Jonathan Gallagher Leccion 11. El reino de Dios (2T 2015 – El libro de Lucas)

Leccion 11. El reino de Dios (2T 2015 – El libro de Lucas)

Textos bíblicos: Lucas 11:2; Lucas 1:32, 33; 18:16–30; Lucas 17:23, 24; Apocalipsis
21:1–3; Lucas 21:34–36.

Citas
• Ellos dicen que quieren el reino / Pero no quieren a Dios en él. U2, The Wanderer
• El reino de Dios es para los quebrantados de corazón. Fred Rogers
• El único sentido de la vida consiste en ayudar a establecer el reino de Dios; y esto
sólo puede hacerse mediante el reconocimiento y la profesión de la verdad por
parte de cada uno de nosotros. Leo Nikolaevich Tolstoi
• Si sólo tuviéramos ojos para ver, oídos para oír e ingenio para entender,
sabríamos que el Reino de Dios en el sentido de la santidad, la bondad, la belleza
está tan cerca como respirar y está pidiendo a gritos nacer en nosotros y en el
mundo; sabríamos que el Reino de Dios es de lo que todos nosotros tenemos
hambre por sobre todas las cosas, incluso sin conocer su nombre o sin que nos
demos cuenta de qué nos estamos murieron de hambre. El Reino de Dios es de
donde vienen nuestros mejores sueños y nuestras oraciones más verdaderas.
Vislumbramos esos momentos donde somos mejores de lo que somos y más
sabios de lo que sabemos. Damos un vistazo al reino cuando en algún momento
de crisis parece llegar a nosotros una fortaleza que es más grande que nuestra
propia fuerza. El Reino de Dios es a donde pertenecemos. Es el hogar, y no
importa si nos damos cuenta de ello o no, creo que todos sentimos nostalgia de él.
Frederick Buechner

Para debatir
¿Por qué Jesús eligió utilizar el término “reino de Dios”? ¿Cuáles son sus
diferentes significados? ¿Cuál es nuestro papel en el reino de Dios? ¿Cómo se comportan
los habitantes del reino de Dios? En un mundo que tiene muy pocos reinos, ¿cómo
podemos explicar el reino de Dios? ¿Qué clase de rey es él?

Resumen bíblico
Jesús nos enseñó a orar por la venida del reino de Dios (Lucas 11:2). El
reino de Jesús nunca llegará a su fin (Lucas 1:32, 33). Los habitantes del reino de Dios
son como niños y a los ricos les cuesta entrar (Lucas 18:16-30). La llegada final del reino
de Dios será muy visible (Lucas 17:23, 24). Apocalipsis 21:1-3 nos dice: “Vi un cielo
nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya
no existía más. Y yo, Juan, vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de
Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido. Y oí una gran voz del cielo que
decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos
serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios.” Debemos velar y estar
preparados para el reino de Dios (Lucas 21:34-36).

Comentario
Jesús describe el reino de Dios como un reino muy diferente al mundo en que
vivimos. Sus valores se invierten; sus principios son contrarios; en comparación con
nuestro mundo, el reino de Dios es un “espejo de la tierra.” Jesús pone de cabeza nuestros
sistemas de valores, y todo lo que este mundo considera importante se invierte en el reino
de Dios. Las prioridades cambian y la “realidad” parece estar al revés. Sin embargo, esta
es la “realidad real” según Jesús. Somos nosotros los que han estado viviendo en un
mundo al revés.
Sin embargo, los espejos no sólo invierten. También nos muestran cómo somos y
señalan lo que somos. Ellos revelan ante nuestros ojos lo que está realmente allí, no lo
que nos gustaría que estuviera allí. Si no nos tomamos el tiempo para mirarnos en el
espejo, entonces no podríamos vernos a nosotros mismos…
En su sermón del monte, Jesús explicó cómo es esta tierra- espejo, donde los
valores son muy diferentes a los que esperamos. Las bienaventuranzas nos revelan
quienes son verdaderamente bendecidos (felices), ya que su estado actual se revertirá, etc.
Un espejo que nos muestra la verdadera naturaleza del reino de Dios. Recordemos
también el comentario de Jesús al final: “Mi reino no es de este mundo.”
Porque los primeros serán los últimos, y los últimos serán los primeros. El
orgulloso será humillado, el humilde será ensalzado. Los que tratan de salvar sus vidas la
perderán. En estos “dichos revertidos” Jesús habla de los opuestos y antítesis de la
opinión popular, especialmente de la religión. Nos muestra que la popularidad y los
logros ante los ojos del mundo son muy insignificantes ante los ojos de Dios. En sus
parábolas, por ejemplo, la del fariseo y el publicano, o la del buen samaritano, Jesús
revela que él está en desacuerdo con la forma en que el mundo ve las cosas…
“Oísteis que fue dicho… pero yo os digo…” Jesús le habla a su audiencia,
extendiendo y ampliando los mandamientos anteriores, demostrando el verdadero
significado que hay detrás de ellos. Él dice: “Buscad primeramente el reino de Dios,” en
otras palabras, debemos establecer el orden de prioridades de acuerdo con el espejo de la
tierra de Dios.
Porque en verdad y en realidad, somos nosotros los que vivimos en el espejo, en
el lado contrario y opuesto de la realidad de las cosas. Vivimos en un mundo en el que se
ha pervertido el sistema de valores de Dios y cómo deberían ser las cosas. Nosotros
somos el mundo “anti-materia,” el anti-Dios, somos lo contrario de lo que Dios quiere. Al
regresar a lo que es verdaderamente real, somos el ejemplo, los actores en el teatro del
universo, los habitantes del reino de Dios.

Comentarios de Elena de White
El Maestro del cielo, nada menos que el Hijo de Dios, vino al mundo para revelar
el carácter del Padre a los hombres, para que le adoren en espíritu y en verdad. Cristo
reveló a los hombres el hecho de que la estricta adherencia a las ceremonias y las formas
no los salvarían, porque el reino de Dios es espiritual en su naturaleza. Cristo vino al
mundo para sembrar la verdad… Él tenía las llaves de todos los tesoros de la sabiduría, y
era capaz de abrir las puertas a la ciencia, y revelar los depósitos sin descubrir del
conocimiento, si hubieran sido esenciales para la salvación. Presentó a los hombres lo
que era exactamente contrario a las representaciones que el enemigo hacía respecto al
carácter de Dios, y trató de convencer a los hombres del amor paternal del Padre, que
“tanto amó al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree
no se pierda, mas tenga vida eterna” {Christian Education, p. 74}
El Señor Jesucristo es el autor de nuestro ser y es también el autor de nuestra
redención, y todo aquel que quiera entrar en el reino de Dios desarrollará un carácter que
reproducirá el carácter de Dios. {La Maravillosa Gracia de Dios, p. 246}

escuela sabatica texas usaPreparado y escrito por: © Jonathan Gallagher 2015
Traducción: Shelly Barrios De Ávila

Radio Adventista
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