Lección 4: Edicion Adultos – “La epopeya de Jonás” Para el sabado 25 de julio de 2015

Tercer trimestre (julio-septiembre) de 2015

 “La epopeya de Jonás”

Lección 4: – Para el 25 de julio de 2015

 

Sábado 18 de julio

Lee Para el Estudio de esta Semana: Jonás 1-4; 2 Reyes 14:25; Isaías 56:7; 44:8; Mateo 12:40; Apocalipsis 14:6-12.

Para Memorizar: “En verdad comprendo que Dios no hace acepción de personas, sino que en toda nación se agrada del que le teme y hace justicia” (Hech. 10:34, 35).

El libro de Jonás informa de un profeta hebreo que trabajó lejos de su “zona de confort”. Vivió durante el reinado de Jeroboam II, cerca del año 750 a.C. (2 Rey. 14:25), y es el único profeta del Antiguo Testamento de quien sabemos que fue llamado para ser un misionero en otro país. Dios no quería que la verdad se limitara solo a su pueblo escogido, como lo afirma especialmente en Isaías y en los Salmos, aun cuando la teología popular israelita de ese tiempo no aceptaba que los gentiles también participaran de la salvación. Aun en tiempos del Nuevo Testamento era una lección que los judíos encontraban difícil de aprender.

En Jonás, tenemos un informe de la experiencia pionera del profeta como misionero en el extranjero, tanto lo positivo como lo negativo. Aquí se muestra una reacción muy humana de una persona ante el llamado de Dios y una apelación a mantener misiones en el extranjero. Del libro emergen algunos criterios para los misioneros que trabajan en el extranjero y sus testimonios interculturales, que también señalan soluciones para algunos de los problemas y temas que enfrentan los misioneros modernos.

 

Domingo 19 de julio:

El profeta con fallas

Lee 2 Reyes 14:25. ¿Qué nos dice esto acerca de Jonás? ¿Bajo qué luz se lo presenta?

Fuera del libro de Jonás, el profeta se menciona en otro pasaje del Antiguo Testamento, 2 Reyes 14:25. Aquí es honrado como un profeta que predijo la recaptura que Israel haría del territorio tomado por Siria.

Jonás nació en Gat Hefer (en hebreo, “lagar junto al pozo de agua”), un pueblo en Zabulón, en el norte de Israel, a solo pocos kilómetros de Nazaret. Esto significa que tanto Jesús como Jonás fueron profetas galileos, separados por unos 750 años.

Lee Jonás 1:1 al 3, 9 y 12; 3:3 al 10; y 2:1 al 9. ¿Qué clase de cuadro nos presentan estos versículos acerca de él, tanto buenos como malos?

Jonás surge de su libro como una extraña mezcla de fortalezas y debilidades; era testarudo y rebelde, pero enseñable y obediente. Era leal a Dios, valeroso y creyente en la oración, pero también era estrecho de miras, egoísta y vengativo. Aunque a Jonás se lo describe como un siervo de Dios en 1 Reyes 14:25, constituye un personaje triste y trágico en el libro que lleva su nombre. El que se lo describa de esa manera sincera es una marca de la integridad y la confiabilidad de la Biblia: bajo la inspiración del Espíritu, los autores de la Biblia presentan lo valiente junto con lo insignificante en la vida de las personas para ilustrar la verdad de que, no importa cuán débiles y desagradables sean estos personajes, Dios puede actuar por medio de ellos si están dispuestos a permitirlo.

¿Qué otros personajes bíblicos usó Dios a pesar de sus fallas? ¿Qué esperanza podemos obtener nosotros del hecho de que Dios usa personas con deficiencias y limitaciones al trabajar para alcanzar a otros?

 

Lunes 20 de julio:

Un misionero temprano

“Ve a Nínive” era la orden de Dios a Jonás. En el Antiguo Testamento la apelación usual a las naciones era “Vengan a Sion”. El plan de Dios era que Israel viviera su religión, y que la nación fuera tan atractiva que otros pueblos se acercaran a ella para recibir conducción (Isa. 56:7).

Jonás, como precursor de los discípulos del Nuevo Testamento (Mat. 28:18-20), recibió la orden de ir a Nínive, un centro impuro de idolatría, brutalidad y totalitarismo. Él hizo preparativos para ir al oeste por mar, aunque Dios le había ordenado ir al este por tierra. Jonás huyó en la dirección opuesta.

Lee Jonás 1:3 al 17. ¿Qué lecciones obtenemos de esta narración?

La reacción de Dios fue una fuerte tempestad. Los vientos obedecen a su Creador, aunque el profeta no lo haga (Mar. 4:41). Jonás dormía durante la tormenta, mientras los tripulantes gentiles oraban (Jon. 1:14). Con honestidad, Jonás confesó que él había causado la calamidad y testificó del verdadero Dios. “Soy hebreo” se refería tanto a su religión como a su nacionalidad. Debido a la furia de la tormenta, los marineros gentiles trataron de salvarse a sí mismos y a los pasajeros, y mostraron compasión por Jonás al procurar no arrojarlo por la borda. (El profeta estaba dispuesto a sacrificarse para salvar a los otros.) Cuando cumplieron su pedido, la tormenta cesó y el mar se calmó (vers. 15). Los marineros asombrados fueron los primeros conversos de Jonás a su Dios, quien pudo actuar aun cuando Jonás huía del llamado de Dios.

La salvación de Jonás fue tan milagrosa como la del barco. Dios preparó “un gran pez”. El original hebreo no especifica qué clase de pez salvó a Jonás al tragarlo. Jonás en el vientre del pez es, sin duda, el episodio más conocido de la historia; pero el mensaje más profundo del libro es que Dios ama y cuida a todas las personas, y desea su salvación.

Hay un solo Dios, el Creador de los cielos y la Tierra (ver Isa. 44:8; 45:5, 6). Cualquier otra cosa que una persona adore es idolatría y error. Cualquier otro “dios” a quien se ore es imaginario, es una mentira. ¿Por qué es tan importante esta verdad, que debemos tener interiorizada, en el contexto de misión?

 

Martes 21 de julio:

En el vientre del gran pez

La experiencia de tres días en el vientre del gran pez llegó a ser un tipo de la muerte y la resurrección de Cristo (Jon. 1:17-2:10; Mat. 12:40). Dios proveyó y dirigió al gran pez. Aunque hay informes de personas que sobrevivieron en el mar después de haber sido tragados por una ballena, debemos recordar que Dios proveyó tanto este gran pez como el poder que sustentó a su siervo mientras estuvo dentro de él. Este evento pudo ocurrir solo mediante la intervención sobrenatural de Dios quien, en toda la Biblia, se revela como un Dios que actúa en la vida de las personas.

Hay evidencias de que la frase “tres días y tres noches” era una antigua figura de lenguaje que indicaba el tiempo necesario para el viaje imaginario al Seol, nombre hebreo para la región de los muertos. Considerando lo que le ocurrió, Jonás ciertamente debe haber estado como muerto.

En el vientre del pez, Jonás comenzó a orar. El capitán había ordenado en vano a Jonás: “¡Clama a tu dios!” (Jon. 1:6, NVI). Ahora, en una situación desesperada, Jonás empieza a hacerlo. Hizo falta esta situación desesperada para que él hiciera lo que debió haber hecho desde el principio. Un resumen de la oración de Jonás ha sido conservado en la forma de un salmo de gratitud. Estos salmos, típicamente, incluyen cinco partes: 1) introducción; 2) descripción de la angustia; 3) clamor pidiendo ayuda a Dios: 4) informe de la acción de Dios; y 5) promesa de cumplir cualquier voto hecho y de testificar de la acción salvadora de Dios. Es decir, Señor, si me sacas de esto, te prometo tal y tal cosa. ¿Quién no ha pronunciado una oración así? La pregunta es: ¿Cumpliste con lo que prometiste hacer?

Lee Mateo 12:40. ¿De qué modo toma Jesús la historia de Jonás y la aplica a sí mismo? Ver también Juan 2:19-22.

El capítulo termina así: “Y mandó Jehová al pez, y vomitó a Jonás en tierra” (Jon. 2:10). La orden de Dios al gran pez hizo logró lo que los bien intencionados marineros habían fallado en hacer por Jonás. Del mismo modo, Cristo ordenó a sus discípulos a ir a todo el mundo; Jonás, después de su aventura submarina, fue a los gentiles y llegó a ser el misionero de más éxito en el Antiguo Testamento. El rescate de Jonás es un testimonio de la misericordia salvadora de Dios. Su llegada a la orilla testifica de la decisión de Dios de salvar de la muerte aun a los asirios pecadores.

 

Miércoles 22 de julio:

La generación de Nínive

Lee Jonás 3. ¿Qué gran mensaje hay aquí, en el contexto de la evangelización?

“Vino palabra de Jehová por segunda vez a Jonás, diciendo: Levántate y ve a Nínive, aquella gran ciudad, y proclama en ella el mensaje que yo te diré” (Jon. 3:1, 2). En este texto hay dos verbos importantes: es la segunda vez que Dios dice: “¡Ve!” Dios no se da por vencido. Él otorga a los seres humanos segundas oportunidades. Otra vez tenemos el concepto de la misión del Nuevo Testamento, la idea de ir a las naciones, en contraste con esperar a que las naciones vengan a uno.

El otro verbo importante es “proclama”. La proclamación siempre fue importante en la Biblia. Todavía es la manera más efectiva de esparcir el mensaje del evangelio. Dios le enfatizó a Jonás que debía dar el mensaje que yo te diré. O sea, el mensaje debe ser el de Dios, no el nuestro ni una versión retorcida o modificada de él.

El mensaje de Dios, generalmente, es de amenazas y promesas, de juicios y evangelio. Su severa proclamación era: “¡Dentro de cuarenta días Nínive será destruida!” (Jon. 3:4, NVI). Ese era el juicio. Pero, también había una promesa de esperanza, de salvación (tiene que haber sido así, ya que la gente hizo caso del mensaje y se salvó).

Aun con el “evangelio eterno”, Apocalipsis 14:6 al 12 también advierte acerca del juicio. Evangelio y juicio van juntos: el evangelio ofrece la manera de evitar la condenación que el juicio de Dios trae sobre nosotros con toda justicia.

La predicación del evangelio es efectiva solo si estos dos elementos están presentes. La “corrección política”, que diluye estos elementos severos y disminuye las diferencias entre las religiones o las diferentes tradiciones cristianas, es riesgosa. Aunque en la misión necesitamos adaptar nuestra presentación a la gente a la que estamos tratando de alcanzar (contextualización), nunca debemos hacerlo a expensas del mensaje que Dios nos ha dado para que proclamemos.

¿Qué sucede en Jonás 3:5 al 10? Los ninivitas creyeron, actuaron basados en esas creencias, ejercieron fe, y fueron salvados.

Dios nos dio promesas maravillosas, pero también severas advertencias. ¿Qué debe enseñarnos esta historia acerca de la condicionalidad de estas promesas y advertencias?

 

Jueves 23 de julio:

El lamento de Jonás

Jonás 4:1 al 11 confirma que el mayor obstáculo para Dios para conseguir que su profeta estuviera involucrado en la misión mundial no era la distancia, el viento, los marineros, los peces, los ninivitas. Era el profeta mismo. La fe de Nínive contrasta con la incredulidad de Jonás, y su espíritu de venganza. Jonás es la única persona en las Escrituras que acusa a Dios de tener gracia; de ser compasivo, lento para la ira y abundante en amor; de ceder antes de enviar calamidades. Se pensaría que la mayor parte de la gente vería estos aspectos de Dios con gratitud.

“Cuando Jonás conoció el propósito que Dios tenía de perdonar a la ciudad que, a pesar de su maldad, había sido inducida a arrepentirse en saco y ceniza, debería haber sido el primero en regocijarse por la asombrosa gracia de Dios; pero, en vez hacerlo, permitió que su mente se espaciase en la posibilidad de que se le considerase falso profeta. Celoso de su reputación, perdió de vista el valor infinitamente mayor de las almas de aquella miserable ciudad. Pero al notar la compasión manifestada por Dios hacia los arrepentidos ninivitas, ‘Jonás se apesadumbró en extremo y enojose’ ” (PR 202, 203).

Lee Jonás 4:10 y 11. ¿Qué nos enseñan estos textos acerca del carácter de Dios en contraste con la naturaleza humana pecaminosa? ¿Por qué deberíamos alegrarnos de que Dios, y no un ser humano como nosotros, sea nuestro juez final?

Jonás mostró dos veces su ira en el capítulo 4. Se enojó con Dios por cambiar de parecer y salvar a ciento veinte mil habitantes de Nínive y se enojó porque la calabacera se marchitó. En su egoísmo, el profeta necesitaba reordenar sus prioridades.

Dios instruyó a Jonás que reconociera la hermandad humana basada en la paternidad de Dios. El profeta debía aceptar su humanidad en común con esos “extranjeros”, aunque estuviesen descarriados. ¿No eran 120.000 personas más importantes que una enredadera?

Lee de nuevo la reprensión que Dios le dio a Jonás. ¿De qué maneras Dios podría decirnos algo similar? Es decir, cuán a menudo nos encontramos más preocupados por nuestros problemas personales, muchos de los cuales realmente pueden ser triviales, que por las almas perdidas por las cuales Cristo derramó su sangre.

 

Viernes 24 de julio

Para Estudiar y Meditar:

“El libro de Jonás es muy importante para entender la base bíblica de la misión porque trata sobre el mandato de Dios a su pueblo con respecto a los gentiles, y así sirve como paso preparatorio para el mandato misionero del Nuevo Testamento. Pero también es importante para captar una vislumbre de la profunda resistencia que encuentra este mandato en el mismo siervo que Yahweh ha elegido para realizar su obra mundial”.−J. Verkuyl, Contemporary Missiology, p. 96.

Preguntas para Dialogar:

  1. “En la historia de Nínive hay una lección que debes estudiar cuidadosamente… Debes conocer tu deber hacia los demás seres humanos que son ignorantes, están corrompidos y necesitan ayuda” (SW 80). ¿Cuál es nuestro deber hacia esos seres humanos?
  2. Asiria era uno de los súper poderes que dominaron el antiguo Oriente Medio entre 885 a.C. y 625 a.C., aproximadamente Israel y Judá sufrieron repetidamente bajo su cruel dominio. El rey Jehú, de Israel, fue obligado a pagar tributo al gobernante asirio dominante, Salmanasar III. Israel, finalmente, cayó ante las fuerzas asirias alrededor de 722 a.C. No es extraño que Jonás fuera renuente de ir a Nínive, una de las cuatro principales ciudades asirias y centro de la adoración de Ishtar, diosa del amor y de la guerra. Dios lo había llamado para visitar el corazón mismo del territorio enemigo a fin de llamar a los asirios guerreros al arrepentimiento. ¿Qué lecciones hay aquí para nosotros con respecto a las misiones?
  3. ¿De qué forma puede la iglesia remanente evitar el suponer que los consejos y bendiciones de Dios en áreas tales como el sábado, la salud y la educación se les han dado para su propio beneficio, en vez de para el beneficio de las naciones? Lee Apoc. 3:17, 18.
  4. ¿De qué modo los mensajes de los tres ángeles de Apocalipsis 14:6 al 12 reflejan el mensaje que Jonás tenía para los ninivitas?
  5. Algunas personas rechazan automáticamente la historia de Jonás, especialmente la parte donde está en el vientre del pez. ¿Qué presuposiciones tienen por las que la rechazan de inmediato? ¿Qué presuposiciones necesitas tener para creer en esa historia?
Radio Adventista
1 comment… add one
  • Me llama a la reflexión. Necesito cambiar de actitud, no se si tendré oportunidad.

    Reply

Leave a Comment

This site uses Akismet to reduce spam. Learn how your comment data is processed.