Lección 12: Edicion Maestros “Oración, sanidad y restauración” Para el 20 de diciembre de 2014

Edición para maestros. Cuarto trimestre (octubre-diciembre) de 2014

 “Oración, sanidad y restauración”

Lección 12: Para el 20 de diciembre de 2014

 

El sábado enseñaré…

Texto Clave: Santiago 5:13-16.

 

Enseña a tu clase a:

Saber reconocer la importancia de la oración y la confesión en la búsqueda de curación divina y perdón.

Sentir que Dios puede restaurarlo y sanarlo de cualquier mal, físico o espiritual.

Hacer: Confiar completamente en Cristo como el gran Médico.

 

Bosquejo de la Lección

  1. Saber: Orar por el enfermo
    1. ¿Qué pasos aconseja Santiago que debemos dar en nuestro deseo de ser sanados?
    2. ¿Qué función desempeña la oración y la confesión en nuestra búsqueda de sanidad?
    3. Explica lo que el significado original de la palabra restaurar revela acerca de Dios como sanador.
  2. Sentir: Una cuestión de oportunidad
    1. ¿Qué fortaleza y consuelo derivas de las instrucciones de Santiago, en momentos de enfermedad, al llamar a los ancianos y orar por el afligido?
    2. ¿Qué puedes hacer para mantener fuerte tu fe frente a demoras en las respuestas pidiendo sanidad?
  3. Hacer: Confiar en el gran Médico
    1. ¿Qué clase de ánimo puedes darle a alguien que está desanimado porque sus oraciones por sanidad parecen no tener respuesta?
    2. Sugiere maneras significativas y amantes de consolar a alguien que llora la pérdida de un ser amado.

 

Resumen

No hay nada que Dios no pueda sanar, transformar, deshacer, vendar o restaurar.

 

CICLO DE APRENDIZAJE

Pasaje destacado: Santiago 5:13-16.

Concepto clave para el crecimiento espiritual: No hay nada que Dios no pueda sanar, transformar, deshacer, vendar o restaurar.

 

PASO 1: ¡Motiva!

Solo para los maestros: Usa la actividad que sigue para ayudar a los miembros de tu clase a relacionarse con Jesús no solo como su Redentor, sino como su gran Médico, que “sana todas tus dolencias” (Sal. 103:3).

Actividad inicial:

Pide a uno o dos miembros, siempre que se sientan cómodos como para compartir, que cuenten de una ocasión en que buscaron sanidad del Señor personalmente, o en favor de otra persona. ¿Cuál era la naturaleza de la enfermedad? ¿Cuál fue el resultado? ¿Recibió esa persona la respuesta que esperaba? Si no, ¿cómo lo recibió la persona? ¿Qué preguntas generó? ¿De qué modo esa experiencia fortaleció su fe? ¿Qué reveló acerca de Jesús como el gran Médico?

Considera: Basado en las experiencias compartidas y las que personalmente experimentamos, según Santiago, ¿qué función desempeña la “oración de fe” (vers. 15) en la curación? Describe lo que aprendiste acerca de esta clase de oración en tu propia jornada de salud. ¿Cómo profundizó tu comprensión de la función de Cristo como Sanador, no solo de tus enfermedades sino de tus pecados?

 

PASO 2: ¡Explora!

Solo para los maestros: Enfatiza la importancia de la oración y la confesión en la búsqueda de sanidad y perdón divinos.

Comentario de la Biblia

I. La oración por los enfermos

(Repasa, con tu clase, Sant.5:14-16.)

Cuando se necesita curación, Santiago recomienda llamar a los ancianos de la iglesia. “¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia” (vers. 14). Este consejo no debe interpretarse como que Santiago defiende pasar por alto la intervención médica. Más bien, es sencillamente para dirigir nuestra atención al hecho de que hay una dimensión espiritual en nuestras enfermedades que no debe pasarse por alto cuando se busca curación. No importa que ruta elijamos en nuestra jornada por sanidad, deberíamos primero buscar el consejo y la intervención del Gran Médico.

Pero, ¿qué quiere decir Santiago con “enfermo” entre ustedes? Puede parecer que es una pregunta obvia con una respuesta igualmente obvia. Pero una fiebre es una cosa; un defecto congénito, presente desde el nacimiento, es otra. ¿El mandato de Santiago incluirá la curación de estos defectos de nacimiento, o enfermedades crónicas antiguas, enfermedades incurables, parálisis, etc.? Estas son preguntas vitales. Considerar el origen de la palabra traducida “enfermo” en un intento de analizar su significado, es muy útil para guiar nuestra comprensión al buscar respuestas. La palabra “enfermo” en el versículo 14, viene del griego asthenéo, que significa estar enfermo, impotente, o debilitado. También tiene el sentido de “estar débil en cualquier sentido”.−Strong’s Exhaustive Concordance to the Bible.

Afirmaciones o promesas de esta magnitud pueden ser asombrosas, haciendo que muchas personas se sientan escépticas de pensar en reclamarlas. Además, si se busca la curación pero no sucede, la comunidad cristiana de la fe corre el riesgo de que esto parezca un fracaso, o peor aún, un fraude, planteando dudas acerca de cuán genuina es la fe del que la pidió. Todos esos temores y dudas no son de Dios.

Lo que vale es esto: el texto cubre u ofrece la curación de cualquier enfermedad o condición. Así que, uno puede lógicamente preguntar: ¿Por qué no se produce la curación cada vez que uno busca a Dios con fe? La respuesta breve es que cada oración por sanidad siempre se responde afirmativamente, eso es, con un Sí. La pregunta no es si Dios quiere sanar al enfermo sino cuándo lo hará. Por eso, no es cuestión de torcerle el brazo a Dios, sino una cuestión de oportunidad. Exploremos algo más esta idea.

Hay tres momentos posibles de oportunidades para la curación divina: 1) inmediatamente o instantáneamente (como en el caso del paralítico que Jesús sanó, Mat. 9:1-6); 2) gradualmente (como en el caso de Naamán el leproso, 2 Rey. 5); y 3) en la resurrección (como es el caso de “la espina” de Pablo, o la cadera de Jacob (ver 2 Cor. 12:7; Gén. 32:25). De este modo, las oraciones por sanidad siempre son respondidas afirmativamente; es solo una cuestión de tiempo. La decisión de la ocasión pertenece solo a Dios, con respecto a lo que nos unirá más cerca de él, y que traerá la mayor gloria a su nombre. Vivir con un malestar de este lado del cielo puede ser un ministerio especial para el cual Dios ha llamado a ciertas personas a fin de que pueden servirle mejor y bendecir a otros.

Habiendo dicho esto, Santiago bosqueja cinco pasos que deben dar los que están afligidos físicamente, cuando se busca sanidad. El enfermo debe 1) llamar a los ancianos, 2) y “que oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor” (vers. 14). Es bueno detenernos un instante para notar que “aceite” es la traducción de eláion, que significa “aceite de oliva”, un símbolo asociado con el Espíritu Santo. El aceite de oliva se usaba en el servicio del santuario para consagrar y apartar a los sacerdotes para el servicio de Dios. Se usaba también para ungir a los reyes de Israel. De este modo, ungir a los enfermos con aceite implica que el enfermo, aun en medio de su aflicción, está siendo separado de modo que el Espíritu Santo pueda obrar. En esencia, Dios lo está reclamando para su servicio.

Vemos esta verdad en la palabra para ungir, aléifo, que resulta de dos palabras, una que tiene el sentido de “unión” o “unidad” (en este caso con Dios), y la otra de una palabra que significa “grasa”, y contiene en ella la sugerencia de algo costoso, algo sumamente opulento. Esta significación sugiere que Dios es generoso y extraordinariamente opulento en derramar su Espíritu sin medida sobre sus hijos al sanarlos y bendecirlos.

Además, Santiago exhorta a los ancianos a 3) orar, pues es la “oración de fe” la que “salvará al enfermo y el Señor lo levantará” (vers. 15). Hay muchos ejemplos modernos de curación instantánea. Pero no todas son necesariamente genuinas. Pero si Dios elige sanar ahora o más tarde, la restauración es segura, como lo ilumina un examen de la raíz de la palabra griega. La palabra para restaurar (“levantará” en la RVR) viene de egéiro que significa “despertar, levantar de una enfermedad o la muerte”, literal o figuradamente. Es la misma palabra que aparece en Hechos 26:8, donde dice que Dios “resucite a los muertos”. De este modo, el poder sanador para eliminar la enfermedad del que habla Santiago deriva de la misma Fuente que el poder usado en la resurrección. ¡Qué pensamiento maravilloso! La conexión entre la curación y la resurrección debe hacernos percibir que no hay nada que Dios no pueda sanar, transformar, deshacer, vendar o restaurar.

Finalmente, Santiago amonesta al enfermo: 4) “confesaos vuestras ofensas unos a otros… para que seáis sanados” (vers. 16). La expresión para que es importante. Indica una especie de relación causal entre la confesión del pecado y la curación. Después de todo, la enfermedad es una manifestación corporal, o símbolo, de la destrucción devastadora del pecado. El don de la curación física tiene la intención de ser una manifestación exterior del anhelo de Dios de sanarnos interiormente de todos nuestros pecados.

Considera: ¿Qué pasos aconseja Santiago que se den cuando uno está enfermo? ¿Qué significa ser restaurado? ¿Qué revela el significado original de la palabra acerca de la intención y el poder de Dios de sanar? ¿Qué esperanza nos da? ¿Cuál es la relación entre la confesión y la sanidad? ¿Por qué es una parte vital del proceso de curación? Analiza la función de la oportunidad en la curación y la importancia que tiene en el ejercicio de la fe y de nuestra comprensión de la voluntad de Dios.

 

PASO 3: ¡Aplica!

Solo para los maestros: Ayuda a los miembros de tu clase a aplicar en sus experiencias diarias el consejo de Santiago acerca de cómo buscar la curación divina.

Preguntas de aplicación:

  1. Recuerda una ocasión en que pediste a Dios la curación en favor de otra persona o para ti mismo. ¿Cuál era tu pensamiento: desesperación? ¿Temor? ¿Angustia? ¿Ansiedad? ¿Cómo los pasos bosquejados por Santiago ayudan a preparar al enfermo y a sus intercesores a mantenerse fuertes en fe y confianza, sin importar cuál sea el resultado? ¿Qué fortaleza y consuelo puedes obtener de la instrucción de Santiago de llamar a los ancianos, confesar los pecados, y orar por el enfermo?
  2. ¿Qué le dirías a alguien que oró por un amado enfermo y se desanimó porque su amado se agravó o pasó al descanso? Usando las palabras de Santiago como guía, ¿qué clase de estímulo puedes dar, sin cruzar la línea de la fe a la presunción?

 

PASO 4: ¡Crea!

Solo para los maestros: Santiago nos exhorta a cantar en medio de nuestro gozo (Sant. 5:13). El canto es una manera de acercarnos al gran Dador de gozo, y sirve como un recordativo poderoso de cuál es la Fuente de todo gozo.

Actividad:

Para concluir, escojan un himno favorito y cántenlo juntos. Si tienen tiempo, canten dos o tres himnos. Hagan planes, como clase, de visitar un hogar de ancianos o convalecientes, a alguna persona enferma, o a algún inválido, y compartan estos cantos de alegría.

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