Lección 2. La cuestión central: Amor o egoísmo (2T 2024 El Gran Conflicto)
Textos bíblicos:Lucas19:41–44; Mateo 23:37, 38; Heb. 11:35–38; Apoc. 2:10; Hechos 2:44–47; Juan13:35, Is. 41:10.
Citas
• El egoísmo no es vivir como uno desea vivir, es pedir a los demás que vivan
como uno desea vivir. Oscar Wilde
• Para ser felices, no debemos preocuparnos demasiado por los demás. Albert
Camus
• Las personas intensamente egoístas son siempre muy decididas en cuanto a lo que desean. No malgastan sus energías en considerar el bien de los demás. Ouida,
“Wanda, Condesa von Szalras”
• Alguien que te quiere de verdad nunca esperará que renuncies a tus metas, sueños o ambiciones. Te animará, no te frenará. Anthon St. Maarten
• Hay tres tipos de amor: altruista, mutuo y egoísta. El amor desinteresado es el más elevado; el amante sólo se preocupa del bienestar de la persona amada y no se preocupa de sus propios sufrimientos. En el amor mutuo, el amante no sólo desea la felicidad de su amada, sino que también tiene en cuenta su propia felicidad. Es intermedio. El amor egoísta es el más bajo. Sólo mira por su propia felicidad, sin importar si el amado sufre o no. Ramakrishna
• Las personas egoístas son incapaces de amar a los demás, pero tampoco son
capaces de amarse a sí mismas. Erich Fromm
Para debatir
Amor o egoísmo: ¿es ésta realmente la cuestión central de la gran controversia?
Muchos tienen otros puntos de vista… ¿Cómo demuestra Dios que es amoroso y no
egoísta? Por el contrario, ¿cómo demuestra el Diablo su motivación? ¿Por qué es esto tan importante en el contexto de la gran controversia? ¿Cómo podemos adoptar esta perspectiva y aplicarla a nuestras vidas?
Resumen bíblico
Lucas 19:41-44 y Mateo 23:37, 38 describen a Jesús llorando sobre Jerusalén, cómo quería tomar a la gente bajo sus alas pero ellos se negaron. Los seguidores de Jesús estaban dispuestos a ser perseguidos porque buscaban “una resurrección mejor”. Heb. 11:35-38. Apoc. 2:10 promete la recompensa a los perseguidos. “Todos los creyentes estaban juntos y compartían todo lo que tenían”. Hechos. 2:44-47. “Si os amáis unos a otros demostraréis a todos que sois mis discípulos”. Juan 13:35. En Is. 41:10 Dios nos dice que no tengamos miedo porque él estará con nosotros.
Comentario
El título de este estudio resume muy bien la cuestión fundamental de la gran controversia. ¿En qué se basa el universo de Dios, cuál es el principio básico? En lugar de decir que la gran controversia es sobre si se puede cumplir la ley o no, seguramente es mucho más significativo examinar la forma en que Dios se relaciona con todos los seres pensantes del universo: ¿es desde una perspectiva de amor o de egoísmo? Cuando miramos a Jesús, que revela al Padre, no vemos ningún elemento de egoísmo.
Sus motivos fueron siempre de amor, preocupándose por todos los que le rodeaban. La perspectiva primordial de Dios es siempre velar por las necesidades de los demás, no por las suyas propias.
El fundamento de la fe es el Dios en el que crees. Muchas de las discusiones sobre
religión tienen esto como objetivo oculto: si Dios es como se describe, y está tan
implicado con nosotros como afirma, entonces es esencial una respuesta por nuestra parte.
No es de extrañar que muchos descarten a Dios porque no quieren esa relación en sus vidas, rechazando a un Padre que busca una relación con cada uno de nosotros. Si la creación de nuestro mundo fue parte de las respuestas de Dios a las cuestiones de la gran controversia, entonces la creencia en que Dios es amoroso y compasivo es sin duda la cuestión principal que hay que decidir.
Incluso en los tiempos del Antiguo Testamento, la cuestión no era la ley, sino la fe, es decir, la confianza en un Dios digno de confianza. Sólo si consideramos que la gran controversia versa sobre la naturaleza y el carácter de Dios, podrá ser útil para nuestra vida actual. Estamos hechos para ser libres. Dios valora la libertad por encima de todo, en el centro de la gran controversia. Trágicamente estamos esclavizados y encadenados por el egoísmo y el mal que nos impiden alcanzar lo que somos y lo que deberíamos ser. Sólo el Hijo puede liberarnos, ¡y entonces sí que somos libres! Puesto que los conceptos de la naturaleza y el carácter de Dios están en el centro del conflicto cósmico, ¿es siquiera probable que tengamos una comprensión correcta de Dios? ¿No necesitamos revisar nuestra imagen de Dios y preguntarnos si lo que creemos sobre Dios es realmente cierto? ¿Cómo podemos evaluar visiones contradictorias de Dios? Porque si aceptamos que el Diablo ha sido muy eficaz en difamar a Dios, ¡también nosotros podemos estar aferrándonos a ideas falsas que se originaron con el Acusador!
Tras ser invitado a llevar a cabo una serie evangelística en Brasil, decidí que mi título para todo el programa sería“Hablando bien de Dios”. Una empresa de televisión local pidió entrevistarme y me cuestionó un título tan “obvio”: ¿no quiere todo el mundo hablar bien de Dios? Así que puse algunos ejemplos de cómo no hablamos bien de Dios: el Padre ejecutando al Hijo en la cruz; el tormento eterno en el infierno, etc. Cómo Dios es visto como vengativo y exigente, hostil y cruel. El entrevistador sonrió y dijo: “¡Ahora lo entiendo!”.
En una ocasión estuve en México. Un entrevistador de radio me preguntó cuál era
realmente el sentido de mi predicación. Lo entendió rápidamente: “así que tu principal objetivo es ayudar a la gente a tener otra visión de Dios, ¿verdad?”. Interesante: si los medios de comunicación laicos lo entienden, ¿por qué no los demás? Porque la cuestión central es el tipo de Dios en el que crees…
Comentarios de Elena de White
Satanás se esfuerza siempre en presentar de un modo falso el carácter de Dios, la
naturaleza del pecado y las verdaderas consecuencias que tendrá la gran controversia. Sus sofismas debilitan el sentimiento de obligación para con la ley divina y dan a los hombres libertad para pecar. Al mismo tiempo les hace aceptar falsas ideas acerca de Dios, de suerte que le miran con temor y odio más bien que con amor. Atribuye al Creador la crueldad inherente a su propio carácter, la incorpora en sistemas religiosos y le da expresión en diversas formas de culto. Sucede así que las inteligencias de los hombres son cegadas y Satanás se vale de ellos como de sus agentes para hacer la guerra a Dios.
Debido a conceptos erróneos de los atributos de Dios, las naciones paganas fueron
inducidas a creer que los sacrificios humanos eran necesarios para asegurarse el favor divino; y perpetráronse horrendas crueldades bajo las diversas formas de la idolatría. {El Conflicto de los Siglos, p. 556}
Mediante la iluminación del Espíritu Santo, las escenas de la lucha secular entre el
bien y el mal fueron reveladas a quien escribe estas páginas. En una y otra ocasión se me permitió contemplar las peripecias de la gran lucha secular entre Cristo, Príncipe de la vida, Autor de nuestra salvación, y Satanás, príncipe del mal, autor del pecado y primer transgresor de la santa ley de Dios… Desarrollar las escenas de la gran lucha entre la verdad y el error; descubrir las tretas de Satanás y los medios de resistirle con éxito; presentar una solución satisfactoria del gran problema del mal, derramando luz sobre el origen y el fin del pecado en forma tal que la justicia y benevolencia de Dios en sus relaciones con sus criaturas queden plenamente manifiestas; y hacer patente el carácter sagrado e inmutable de su ley: tal es el objeto de esta obra. Que por su influencia muchos se libren del poder de las tinieblas y sean hechos “aptos para participar de la suerte de los santos en luz”, para la gloria de Aquel que nos amó y se dio a sí mismo por nosotros, tal es la ferviente oración de la autora {El Conflicto de los Siglos, p. 14, 15}
Y a medida que los años de la eternidad transcurran, traerán consigo revelaciones más ricas y aún más gloriosas respecto de Dios y de Cristo. Así como el conocimiento es progresivo, así también el amor, la reverencia y la dicha irán en aumento. Cuanto más sepan los hombres acerca de Dios, tanto más admirarán su carácter.{El Conflicto de los Siglos, p. 657}
Preparado y escrito por: © Jonathan Gallagher 2024
Traducción: Shelly Barrios De Ávila