Jonathan Gallagher Lección 11 “El cristiano y el trabajo” 4to Trimestre del 2020

Leccion 11. El cristiano y el trabajo(4T 2020— La educación)Textos Bíblicos: Génesis 3:19, Deuteronomio 16:15, Éxodo 25:10–30:38, Gal. 5:22–26,
Eclesiastés 9:10, 1 Corintios 10:31, 15:58.
Citas
• El único trabajo cristiano es un buen trabajo, bien hecho. Dorothy L. Sayers
• Lee la Biblia. Trabaja duro y honestamente. Y no te quejes. Billy Graham
• Lo que Dios quiere es nuestro mejor trabajo, no la escoria de nuestro agotamiento. Creo que Dios debe preferir la calidad a la cantidad. George Macdonald
• No se hace un buen trabajo en ningún sitio sin la ayuda del Padre de las Luces. C.S. Lewis
• Las tentaciones que acompañan a la jornada laboral serán conquistadas sobre la base de la comunión matutina con Dios. Las decisiones, exigidas por el trabajo, se hacen más fáciles y sencillas cuando se toman no en el temor de los hombres, sino sólo a los ojos de Dios. Él quiere darnos hoy el poder que necesitamos para nuestro trabajo. Dietrich Bonhoeffer
• Privados de un trabajo significativo, los hombres y mujeres pierden su razón de ser, se vuelven locos de remate. Fiodor Dostoievski

Para debatir
¿Cómo afecta lo que creemos la forma en que actuamos? ¿Qué tiene que ver el cristiano y el trabajo con la educación? ¿Cómo relacionamos nuestras convicciones cristianas con nuestra carrera profesional? ¿Qué sucede cuando nuestro trabajo no se ajusta a nuestras expectativas? ¿Qué debería guiarnos en la forma en que expresamos nuestras creencias en el lugar de trabajo? ¿Cómo podemos representar mejor el carácter de Dios en nuestro trabajo?

Resumen bíblico
Una de las consecuencias de la Caída fue que el trabajo se volvió tedioso (Génesis 3:19). Dios promete bendecir nuestro trabajo (Deuteronomio 16:15). Éxodo 25:10-30:38 detalla el trabajo que implicaba hacer el Tabernáculo. El fruto del Espíritu se describe en Gálatas 5:22-26. “Hagas lo que hagas, hazlo con todas sus fuerzas, porque cuando vayas al sepulcro no habrá más trabajo, ni pensamiento; no habrá más conocimiento,ni sabiduría”. Eclesiastés. 9:10 VBL. Todo lo que hagamos debe ser para la gloria de Dios (1 Corintios 10:31). “Sean fuertes, permanezcan firmes, haciendo todo lo que puedan por la obra del Señor, pues saben que ninguna cosa que hagan por él es en vano “. 1 Cor 15:58 VBL.

Comentario
A menudo se argumenta que la razón para obtener una buena educación es que brinda oportunidades de obtener un mejor trabajo. Sin duda, la educación es importante para el trabajo, pero ese no debería ser el objetivo principal. La verdadera educación es ayudar a facilitar el desarrollo de nuestras facultades para que podamos desarrollar todo nuestro potencial. Gran parte de esto se relaciona con el aspecto espiritual, donde a medida que aprendemos sobre Dios entramos en una relación más cercana y profunda con un Sermaravilloso y amoroso. Cuando de trabajar se trata, lo que creemos debe jugar un papel vital en lo que hacemos y cómo lo hacemos. Cuando consideramos “el cristiano y el trabajo” estamos viendo cómo nos  relacionamos con el trabajo, y con las relaciones en el trabajo. En todas estas áreas nuestras convicciones sobre Dios se evidencian enforma práctica. En nuestras mentes a menudo relacionamos el trabajo y la labor con requisitos desagradables. Trabajamos duro para poder hacer lo que realmente queremos: ¡irnosde vacaciones! Entonces, ¿es el trabajo un mal necesario? ¿O es algo que nos quita tiempo y nos impide hacer lo que preferimos? ¿Cómo refleja nuestro trabajo nuestras creencias y cómo es esta parte de nuestro testimonio ante el universo? El cielo ha sido tradicionalmente equiparado con el descanso eterno. ¿Pero es esta una propuesta atractiva? ¿Qué pasa con aquellos que realmente disfrutan de su trabajo, y encuentran gran satisfacción en lo que hacen? Hay una necesidad de reequilibrar nuestras ideas tanto del trabajo en esta vida, como de lo que nos ocupará en el más allá. ¿Cómo es Dios el Señor de nuestro trabajo? ¿Le importa el trabajo que hacemos, o es nuestra actitud hacia el trabajo lo que es más importante? Parecería que con la perspectiva correcta podemos “trabajar para Dios a través de nuestro trabajo” y revelar el tipo de Dios que conocemos. Aunque todo trabajo contiene elementos “aburridos”, reconocer cómo el trabajo puede ser tanto satisfactorio para nosotros como útil para los demás es un aspecto importante de la verdadera fe. ¿Qué hay de las cuestiones relacionadas con los sindicatos? Podemos tener puntos de vista divergentes, ¿estamos del lado de los “jefes” o de los “trabajadores”? Reconocer cómo esos debates han afectado la historia – ¡Pensemos en Marx/Engels, por ejemplo! ¿Qué tiene de malo el comunismo? ¡¿O se torna el tema demasiado político?! ¿Cómo se aplica aquí la parábola de los talentos (Mateo 25)? ¿Qué había de malo en que el sirviente escondiera el dinero del amo? ¿No era eso simplemente una buena salvaguarda? ¿Qué hay de la respuesta del sirviente de que sabía que el amo era un hombre duro? ¿Es una buena representación de la naturaleza de Dios, o dice más sobre la naturaleza y la actitud de un sirviente? Veamos cómo nuestra respuesta a tales preguntas también contribuye a responder a las cuestiones en gran controversia, y si nos vemos como amigos de Dios o simplemente como sus siervos, o sus “empleados”. Por mucho que trabajemos aquí para cumplir nuestros sueños, necesitamos tener en cuenta lo eterno que se encuentra más allá de tal transitoriedad. Nuestro trabajo debe centrarse en algo más que en complacernos a nosotros mismos en ese sentido egocéntrico. ¿Qué ganará el hombre…? Sólo cuando nos situamos en el flujo del propósito de Dios, trabajando juntos por cosas de verdadero valor, encontramos verdadera satisfacción y placer en nuestro trabajo. Ninguno de nosotros quiere pensar que ha vivido en vano, y sin embargo a menudo ponemos nuestro valor en cosas que no satisfacen y trabajamos por lo que no es pan. Sólo cuando Dios esté en el centro de nuestra misión de vida, descubriremos que él es el Señor de nuestro trabajo.

Comentarios de Elena de White
A cada hombre le ha sido dada su obra; a nadie se disculpa. Cada uno tiene una parte que hacer, según su capacidad; y al que presenta la verdad le incumbe desentrañar cuidadosamente y con oración la capacidad de todos los que aceptan la verdad y luego instruirlos y conducirlos paso a paso, dejándoles sentir la carga de responsabilidad de hacer la obra que Dios les reserva que recae sobre ellos. Se debe insistir una y otra vez acerca del hecho de que nadie podrá resistir  a la tentación, responder al propósito de Dios, y vivir la vida de un cristiano, a menos que asuma su obra, sea grande o pequeña, y haga ese trabajo con fidelidad consciente. A todos les corresponde cierta obra además de ir a la iglesia y escuchar la Palabra de Dios. Deben practicar la verdad oída llevando a cabo sus principios en su vida diaria. Deben trabajar constantemente para Cristo, no por motivos egoístas, sino con el deseo sincero de glorificar a Aquel que hizo todo sacrificio para salvar al hombre de la ruina. {Testimonios para la Iglesia, Tomo 4, p. 390} En cada negocio, un cristiano será justamente lo que desea que sus hermanos piensen que él es. Su conducta está regida por principios fundamentales. No finge, y por lo tanto no tiene nada que ocultar, nada de qué pedir disculpas. Puede ser criticado, puede ser probado, pero su inquebrantable integridad brillará como oro puro. Es una bendición para todos aquellos con quienes se relaciona, porque su palabra es digna de confianza. Es un hombre que no se aprovechará de sus vecinos. Es un amigo y benefactor de todos, y sus semejantes confían en su consejo… Un hombre verdaderamente honrado nunca se aprovechará de la debilidad y la incompetencia a fin de llenar su propio bolsillo. —Carta 3, 1878. {Conducción del Niño, p. 141}

Preparado y escrito por © Jonathan Gallagher 2020
Traducción: Shelly Barrios De Ávila

Radio Adventista
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