Jesús ministraba a sus necesidades (3T 2016—La Iglesia en la Comunidad)
Textos bíblicos: Mark 5:22–43, 10:46–52, Juan 5:1–9, Salmos 139:1–13, Mark 2:1–12, Hechos 9:36–42; Mateo 9:35.
Citas
• Un amigo es precisamente lo que el corazón necesita en todo momento. Henry Van Dyke
• Un profundo sentido de amor y sentido de pertenecer es una necesidad irreducible de todas las personas. Estamos programados biológica, cognitiva, física y espiritualmente a ser amados y a pertenecer. Cuando tales necesidades no son satisfechas, no funcionamos como deberíamos. Nos rompemos. Nos caemos en pedazos. Nos paralizamos. Sentimos dolor. Herimos a otros. Nos enfermamos. Brene Brown
• Nunca tendremos suficiente de lo que no necesitamos para ser felices. Eric Hoffer
• Vivimos de lo que recibimos. Construimos nuestra vida con lo que damos. Duane Hulse
• Muchas veces un hombre se queda con las manos vacías porque no conoce el arte de la distribución. C. H. Spurgeon
• Nuestro Padre Celestial entiende nuestras decepciones, nuestro sufrimiento, nuestro dolor, nuestro miedo y nuestra duda. Siempre está allí para animar nuestros corazones y ayudarnos a entender que Él es suficiente para suplir todas nuestras necesidades. Cuando acepté esto como una verdad absoluta en mi vida, descubrí que preocupación se había disipado. Charles Stanley
Para debatir
¿Por qué se enfocó Jesús en satisfacer las necesidades de las personas? ¿Era esta apenas una manera de llamar la atención hacia su mensaje? ¿Qué necesidades satisfizo Jesús, y qué nos dice eso? Vemos que Jesús no andaba por ahí repartiendo dinero para satisfacer las necesidades de la gente, ¿podemos encontrar algunas lecciones a partir de
esto, o era a causa de las circunstancias?
Resumen bíblico
Marcos 5:22–43 registra el relato de Jesús resucitando a la hija de Jairo. En Marcos 10:46–52 Jesús cura a Bartimeo de su ceguera. Juan 5:1–9 nos cuenta sobre cómo Jesús sanó al hombre junto al Estanque de Betesda y que había estado paralítico por 38 años. Salmos 139:1–13 nos recuerda que nuestro Creador tiene un conocimiento íntimo y
profundo de nosotros. Jesús sana a los hombres paralíticos que son bajados a través de un techo (Marcos 2:1–12). Dorcas era famosa por ayudar a otros, y Pedro pudo resucitarla de los muertos (Hechos 9:36–42). “Jesús iba a todas partes, visitando ciudades y aldeas. Enseñaba en sus sinagogas, les enseñaba acerca de la buena noticia del reino, y sanaba todo tipo de enfermedades. 36Cuando veía las multitudes, Jesús sentía gran compasión por ellos, porque estaban atribulados y desamparados, como ovejas sin pastor.” Mateo 9:35 FBV.
Comentario
Los textos bíblicos correspondientes a este estudio nos muestran a Jesús ayudando a la gente en función de lo que necesitaban. De hecho, podríamos utilizar casi cualquier incidente de la vida de Jesús, ya que siempre estaba dirigiendo su ayuda a necesidades humanas específicas. Esto debería hacernos ver que debemos ser sensibles a las
necesidades de los demás, y no tratar de imponerles nuestra ayuda sino también proporcionar la ayuda que realmente necesitan. Esto incluirá nuestros talentos y nuestro tiempo, nuestros recursos y nuestras habilidades. ¿Podemos decir como Pablo que estamos contentos con cualquiera sea nuestra situación? ¿Cómo vamos a reaccionar ante las distintas circunstancias? Algunos ven sólo los desafíos y problemas, otros ven posibilidades fascinantes. ¿Dónde está nuestro enfoque? ¿Nos centramos en nosotros mismos y nuestras necesidades, o en las necesidades de los demás? Muy a menudo la perspectiva egocéntrica que tenemos en el corazón de pecado nubla nuestro juicio. Al
tratar de ayudarnos a nosotros mismos, y al centrarnos en lo que queremos, olvidamos
fácilmente los principios del reino de Dios.
La forma en que vivimos nuestras vidas, la manera como manejamos nuestros recursos, todo esto habla a nuestra comprensión de Dios y nuestra relación con él. Después de todo, ¿qué tanta importancia tiene la acumulación de cosas de “valor” en esta vida? Jesús reservó algunas de sus palabras más duras de reproche a los que no pudieron
ver el valor de las cosas eternas. Incluso entonces debió haber hablado en términos de gran decepción al ver que a menos que ellos experimentaran un cambio de corazón, se perderían por completo. Entonces, ¿qué cosas o a quién estamos valorando realmente? El habla, el uso del lenguaje, las imágenes y el tono de voz transmiten mucho
sobre quiénes somos y la manera en que nos relacionamos con los demás. Estamos sabiamente aconsejados de tener cuidado en nuestro modo de hablar y asegurarnos de que no estamos haciendo mal uso de este don. Al fin y al cabo el discurso es una herramienta que puede ser usada para el bien o para mal, y debemos medir nuestras palabras y
asegurarnos de que decimos las cosas de la mejor manera posible. A menudo transmitimos una imagen de Dios por nuestra manera de hablar discurso, junto con nuestras acciones y actitud. Tener una forma amable de responder (Col. 4: 6) resume nuestro enfoque. Si bien queremos convencer a los demás (“testificar”), esto debe hacerse con prudencia y correctamente. Nuestro objetivo es edificar a otros, pensando en cómo podemos ayudar a
satisfacer sus necesidades (Ef. 4:29). Porque el reino de Dios no se logra siguiendo nuestros propios deseos egoístas, sino a través un acuerdo de amor con Dios, siguiendo su camino. Esta es la respuesta a programa de División y Separación del Diablo, un programa de hostilidad y mentiras.
Esta es la reconciliación con la que Dios nos trae de vuelta a la unidad con él “Por eso todo el que está en Cristo es un nuevo ser. ¡Lo viejo ya se ha ido y ha llegado lo nuevo! Dios lo hizo transformándonos de enemigos en amigos por medio de Cristo. Dios nos encomendó este mismo trabajo de convertir a sus enemigos en sus amigos. Porque Dios estaba en Cristo trayendo al mundo de regreso de la hostilidad a la amistad con él, sin contar sus pecados, y dándonos este mensaje para convertir a sus enemigos en sus amigos.” 2 Cor. 5: 17-19 FBV.
Si reconocemos este principio obrando en nuestras vidas entonces vamos a querer actuar como lo hizo Jesús para satisfacer las necesidades de los demás. Esto no como una obligación, sino porque no quisiéramos vivir de otra manera.
Si reconocemos este principio obrando en nuestras vidas, vamos a querer actuar como lo hizo Jesús para satisfacer las necesidades de otros. Y esta no es una obligación, sino que sencillamente no vamos a querer vivir de otro modo: “Cristo es nuestra paz. Por su cuerpo él convirtió dos en uno solo, y rompió el muro de hostilidad que nos dividía,
liberándonos de la ley con sus requisitos y normas. Él lo hizo para crear en sí mismo a una nueva persona a partir de los dos y lograr la paz, y así reconciliarlos por completo con Dios a través de la cruz como si fueran un solo cuerpo, habiendo destruido nuestra hostilidad unos por otros.” Efesios. 2:14-16 FBV.
Comentarios de Elena de White
Las necesidades inmediatas, las pruebas presentes, de las almas que luchan, deberían satisfacerse con instrucción sana y práctica sobre los principios fundamentales del cristianismo. {Los Hechos de los Apóstoles, p.204} Pablo vio que el carácter de Cristo debía ser entendido antes que los hombres pudieran amarle, o ver la cruz con los ojos de la fe. Aquí debe comenzar ese estudio que será la ciencia y el canto de los redimidos por toda la eternidad. Solamente a la luz de la cruz puede estimarse el valor del alma humana. {Los Hechos de los Apóstoles, p. 221}
Preparado y escrito por © Jonathan Gallagher 2016
Traducción: Shelly Barrios De Ávila.
