Jonathan Gallagher Lección 7 . “ La adoración en la educación” 4to Trimestre del 2020

Leccion 7. La adoración en la educación(4T 2020— La educación)
Textos Bíblicos: Daniel 3, Apocalipsis 14:6–12, Salmos 78:1–17, Juan 4:7–26, 1 Crónicas 16:1– 36, Marcos 7:1–13.

Citas
• Estoy llamado a adorar a un Dios que no puedo ver, pero no a someterme a un Dios que no puedo conocer y probar. David Shepherd
• El culto a los sirvientes es una mera obediencia mecánica, irreflexiva y rutinaria. A. Graham Maxwell
• La adoración transforma al adorador según la imagen de aquello que adora. Jack Hayford
• La adoración es una forma de ver el mundo a la luz de Dios. Abraham Joshua Heschel
• La adoración es una maravilla trascendente. Thomas Carlyle
• No puede haber más que poca libertad en la tierra mientras los hombres adoran a un tirano en el cielo. Robert Green Ingersoll
• La adoración forzada apesta en las narices de Dios. Roger Williams

Para debatir
¿Necesitamos ser educados en cuanto a cómo adorar? ¿Qué es lo que hay en el corazón de la verdadera adoración? ¿Qué hay de malo con los ritos y ceremonias? ¿Por qué Dios dio detalles tan específicos en el Antiguo Testamento sobre cómo se debe adorar? ¿Qué podemos aprender de la frustración de Dios con su pueblo respecto a la adoración? ¿Cómo lidiamos con la adoración forzada en nuestras instituciones educativas?

Resumen bíblico
Daniel 3 nos habla de la estatua de oro de Nabucodonosor y el tema de la adoración. Apocalipsis 14:6-12 es un llamado a adorar al verdadero Dios. Salmos 78:1-17 demuestra que debe haber contenido en la adoración, es una apreciación de Dios gracias a la evidencia. Juan 4:7-26 es la historia de la mujer samaritana juntoal pozo, e incluye temas de adoración: “Puedo ver que eres un profeta, señor,” respondió la mujer. “Dime esto: nuestros ancestros adoraron aquí en este monte, pero tú dices que en Jerusalén es donde debemos adorar.” Jesús respondió:
“Créeme que viene el tiempo en que ustedes no adorarán al Padre ni en este monte, ni en Jerusalén. Ustedes no conocen realmente al Dios que están adorando, mientras que nosotros adoramos al Dios que conocemos, porque la salvación viene de los judíos. Pero viene el tiempo—y de hecho, ya llegó—cuando los adoradores adorarán al Padre en Espíritu y en verdad, porque este es el tipo de adoradores que el Padre quiere. Dios es Espíritu, así que los adoradores deben adorar en Espíritu y en verdad.” Juan 4:19-24 VBL. 1 Crónicas 16:1-36 describe la adoración frente al Arca del Señor. Marcos 7:1-13 trata de la tradición y la adoración, y los problemas del ceremonialismo.

Comentario
En primer lugar, ¿es la alabanza es algo que Dios necesita, o es para nosotros? Creo que todo, la oración, el canto, la alabanza, la adoración, todo es para nuestro beneficio. No podemos hacer a Dios más grande de lo que es con nuestra adoración o alabanza. Él es quien es. La alabanza es nuestra expresión de alegría al descubrir quién es Dios, y al deleitarnos en toda su  bondad. No sólo para nosotros, sino en el increíble papel de Dios en todo el universo, especialmente cuando responde a través de la demostración de las acusaciones que se le imputan.
La gran controversia se trata en su totalidad acerca de Dios y quién es; y nuestra alabanza y alegría viene de descubrir que Dios no es el tipo de persona que el Diablo ha descrito, sino que es la fuente de todo lo que es bueno, verdadero y amoroso, revelado en la persona de Jesucristo. David es un buen ejemplo de alguien que, aunque lejos de ser perfecto, al menos sabía dónde ir para encontrar el perdón y la sanación. Sus muchos salmos revelan su profunda conciencia de Dios en su vida, y que sus fracasos vinieron al alejarse de su divino Amigo. Sus cantos de alegría son fruto de su experiencia personal con Dios, e ilustran nuestras propias reacciones cuando nos damos cuenta de todo lo que Dios ha hecho por cada uno de nosotros. Sus confesiones también son significativas (Salmos 32 y 51, por ejemplo), ya que no podemos obtener la sanidad sin aceptar nuestra necesidad, nuestra condición desesperada que nos llevará a la muerte. En el culto, el reconocimiento honesto de nuestra pecaminosidad, expresado específicamente, es esencial cuando acudimos a Dios para encontrar gracia y ayuda en momentos
de necesidad. Aceptar el regalo de Dios de sanación espiritual, ¡qué maravillosa sensación de liberación!¡Qué grato reconocimiento de ser hechos nuevos a imagen de Dios! ¿Cómo no podríamos alabar a un Dios así? Sin embargo, todo esto está más allá de nosotros mismos. El Apocalipsis nos muestra un sentido de esta imagen más amplia al vislumbrar lo que está pasando en el cielo. Nuestra alabanza es muy pequeña en comparación con los coros angélicos y las alabanzas descritas en Apocalipsis 4:9-11 y 5:9-13. El universo entero está alabando a Dios. ¿Por qué? No sólo por su poder y majestad, sino por la forma en que usa ese poder. Dios no necesita alabanza para ser
Dios. Lo alabamos porque Dios ha elegido pensar siempre en el otro, darse a sí mismo sin restricciones a todos sus seres creados. En nuestro caso, venir a vivir entre nosotros, sufrir en nuestras manos y ser asesinado, demostrando en su vida y muerte el tipo de persona que realmente es. ¡Ese es un Dios digno de alabanza y adoración! Al final las formas y ceremonias no son suficientes. Ni siquiera las prescritas por Dios. Debido a que su pueblo pensó que todo lo que tenían que hacer era seguir las normas, finalmente olvidaron lo que estaban haciendo. Cuando miramos todas esas regulaciones que Dios puso en el Antiguo Testamento, como la forma en que el santuario debía ser hecho, cómo se debían hacer los sacrificios, cómo debían comportarse los adoradores, casi parece que Dios era una persona muy exigente. Así que cuando leemos lo siguiente, nos damos cuenta de que la mera observancia no es lo que Dios quiere: “¿De qué me sirven todos tus muchos sacrificios?” pregunta el Señor. Estoy harto de sus holocaustos de carneros y de la grasa de animales cebados. ¡No me deleito con la sangre de toros, corderos y
cabras! Cuando se presentan ante mí para adorar, ¿quién les pidió que caminaran orgullosamente por mis cortes? No me traigan más ofrendas inútiles; su incienso me resulta ofensivo. Sus fiestas de luna nueva y observancia del sábado, sus reuniones religiosas especiales, no las soporto porque son malvadas, al igual que sus asambleas solemnes”. (Isaías 1:11-13 VBL)

Comentarios de Elena de White
Necesitamos educar y preparar la mente para que tengamos una fe inteligente y una amistad comprensiva con Jesús. A menos que continuamente mantengamos amistad entre Dios y nuestra alma, nos separaremos de él y marcharemos aparte de él. Nos amistaremos con los que nos rodean, y pondremos nuestra confianza en los hombres y nuestros afectos se desviarán del verdadero propósito del culto. No debemos permitir que la frialdad resfríe nuestro amor por nuestro Redentor. Si hemos de tener comunión con él, siempre debemos tenerlo frente a
nosotros, y tratarlo como un Amigo honorable, dándole el primer lugar en nuestros afectos. {Hijos e Hijas de Dios, p. 29} El verdadero culto consiste en trabajar junto con Cristo. Las oraciones, la exhortación y la plática son frutos baratos, que frecuentemente se hallan relacionados; pero los frutos que se manifiestan en buenas obras, en cuidar al necesitado, al huérfano, a la viuda, son frutos genuinos, y crecen naturalmente en un árbol bueno.—The Review and Herald, 16 de agosto de 1881. {Servicio Cristiano, p. 122}

Preparado y escrito por © Jonathan Gallagher 2020
Traducción: Shelly Barrios De Ávila

IA Para Docentes
0 comments… add one

Leave a Comment

This site uses Akismet to reduce spam. Learn how your comment data is processed.