EL SÁBADO ENSEÑARÉ…
RESEÑA
Texto clave: Efesios 1:9, 10 Enfoque del estudio: Hechos 18:18-21; 19:13-20:1; 20:17-38; Efesios 1:1, 2; 6:21-24; 3:13; 1:9, 10.
Introducción:
La primera lección de este trimestre esboza el trasfondo del estudio de toda la Epístola a los Efesios y se enfoca en varios temas importantes. En primer lugar, conocimos el propósito de Pablo al escribir su Epístola a los Efesios: ayudar a los efesios a recordar su identidad y su papel en el Reino de Dios y sus planes. En segundo lugar, llegamos a conocer mejor a los efesios. Hicimos una visita virtual a Éfeso y caminamos por sus calles escuchando a la gente de la ciudad hablar de su interés por la magia y lo sobrenatural. Vemos cientos de barcos atracados en el puerto y visitamos el impresionante templo de Artemisa. También, observamos gente de todas las clases y edades corriendo para sumarse al motín en el anfiteatro. En tercer lugar, estudiamos la estructura literaria de la epístola y así nos formamos una vista panorámica del flujo de pensamientos del apóstol y de sus temas principales. En cuarto lugar, descubrimos que la temática general de Pablo en esta epístola es triple: Jesucristo, su amor por la iglesia y su obra, por medio de la iglesia, para la salvación de la humanidad.
En el estudio de esta semana, recordemos el título general de estas lecciones como se describe en la Introducción: “Efesios: Cómo seguir a Jesús en tiempos difíciles”. Por cierto, la epístola paulina a los Efesios es la mejor teología de la iglesia, y la más sistemática. Sin embargo, esta cualidad no significa que Efesios sea una construcción teológica fría, teórica, distante y abstracta. Al contrario, la epístola describe a la iglesia en una relación real, viva y amorosa con su Creador y Salvador, el Señor Jesucristo y, por consiguiente, el cristiano vive en un mundo real mientras cumple la gran misión de la iglesia.
Temática de la lección:
La lección de esta semana habla sobre:
• El autor de la Epístola a los Efesios.
• La gente de Éfeso, los destinatarios de la epístola.
• La temática principal del mensaje de Pablo a la iglesia en Éfeso.
COMENTARIO
El libro de los Hechos sobre Éfeso y los efesios Podremos entender mucho más fácilmente la Epístola a los Efesios si la miramos en el contexto del libro de los Hechos. Varios aspectos narrativos de los Hechos de los Apóstoles son especialmente relevantes para el nacimiento de la iglesia de Éfeso:
Acompañado por Aquila y Priscila (Hech. 18:18), Pablo parece haber sido el primero en predicar brevemente el evangelio de Jesucristo en Éfeso, donde se contactó por primera vez con los judíos (Hech. 18:19). A diferencia de los judíos de Corinto, que rechazaron a Pablo y lo persiguieron (Hech. 18:6, 12, 13), los judíos de Éfeso inicialmente parecieron más abiertos al evangelio (Hech. 18:20). Solo más tarde, algunos de los judíos de Éfeso se volvieron obstinados y rechazaron el mensaje de Pablo (Hech 19:8, 9). Sin embargo, estos judíos no apelaron a las autoridades para que expulsaran a Pablo de la ciudad.
Después de la primera vez que Pablo partió de Éfeso, Priscila y Aquila continuaron la obra evangélica allí, y más tarde se les sumó Apolos de Alejandría (Hech. 18:24-26). La obra de ellos dio como resultado una incipiente comunidad de cristianos (Hech. 19:1).
Apolos, Priscila y Aquila parecían versados en la enseñanza cristiana. Sin embargo, los efesios recibieron instrucción por un tiempo limitado antes de que Apolos partiera hacia Corinto. Posiblemente por esta razón, los discípulos de Éfeso tenían una comprensión limitada del evangelio y del cristianismo. Los discípulos de allí ni siquiera sabían acerca del Espíritu Santo (Hech. 19:2, 3). Por esta razón, cuando Pablo regresó a Éfeso, decidió pasar más tiempo allí y ofrecer un sólido fundamento teológico, necesario para la iglesia tanto en la ciudad como en toda la región de Asia Menor (Hech. 19:10).
Es importante señalar que una de las formas más evidentes de Pablo para probar la veracidad y la calidad del cristianismo era preguntar a los miembros de la iglesia si habían recibido el Espíritu Santo (Hech. 19:2) y si entendían correctamente quién era Jesús, quién era Dios, y cómo se salvan las personas mediante el bautismo en Jesucristo (Hech. 19:2-5). Por esta razón, cuando Pablo escribió a los Efesios, muchos años después, volvió a insistir en estos temas cruciales (ver, por ejemplo, Efe. 4). Estos temas fueron determinantes para la identidad y la vida cristiana, tanto a nivel individual como grupal (familia e iglesia). No hay iglesia cristiana sin Jesucristo, el Espíritu Santo y el Padre.
Cuando el Espíritu Santo descendió sobre los discípulos de Éfeso, llegaron a ser la iglesia de Jesucristo, guiados por el Espíritu Santo en su misión. El Espíritu Santo los dotó inmediatamente para el ministerio y la misión al otorgarles el don de lenguas y otros dones espirituales. Por eso, cuando Pablo redactó la Epístola a los Efesios, insistió en la importancia de los dones espirituales para la vida y misión de la iglesia.
Quema de libros
Intelectuales contemporáneos, como Rebecca Knuth, expresidente del programa de Bibliotecas y Ciencias de la Información de la Universidad de Hawái, en su Burning Books and Leveling Libraries: Extremist Violence and Cultural Destruction (Westport, CT: Praeger, 2006), concluye que la quema de libros constituye la destrucción del patrimonio cultural humano. En Burning the Books: A History of the Deliberate Destruction of Knowledge (Cambridge, MA: The Belknap Press/Harvard University Press, 2020), Richard Ovenden, director de las Bibliotecas Bodleian de la Universidad de Oxford, argumenta que la humanidad debe rechazar la quema de libros y preservar la cultura y el conocimiento humanos. La quema de libros mayormente judíos, por parte de los nazis en 1933, o la destrucción de libros de tendencia capitalista occidental, por parte de la Guardia Roja de Mao Zedong, en 1966, se utilizan como ejemplos clásicos de quema de libros con el propósito político de controlar el acceso de la población a la información e imponer una nueva cultura, ideología, interpretación histórica y cosmovisión. La historia de los insurgentes que quemaron miles de manuscritos africanos antiguos en Tombuctú, en 2013, se utiliza como ejemplo de quema indiscriminada de libros religiosos extremistas. Durante ese tiempo, algunos pastores cristianos de varias confesiones fueron condenados como fanáticos o intolerantes cuando realizaron servicios de quema de libros y pidieron que se quemaran los libros de brujería.
¿Cómo podemos entender la quema de libros descrita en Hechos 19:19? Cabe señalar varios puntos:
(1) Esta quema de libros fue un acto voluntario de quienes se habían convertido del paganismo y la magia al cristianismo. No destruyeron las bibliotecas ni las propiedades de otras personas, sino que quemaron sus propios libros de brujería, libros que ellos mismos habían usado para practicar sus religiones paganas. Por este acto voluntario, proclamaban públicamente que al haber recibido el llamado de Jesucristo a unirse a su Reino, se estaban apartando de su pasado pecaminoso. No querían tener más nada que ver con Satanás ni sus actividades demoníacas.
Doscientos cincuenta años después, el emperador Diocleciano ordenó a todos los cristianos que llevaran sus libros sagrados para quemarlos si querían evitar que los quemaran a ellos. Algunos cristianos cumplieron y entregaron sus Escrituras a las autoridades romanas para que las quemaran; a estos cristianos se los llamó traditores, o “los que entregaron” sus libros. Sin embargo, otros cristianos prefirieron ser quemados antes que traicionar o renunciar a la Palabra de Dios. Por ende, en tanto que la quema de libros de Hechos 19 fue una proclamación voluntaria y gozosa de liberación de las asechanzas del pecado y de Satanás, la quema de libros de Diocleciano fue una persecución política e ideológica violenta y opresora del cristianismo para aniquilar al pueblo de Dios e imponer la religión pagana.
(2) Dios llama a su pueblo a rechazar categóricamente cualquier rastro de idolatría y brujería en sus hogares y propiedades (ver Gén. 35:2-4).
(3) Sin embargo, aunque Israel entró en otros países y destruyó los ídolos y quemó la parafernalia de brujería, ese no fue su objetivo principal. Su misión era proclamar que la idolatría es destructiva y que conduce a la muerte (Sal. 135:15-18; Isa. 44:9-20; Isa. 45:20; Jer. 2:11-13; 16:19, 20; Jon. 2:8; Gál. 5:19-21; Apoc. 9:20, 21), y vivir sin idolatría y hechicería como ejemplo de nación libre del poder de Satanás y de la muerte.
Esto no quiere decir que Dios nos quite el gozo del arte y de la escritura. Al contrario, Dios disfruta de la creatividad y la cultura humanas expresadas en los libros. Pero esos libros y el arte deben reflejar la experiencia de una vida humana libre del pecado y de Satanás. De lo contrario, estamos nuevamente bajo el poder controlador de Satanás.
APLICACIÓN A LA VIDA
Salvación, misión y educación. El libro de los Hechos asocia el origen de la iglesia en Éfeso con la educación, que se describe como “razonar” y “persuadir”. Al principio, Pablo razonó, habló y persuadió a los judíos en sus sinagogas, que no solo eran lugares de culto sino también espacios de educación pública (Hech. 18:19; 19:8). Más adelante, Pablo se mudó a una escuela local, la escuela de Tirano, y siguió “discutiendo” o “persuadiendo” tanto a judíos como a griegos del camino de la salvación (Hech. 19:9, 10). Pide a los alumnos que piensen de qué manera, como clase, podrían contribuir a transformar su iglesia en una escuela evangélica para la comunidad. ¿Cómo pueden hacer de su iglesia local un espacio público donde puedan razonar con la comunidad acerca del evangelio?
La Epístola a los Efesios muestra un maravilloso equilibrio entre la razón, las emociones, los sentimientos, las contemplaciones teológicas y la vida práctica. Desafía a los alumnos a identificar dos formas en que puedan contribuir a transformar su iglesia en un ministerio que aborde estos aspectos de la vida humana en su comunidad.