopción de medidas que incorporen las prácticas de la oración y el estudio de la Biblia en el estilo de vida cotidiano de los miembros de la clase.
Actividades:
- Pide a tus amigos que te tomen fotos orando, estudiando la Biblia o viviendo tu fe en el servicio cristiano. Escoge las mejores, y colócalas en el refrigerador o en la mesita de noche, en cualquier lugar donde las veas a menudo para animarte a continuar.
- Arma un rincón de culto en tu hogar, tu trabajo o en otro espacio personal, para el estudio personal de la Biblia y la oración. Dedica ese rincón solo para ese propósito.
- Durante tu horario de estudio de la Biblia, comienza a escribir una lista de ideas para el servicio cristiano. Basa esta lista en la exploración de las Escrituras, no solo en las “necesidades” que ves en tu comunidad.
- Inicia un diario de oración que incluya un espacio para resumir tus conversaciones con Dios y la fecha de cada anotación. Si haces pedidos, deja espacio para anotaciones posteriores en las que reconozcas que Dios ha respondido las oraciones.
Muy hermosa esta lección. Gracias por hacerla disponible en la web.