EL SÁBADO ENSEÑARÉ
Introducción:
La profecía bíblica advierte que el extenso conflicto cósmico entre las dos fuerzas opuestas e irreconciliables, Dios y el diablo, está llegando a su fin y culminará en una batalla final. Esta última batalla girará en torno a cuestiones de autoridad y adoración: quién se sentará en el Trono del universo, y quién recibirá la gloria debida al Creador, Proveedor y Salvador. Por estas razones, el conflicto abarcará al sábado, el símbolo de todo el poder de Dios como Creador, Proveedor y Salvador. Aunque Satanás ha trabajado incansablemente a lo largo de la historia para reclutar adeptos, su principal objetivo ha sido la iglesia. Lamentablemente, la iglesia tradicional se comprometió y se convirtió en Babilonia, simbolizada por la bestia del mar. Satanás le dio a esta bestia su sede de autoridad y su poder, y está de parte de Satanás en la batalla final.
En el tiempo del fin, el dragón también logrará reclutar a la nación más próspera de la Tierra, los Estados Unidos de Norteamérica. Esta nación, nacida del anhelo de cristianos perseguidos por encontrar un lugar de seguridad y libertad religiosa, quedará comprometida, como lo hizo la iglesia papal antes que ella en el Viejo Mundo. Así, Estados Unidos cumplirá su papel profético como la bestia de la Tierra, convirtiéndose en un líder mundial en la batalla final.
Pero Dios nunca ha estado sin un pueblo en el Gran Conflicto. Hasta el final de esta controversia, él siempre tendrá un pueblo, una fiel iglesia remanente. La iglesia remanente de Dios siempre lo ha reconocido como Rey, lo ha adorado y ha guardado los Mandamientos y los principios de su Reino. El remanente fiel de Dios lo honrará como Creador y Rey del universo, y reverenciará el sábado. El remanente del tiempo del fin no solamente adorará a Dios como su Salvador personal, sino también expondrá públicamente a la confederación del mal. La iglesia remanente llamará a toda la raza humana a volver a Dios y a adorarlo. A pesar de los esfuerzos del dragón y de las bestias de la Tierra y del mar, la victoria será de Dios.
Temática de la lección:
Este estudio destaca dos temas principales:
La profecía bíblica describe una batalla final entre Dios y su pueblo, por un lado, y el diablo y sus agentes (simbolizados, en Apocalipsis 13, por las bestias del mar y de la Tierra), por el otro. La batalla se centrará en la adoración y el sábado, que celebra la Creación, el reinado y la salvación de Dios.
Dios saldrá victorioso. Él llama a su pueblo a participar de su victoria sobre el mal y sobre el diablo, proclamando su evangelio eterno.
COMENTARIO
La apuesta por la profecía
Anastasia era una economista atea, educada en una universidad soviética durante el apogeo de la Unión Soviética. Abrazó el sueño de la utopía comunista y creía fervientemente que la Unión Soviética llevaría a todas las naciones a abandonar el capitalismo de Estados Unidos y a adoptar los valores comunistas. Sin embargo, su esposo, Petru, no compartía el mismo optimismo. Él había nacido y crecido en una familia adventista del séptimo día. De joven, había estudiado los libros proféticos de Daniel y Apocalipsis, siguiendo la perspectiva historicista adventista. Ya casado, compartió con su esposa atea que, según las profecías bíblicas, Estados Unidos acabaría dominando el mundo y dirigiendo a todas las naciones y los Gobiernos de la Tierra en un acto de rebelión contra Dios, durante la etapa final de la historia humana. Por esta razón, Petru argumentó que la Unión Soviética perdería la Guerra Fría y que Estados Unidos emergería como la única superpotencia de los últimos días. Anastasia no podía aceptar esta profecía, por lo que la pareja decidió resolver sus diferencias con una apuesta. Anastasia le dijo a Petru que si la Unión Soviética se derrumbaba, ella se haría adventista del séptimo día.
Pasaron los años y, a fines de la década de 1980, la Unión Soviética se desmoronó sin necesidad de ningún ataque militar desde el exterior. El ateísmo de Anastasia se derrumbó junto con la Unión Soviética y aceptó la invitación de Petru de unirse a él en el bautismo en la Iglesia Adventista del Séptimo Día. La predicción de Petru acerca del colapso de la Unión Soviética no se basaba en estudios geopolíticos, económicos ni militares. La principal fuente de su predicción fue la interpretación bíblica historicista de Apocalipsis 13, tal como se enseñaba en la Iglesia Adventista. Como muchos otros adventistas del mundo soviético, Petru ni siquiera pensaba que el colapso de la Unión Soviética ocurriría en su vida o tan rápidamente. Como muchos otros adventistas, la fe de Petru se vio confirmada y fortalecida cuando sucedió.
En nuestros días, la interpretación historicista adventista de Apocalipsis 13, que señala a Estados Unidos como la bestia con apariencia de cordero que guiará al mundo en rebelión contra la Ley de Dios, está siendo activamente cuestionada. Muchos expertos de renombre predicen, o incluso anuncian, que pronto se pondrá el sol sobre la hegemonía estadounidense. Sin embargo, la profecía bíblica nunca fallará. Al igual que Petru, debemos confiar plenamente en la profecía bíblica y en su interpretación historicista, aunque la realidad percibida sugiera, y los expertos pronostiquen, lo contrario.
Teorías conspirativas
En los últimos años, las teorías conspirativas han inundado los espacios cibernéticos y mediáticos. Estas teorías a menudo ganan impulso y se convierten en fenómenos sociales. Los adventistas debemos ser cautelosos y no participar en la propagación de teorías conspirativas de cualquier tipo. Al mismo tiempo, seguir esta política no significa que las conspiraciones no puedan llegar a existir. David, Jesús y los apóstoles sufrieron a causa de varias conspiraciones contra ellos. Los adventistas, al aprender de estos ejemplos, han encomendado todas esas teorías a la providencia de Dios, eligiendo, en cambio, centrarse en la misión de Dios. No debemos permitirnos enfrascarnos en los detalles de las innumerables teorías conspirativas que abundan. Nuestra tarea es anunciar la caída de Babilonia, el pronto regreso del Señor y la salvación al mayor número posible de personas.
La identificación de las bestias y la misión de la iglesia
Se ha alegado que la identificación de la bestia del mar con la Iglesia Católica Romana y de la bestia de la Tierra con los Estados Unidos, que los pioneros adventistas realizaron, estaba basada en su contexto sociopolítico. Por lo tanto, sería válido identificar las dos bestias con otras fuerzas espirituales o políticas ahora que nuestros tiempos son diferentes.
Sin embargo, debemos hacer hincapié en dos aspectos importantes. En primer lugar, aunque los pioneros adventistas examinaron el cumplimiento de la profecía dentro de sus contextos históricos, siguieron sistemáticamente los principios historicistas de interpretación profética. También identificaron el cumplimiento de las profecías en armonía con un sistema de enseñanza integral y bíblico.
En segundo lugar, como profetisa de Dios para la iglesia remanente, Elena de White nos advirtió claramente que no abandonáramos nuestras interpretaciones proféticas originales con respecto a las dos bestias de Apocalipsis 13. Le preocupaba especialmente que los adventistas cayeran en la trampa de pensar que la Iglesia Católica Romana ha cambiado ahora y ya no es la bestia tiránica que surge del mar, y, por lo tanto, que se debe buscar otra interpretación. Las siguientes citas de su monumental libro El conflicto de los siglos claramente se muestran contrarias a ese pensamiento:
Los protestantes consideran hoy al romanismo con mayor estima que años atrás. En los países donde no predomina el catolicismo y donde los partidarios del Papa siguen una política de conciliación para obtener influencia, se nota una indiferencia creciente respecto de las doctrinas que separan a las iglesias reformadas de la jerarquía papal; está ganando terreno la opinión de que, al fin y al cabo, nuestras diferencias sobre puntos vitales no son tan grandes como se suponía, y que unas pequeñas concesiones de nuestra parte nos pondrían en mejor entendimiento con Roma. […] Los defensores del papado declaran que la iglesia ha sido calumniada, y el mundo protestante se inclina a creerlo. Muchos sostienen que es injusto juzgar a la iglesia de nuestros días por las abominaciones y los absurdos que la caracterizaron cuando reinaba en los siglos de ignorancia y tinieblas. Excusan sus horribles crueldades como si fueran el resultado de la barbarie de la época, y arguyen que las influencias de la civilización moderna han modificado los sentimientos de ella (p. 619).
Pero el romanismo, como sistema, no está actualmente más en armonía con el evangelio de Cristo que en cualquier otro período de su historia. Las iglesias protestantes se hallan sumidas en grandes tinieblas, pues de lo contrario discernirían las señales de los tiempos. La Iglesia Romana abarca mucho en sus planes y modos de operación. Emplea toda clase de estratagemas para extender su influencia y aumentar su poder, mientras se prepara para una lucha violenta y resuelta con el fin de recuperar el gobierno del mundo, para restablecer las persecuciones y deshacer todo lo que el protestantismo ha hecho. El catolicismo está ganando terreno en todas direcciones. […] Estos hechos deberían inspirar ansiedad a todos los que aprecian los puros principios del evangelio (pp. 621, 622).
En la actualidad, la Iglesia Romana le presenta al mundo un rostro amable y pide disculpas por su legajo de horribles crueldades. Se ha puesto vestiduras como las de Cristo; pero no ha cambiado. Todos los principios formulados por el papado en edades pasadas subsisten en nuestros días. Las doctrinas inventadas en los siglos más tenebrosos siguen profesándose aún. Nadie se autoengañe. El papado que los protestantes ahora están tan dispuestos a honrar es el mismo que gobernaba al mundo en días de la Reforma, cuando se levantaron hombres de Dios con peligro de su vida para denunciar la iniquidad de él. Ella sostiene las mismas orgullosas y arrogantes pretensiones con que supo señorear sobre reyes y príncipes y reclamar las prerrogativas de Dios. Su espíritu no es hoy menos cruel ni despótico que cuando extinguía la libertad humana y mataba a los santos del Altísimo. […] No sin razón se ha asegurado que en los países protestantes el catolicismo ya no difiere tanto del protestantismo como antes. Se ha verificado un cambio; pero no es el papado el que ha cambiado. El catolicismo se parece mucho en verdad al protestantismo de hoy día debido a lo muchísimo que este ha degenerado desde los días de los reformadores (pp. 627, 628).
APLICACIÓN A LA VIDA
Tal vez vivas en un lugar alejado de la influencia de la Iglesia Católica Romana o de los Estados Unidos. ¿Cuál sería entonces la mejor manera de explicar a tus amigos las profecías acerca de la bestia que surge del mar y la bestia que surge de la Tierra?
¿Es coherente que identifiquemos a la Iglesia Católica Romana como la bestia que surge del mar y a los Estados Unidos como la bestia que surge de la Tierra, y que al mismo tiempo oremos por la salvación de las personas asociadas con estas entidades? Explica tu respuesta.
El profeta Daniel, los cristianos medievales, los adventistas del siglo XIX, los adventistas de la Unión Soviética y de muchos otros lugares y épocas confiaron en las profecías bíblicas contra viento y marea. ¿Cómo se puede confiar en las profecías bíblicas cuando todas las pruebas parecen contrarias a su cumplimiento?
RESEÑA
Texto clave: Proverbios 23:23.
Enfoque del estudio: Apocalipsis 7:1, 2; 14:1; Proverbios 23:23; Isaías 8:20; Ezequiel 20:12, 20; Oseas 6:3; Joel 2:21-24; Santiago 5:7, 8; Apocalipsis 18:1-4.