12. El Sello de Dios y la Marca de la Bestia: Parte 2 (2T 2023—Tres mensajes cósmicos)
Textos bíblicos:Apoc. 12:6, 14; Dan. 7:25; 2 Tes. 2:3, 4; Deut. 6:8; Deut. 11:18; Éxod. 20:8–11; Apoc. 7:2, 3.
Citas
• Un sello se define como un instrumento de sellado; lo que “es usado por individuos, cuerpos corporativos y estados, para hacer impresiones en cera, sobre instrumentos de escritura, como evidencia de su autenticidad”. La palabra original en este pasaje se define como “un sello, es decir, un anillo de sello; una marca, sello, insignia; una señal, una prenda”. Entre las significaciones del verbo están las siguientes: “Asegurar a alguien para asegurarse; poner un sello o marca en algo en señal de que es genuino o aprobado; atestiguar, confirmar, establecer, distinguir por una marca”. Al comparar Génesis 17:11 con Romanos 4:11, y Apocalipsis 7:3 con Ezequiel 9:4, en relación con la definición anterior, el lector verá que las palabras señal, sello y marca se utilizan en la Biblia como términos sinónimos. El sello de Dios, tal como se presenta en nuestro texto, debe aplicarse a los siervos de Dios. No debemos suponer, por supuesto, que en este caso se trata de una marca literal que se hace en la carne, sino que se trata de alguna
institución u observancia que tiene una referencia especial a Dios, que servirá como “marca de distinción” entre los adoradores de Dios y los que no son en verdad sus siervos, aunque profesen seguirlo. Urías Smith
• Un sello no se pone a la ligera en nada. Cuando los siervos de Dios son sellados con su sello, significa que Él los acepta como su propio acto y obra. Son obra suya, creados en Cristo Jesús. No hay ningún hilo de invención humana en el vestido de justicia con el que están revestidos. Saben que no se bastan a sí mismos para nada, sino que Cristo es hecho para ellos sabiduría y justicia y santificación y redención. Se han sometido a la justicia de Dios, y están completos en Él. 17. E.J. Waggoner
Para debatir
¿Por qué es necesario este “sello” y “marca” para distinguir entre lo bueno y lo malo?
¿En qué se basa esta separación? ¿Cómo podemos evitar trivializar la diferencia y mostrar la profundidad de esta separación basada en seguir a Jesús o inclinarse ante Satanás? ¿Qué aspectos de la gran controversia se ilustran aquí? ¿Cuál es la mejor manera de “imitar a Cristo”?
Resumen bíblico
En Apoc. 12:6, 14 se describe a la mujer que huye al desierto donde Dios la cuida,
protegida de la serpiente. El cuerno que surge después habla contra el Altísimo (Dan. 7:25). El hombre sin ley es el enemigo de Dios (2 Tes. 2:3, 4). Dios dice a los israelitas que se aten sus leyes en las manos y en la frente (Dt. 6:8; 11:18). Éxodo 20:8-11 es el mandamiento del sábado. Apoc. 7:2, 3 describe el sello de Dios.
Comentario
Es interesante que en el CD ROM de los escritos de los pioneros adventistas, la frase “sello de Dios” aparece 222 veces, mientras que “marca de la bestia” aparece 863 veces. Desde una perspectiva cuantitativa parece entonces que la marca de la bestia tiene mayor importancia para los adventistas que el sello de Dios.
La verdadera diferencia entre los dos sellos o marcas es la lealtad. ¿A quién sigue
usted? ¿Qué sistema aceptas? ¿De quién es la verdad que usted cree? El Fin es todo acerca de la separación a lo largo de estas líneas. Ovejas y cabras. El trigo y la cizaña. O, más concretamente, la red que atrapó toda clase de peces. “Los peces buenos fueron puestos en cestas mientras que los malos fueron tirados”. (Mateo 13: 48). La separación se basa en lo que son. Así también en la parábola de la separación en Mateo 25. El proceso de poner a las ovejas en un lado y a los cabritos en el otro se debe a sus respectivas naturalezas, que son evidentes por lo que han hecho. Las acciones de los buenos se basan en motivos altruistas por
los pobres y necesitados. Los malos probablemente habrían actuado adecuadamente si hubieran pensado que estaban sirviendo a Jesús, pero no lo vieron en los pobres y necesitados. Al final sólo hay dos grupos de personas: las ovejas y las cabras. Las ovejas han hecho todo lo posible por el Rey sin buscar ninguna recompensa. Se han preparado para la llegada del Rey. Las cabras no han hecho nada por su Rey y han confiado en sí mismas, sin hacer preparativos. Las cabras, los malvados, se pierden; pero las ovejas, los justos que se prepararon,
reciben la vida eterna. Cuando se trata de entender el “sello de Dios”, es exactamente lo que han hecho las “ovejas”. En la “Imitación de Cristo” de Thomas à Kempis, el objetivo supremo es ser exactamente como Cristo como nuestro ejemplo. Pero aunque ciertamente debemos prestar mucha atención a lo que Jesús dijo e hizo, no estaba diciendo que “si yo puedo hacerlo, tú puedes
hacerlo”. Esta salvación por seguir el ejemplo es peligrosa, ya que nos remite a nuestras propias obras, y valida nuestra salvación por logros en lugar de por medio del Salvador. Debemos seguir al Maestro, no tratar de copiarlo exactamente. ¿Y cómo podríamos hacerlo, ya que él es Dios? Aunque tenemos el mismo acceso al poder de Dios, ¿se supone que debemos imitar el ministerio de Jesús? Esto parece casi una blasfemia si pretendemos hacerlo nosotros mismos. Sin embargo,
no hay límite a lo que podemos lograr si le entregamos las cosas a Dios, el que nos da el poder de pensar y hacer.
Nuestro papel es revelar al Salvador, no tratar de asumir ese papel por nosotros mismos. Ciertamente, tenemos que ser mucho más activos, demostrando la verdad sobre Dios en lugar de limitarnos a hablar de ella. Pero el elemento clave es la confianza, y la fiabilidad. Al final, Jesús renunció a lo milagroso, porque no le aportó la confianza reflexiva que deseaba. Del mismo modo, debemos mostrar en nuestras vidas el tipo de personas que somos como resultado de nuestra experiencia y confianza en Dios, no por ningún gran milagro que podamos señalar. La confirmación no es porque sea asombrosa, sino porque es verdadera. El resultado de que vivamos como Cristo será que los demás lo vean. “Debes dejar que tu luz brille delante de todos para que vean las cosas buenas que haces y alaben a tu Padre celestial”, dice Jesús (Mat. 5:16). No necesitas promover el cristianismo cuando lo vives. Con demasiada frecuencia pensamos que necesitamos una estrategia de marketing o un enfoque de relaciones públicas cuando se trata de compartir las buenas noticias. Pero la mejor manera de
convencer a los demás es a través de la demostración, no de los argumentos. Si realmente vivimos para Cristo, esto se verá en la forma en que nos comportamos y tratamos a los demás. “Predica siempre el Evangelio, y si es necesario, usa palabras.”
Comentarios de Elena de White
Que todos estudien el carácter que Dios acepta, tal como se representa en el capítulo veinticinco de Mateo. Si esta representación no educa a los hombres y a las mujeres, ¿qué puede hacer la obra que debe hacerse por el alma? Observa la división que se hace entre los representados por las ovejas y las cabras, y observa las palabras que deciden para siempre el destino de las dos clases. Escuchad, vosotros que tenéis oídos para oír y entendimiento para comprender. Escuchad las palabras del Maestro: [Mateo 25:31-40, citado] {ManuscriptReleases, Vol 15. P. 112.3} El echar la red es la predicación del Evangelio. Esto reúne en la iglesia tanto a buenos como a malos. Cuando se complete la misión del Evangelio, el juicio realizará la obra de separación. Tanto la parábola de la cizaña como la de la red enseñan claramente que no hay un tiempo en el cual todos los malos se volverán a Dios. El trigo y la cizaña crecen juntos hasta la cosecha. Los buenos y los malos peces son llevados juntamente a la orilla para efectuar una separación final. {Palabras de Vida del Gran Maestro, p. 93} La red del Evangelio no prende sólo peces buenos, sino también malos, y solamente el Señor conoce a los suyos. {Consejos para la Iglesia, p. 432}
Preparado y escrito por © Jonathan Gallagher 2023
Traducción: Shelly Barrios De Ávila
