2. La lección de la Historia de Moisés(4T 2021—La Verdad Presente, en Deuteronomio)
Textos Bíblicos: Deuteronomio1–3;Éxodo 32:29–32;Números 14; Efe. 3:10;Gén. 15:1–16;Juan 14:9; 1 Corintios 10:3, 4.
Citas
• Dejamos nuestrohogar hace cuarenta años. A pesar de los eventos infelices que enfrentamos allí, nos fuimos porque nuestra fe lo permitió, porque nuestra fe en el Señor nos enseñó que encontraríamos un nuevo lugar, un lugar para construir un cielo en la tierra. La guerra se libró en nuestra casa cuando nos fuimos. Muchos, muchos inocentes murieron. Para vivir, la gente mataba y era asesinada. En el libro de Deuteronomio, Moisés le recuerda a su pueblo la promesa hecha a sus antepasados con respecto a la tierra de Canaán. Él entrega la ley, enseñándoles cómo ganar una vida de victoria en la tierra prometida. Dijeron: “Jehová, que todos los enemigos de Jehová enfrenten este mismo fin. No los compadezcas ni les ofrezcas promesas, solo aniquílalos a todos.” Ysin embargo, Jesús enseñó el amor y la paz. Repito: los que quedaron en nuestra ciudad natal tenían alma, al igual que nosotros. Somosnosotros los que debemosarrepentirnos primero. Hwang Sok-yong
• El objetivo de Dios en la historia ha sido la creación de una comunidad inclusiva de personas amorosas con Dios mismo en el corazón de esta comunidad como su Sustentador principal y el Habitante más glorioso. Dallas Willard
• Dios nos da la historia de su pueblo. Jennifer Rothschild
• Las lágrimas de Dios son el sentido de la historia. Nicholas Wolterstorff
• La historia es una historia escrita por el dedo de Dios. C. S. Lewis
Para debatir
¿Cómo debían responder los israelitas al recuento de su historia que hizo Moisés? ¿Es cierto que lo único que aprendemos de la historia es que no aprendemos de la historia? ¿Por qué Israel cometió tantos errores en su relación con Dios? ¿Cuáles fueron las causas subyacentes? ¿Cómo vamos a responder a esta narrativa histórica? ¿Qué lecciones aprendemos? ¿Cómo se ve Dios?
Resumen Bíblico
“Estas son las palabras que Moisés dirigió a todo Israel… Moisés les declaró a los israelitas todo lo que el Señor les había ordenado por medio de él.”Deut. 1:1, 3 NVI. Moisés les recordó a los israelitas lo sucedido mientras viajaban por el desierto de camino a Canaán. (Deuteronomio 1–3). Pero esto no era una lección de historia. La finalidad era repetir el llamado de Dios a su pueblo, para que volvieran a Él.Éxod. 32:29–32 nos habla de las repercusiones después de que los israelitas adoraron al becerro de oro. Números 14 relata la rebelión de Israel, queriendo regresar a Egipto después del informe de los diez espías. La experiencia de Israel fue una demostración incluso para los que estaban en el cielo (Efe. 3:10). Gén. 15:1–16 registra el pacto de Dios con Abraham. “El que me ha visto a mí ha visto al Padre.” John 14:9 NVI. Pablo señala que todos los israelitas comían el mismo pan y bebida espiritual, pero que Dios no estaba complacido con la mayoría de ellos(1 Corintios 10:3, 4).
Comentario
Cuando Moisés les dio este resumen de la historia a los israelitas, esto fue mucho más que una lección de libro de texto. Estaba tratando de recordarles todo lo que Dios había hecho por ellos como evidencia de que debían seguir creyendo y confiando en él. De manera más significativa, identificó a Dios como un padre: como protector, cuidador, proveedor, tutor, guía y maestro. “El Señor su Dios marcha al frente y peleará por ustedes, como vieron que lo hizo en Egipto. y en el desierto. Por todo el camino que han recorrido, hasta llegar a este lugar, ustedes han visto cómo el Señor su Dios los ha guiado, como lo hace un padre con su hijo”. Deuteronomio 1:30, 31 NVI.
Escuché una gran historia de una señora que asistió a un encuentroen un campamento. Allí conoció a alguien cuya primera pregunta fue “Entonces, ¿cuál es tu historia?” Admitió que la pregunta la “desconcertó”, ya que no estaba segura si le preguntaban sobre lo que le había sucedido ese día, o sobre su visión particular de algún evento específico, o toda la historia de su vida, ¿o qué? Hablamos sobre cómo podríamos haber respondido a esa pregunta durante algún tiempo, y fue interesante explorar algunas de las posibles respuestas. De hecho, el eslogan del viaje se convirtió en: “Entonces, ¿cuál es tu historia?” ¡Se aplica en muchas situaciones!. Todos tienen una historia que contar. Por eso nos gusta leer biografías, escuchar relatos personales, ¡incluso ver telenovelas! Se tratan de historias en la vida de las personas, y queremos saber sobre ellas por lo que podríamos aprender por nosotros mismos, qué lecciones podríamos sacar de ellas. De hecho, la mayor parte de lo que nos gusta leer, ver y escuchar son historias, ya sean libros, películas, obras de teatro, blogs, anécdotas o lo que sea.
También la Biblia. Gran parte de ella se presenta en forma de historias, para que podamos descubrir las experiencias de otros y, con suerte, sacar algunas lecciones que podamos aplicar a nosotros mismos. La gente ha tratado de dejar constancia de lo que cree que son los tipos básicos de historias. ¡El número de “historias arquetípicas” varía de uno a sesenta! Pero es cierto que la mayoría de las historias encajan en algún tipo de “marco estándar”, y las historias de la Biblia también siguen un patrón similar. “El chico local hace el bien” (José en Egipto), “La búsqueda” (Abraham se dirige a la Tierra Prometida), “La superestrella abandona el estilo de vida rico por una causa noble” (Moisés), “El político tramposo obtiene lo que se merece” (Amán), “Clérigo en un escándalo de crucero” (Jonás), “El ídolo de la gente tiene pies de barro” (Sansón), etc. Dios sabe muy bien que aprendemos mejor a través de historias, por lo que, en lugar de simplemente proporcionar la verdad proposicional, demuestra e ilustra a través de la narrativa bíblica. Además, en la mayoría de los lugares, somos nosotros los que decidimos la moraleja de la historia…
Comentario de Elena de White
El cristiano que acepta la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad, observará la historia bíblica en su verdadera perspectiva. El pasado—la historia de la dispensación judaica desde el principio hasta el fin—, en vez de ser calificado despectiva y burlonamente como la “edad oscura”, revelará luz y más luz a medida que se lo estudie.{CT 329.3} La historia bíblica sostiene el corazón que desmaya con la esperanza de la misericordia divina. No necesitamos desesperarnos cuando vemos que otros lucharon con desalientos semejantes a los nuestros, cayeron en tentaciones como nosotros, y sin embargo recobraron sus fuerzas y recibieron bendición de Dios. Las palabras de la inspiración consuelan y alientan al alma que yerra. Aunque los patriarcas y los apóstoles estuvieron sujetos a las flaquezas humanas, por la fe obtuvieron buen renombre, pelearon sus batallas con la fuerza del Señor y vencieron gloriosamente. Así también podemos nosotros confiar en la virtud del sacrificio expiatorio y ser vencedores en el nombre de Jesús.—Joyas de los Testimonios 1:439, 440, 443. {CV 368.6}.
Empezando con Moisés, alfa de la historia bíblica, Cristo expuso en todas las Escrituras las cosas concernientes a él. Si se hubiese dado a conocer primero, el corazón de ellos habría quedado satisfecho. En la plenitud de su gozo, no habrían deseado más. Pero era necesario que comprendiesen el testimonio que le daban los símbolos y las profecías del Antiguo Testamento. Su fe debía establecerse sobre éstas. Cristo no realizó ningún milagro para convencerlos, sino que su primera obra consistió en explicar las Escrituras. Ellos habían considerado su muerte como la destrucción de todas sus esperanzas. Ahora les demostró por los profetas que era la evidencia más categórica para su fe. {DTG 739.3}
Preparado y escrito por © Jonathan Gallagher 2021
Traducido por: Shelly Barrios De Ávila