Jonathan Gallagher Lección 3 “Las raíces del descontento” 3cer Trimestre del 2021

3.La raíz de la inquietud(3T 2021—Descanso en Cristo)

Textos bíblicos: Mateo 10:34–39; Lucas 12:13–21; Filipenses 2:5–8; Lucas 22:14–30; Mateo 23:1–13; Juan 3:16.

Citas
• Saber que estamos cumpliendo el propósito de Dios es lo único que realmente le da descanso al inquieto corazón humano. Chuck Colson
• No podía evitarlo: la inquietud estaba en mi naturaleza; a veces me agitaba hasta el dolor. Charlotte Brontë, Jane Eyre
• Todos ellos tenían una inquietud en común. John Steinbeck, East of Eden
• El egoísmo no es vivir como uno quiere, sinoexigirle a los demás que vivan como uno quiere. Oscar Wilde
• Casi todas las acciones pecaminosas que se han cometido se deben a un motivo egoísta. Es un rasgo que odiamos en otras personas pero que justificamos en nosotros mismos. Stephen Kendrick
• El ensimismamiento en todas sus formas mata la empatía, por no decir que la compasión también. Cuando nos centramos en nosotros mismos, nuestro mundo se contrae, ya que nuestros problemas y preocupaciones ocupan un lugar preponderante. Pero cuando nos centramos en los demás, nuestro mundo se expande. Nuestros propios problemas se desplazan a la periferia de la mente y parecen más pequeños, y aumentamos nuestra capacidad de conexión o de acción compasiva. Daniel Goleman

 

Para debatir
¿Por qué Jesús, y su misión, fueron tan divisivos? ¿Cómo podemos vernos realmente a nosotros mismos y a nuestros problemas? ¿De qué manera nuestros conceptos de Dios alimentan nuestra sensación de inquietud? ¿Cómo podemos permitir que Dios nos dé la misma actitud humilde y desinteresada de Jesús? ¿Cuál es el verdadero problema de pensar en nosotros mismos en primer lugar? ¿Cómo definirías el problema de fondo?

 

Resumen bíblico
Jesús habla de la división que trae su mensaje, que es como una espada, no la paz. Concluye diciendo: “Si tratan de salvar su vida, la perderán, pero si pierden su vida por causa de mí, la salvarán”. Mateo 10:39 VBL. Lucas 12:13-21 es la parábola de Jesús sobre el hombre que se enriqueció y construyó graneros más grandes, pero no era rico para con Dios. En cambio, debemos tener la misma actitud que Jesús, que se despojó de sí mismo y vino humildemente en forma humana (Filipenses 2:5-8). Lucas 22:14-30 es el relato de la Última Cena y la discusión de los discípulos sobre quién era el más grande. Jesús señala el egoísmo pecaminoso como la raíz de nuestra inquietud y maldad cuando habla sin rodeos a los escribas y fariseos en Mateo 23:1- 13. Santiago escribe: “Dondequiera haya celos y ambición egoísta, también habrá confusión y todo tipo de prácticas malas” Santiago 3:16 VBL.

 

Comentario
La raíz de la inquietud es parte de nuestra relación quebrantada con Dios; la sensación que tenemos de separación y pérdida; el reconocimiento de que no somos las personas que debíamos ser. La razón por la que no podemos descansar de verdad es porque estamos en conflicto: el conflicto interno con nosotros mismos, y con los demás, a causa de nuestra pecaminosidad. Como escribió Agustín de Hipona en sus Confesiones “Nos has hecho para ti, Señor, y nuestro corazón está inquieto hasta que encuentre su descanso en ti”. Siempre estaremos inquietos, tratando de encontrar alguna solución a ese sentimiento constante, hasta que aceptemos que somos seres pecadores y egocéntricos. Encontramos las respuestas en hacer de Dios y de los demás nuestro centro de atención, y no nosotros mismos.
El pecado es egoísmo, es anarquía (1 Juan 3:4), es amarnos a nosotros mismos más que amar a Dios y sus principios de verdad y justicia. Nosotros, como los fariseos, podemos obsesionarnos con asegurarnos de no romper las reglas como forma de ser buenos. Pero esta actitud realmente se interpone en el camino de lo que Dios quiere hacer. Esforzarse por la obediencia técnica mientras se quiere seguir el propio camino hace difícil que Dios intervenga y ayude. Porque los santurrones no ven la necesidad de ninguna ayuda. Porque, como dijo Jesús con tanta precisión a los que se consideraban justos, no vino a llamar a los justos, sino a los pecadores, al arrepentimiento. La tragedia es que todos somos pecadores, pero algunos no lo reconocen.
Dios no se preocupa por el pecado como una “ofensa” hacia él, sino porque sabe lo que el pecado hará: matarnos. Dios no se complace en la muerte de los malvados, sino que quiere salvara todos sus hijos. Por supuesto, si elegimos seguir nuestro propio camino de rechazo a Dios, entonces nuestro Dios amante de la libertad nos permitirá nuestra elección. Pero no antes de darnos muchas advertencias, y decirnos a dónde nos llevará nuestra elección. Cuando llegue el final para sus hijos rebeldes no arrepentidos, morirán, y Dios llorará por cada uno que pierda. Dios quiere más que nada eliminar nuestra pecaminosidad. “Jesús vino a quitar los pecados, y en él no hay pecado” (1 Juan 3:5 VBL). Al morir, Jesús, que se hizo pecado quien no conoció pecado (ver 2 Corintios 5:21), es nuestro Salvador sanador y vivificador. Mediante el poder transformador de Dios somos hechos nuevos. Entonces, ¿por qué querríamos volver a la vida del pecado y la muerte? Hemos sido creados de nuevo. Entonces, ¿por qué querríamos volver a una vida de pecado?. La actitud de anarquía, que es el verdadero carácter del anticristo, no tiene lugar en la vida del verdadero hijo de Dios. La anarquía no es simplemente el rechazo de las reglas de la ley, sino el Dios de la ley que comparte con nosotros lo que es mejor para nosotros. Dios no es un aguafiestas que quiere apartarnos de todo lo bueno, como lo insinuó el Diablo en el jardín (ver Génesis 3:5). Más bien, la ley se nos da para ayudarnos a entender lo que es verdaderamente bueno para nosotros: es el mejor consejo de Dios para nosotros. Jesús viene a responder a la difamación de Dios por parte del Diablo, a contrarrestar la tergiversación de lo que realmente es bueno, y a exponer todo el esquema demoníaco que convierte la mentira en verdad y la verdad en mentira. “Por eso vino el Hijo de Dios, para destruir lo que el diablo ha hecho”. (1 Juan 3:8 VBL).
El espíritu de rebelión sin ley que ha sido tan engañoso y confuso será finalmente revelado para que nadie tenga duda de su verdadero carácter. El pecado se muestra como lo que es: un egoísmo totalmente destructivo. El Diablo incluso se transforma en un ángel de luz (2 Corintios 11:14), el último gran truco que engaña a todos los que no conocen a Dios como realmente es.

 

Comentarios de Elena de White
Es triste estar descontento con lo que nos rodea o con las circunstancias que nos han colocado donde nuestros deberes parecen humildes e intrascendentes. Los deberes personales y humildes son desagradables para usted; y está inquieta, ansiosa e insatisfecha. Todo esto brota del egoísmo. Piensa en usted misma más de lo que otros piensan en su persona. Usted se ama más de lo que ama a sus padres, hermanas y hermano, y más de lo que ama a Dios. {Testimonios para la Iglesia, Tomo 3, p, 366} Si os volvéis inquietos, como Abraham y Sara, y elaboráis vuestros propios planes para hacer cumplir las promesas de Dios, las cosas que consideráis deseables según vuestros propios caminos e ideas, descubrirán que éstas resultarán en tristeza, miseria y pecado. {2MR 336-7}.

Preparado y escrito por © Jonathan Gallagher 2021
Traducido por: Shelly Barrios De Ávila

Radio Adventista
1 comment… add one
  • Feliz sábado y bendiciones, quiero aprovechar para agradecerles y felicitarles por los aportes que nos ayudan a entender mejor la lección, tengo varios años de apoyarme en el repaso y estudio que uds hacen. Me parecen maravillosas las citas, el comentario y el uso del espíritu de profecía. Sigan adelante, por mi parte siempre les leeré para entender mas

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