Lección 1. La fórmula del éxito(4T 2025Lecciones de Josué acerca de la fe)
Textos bíblicos:Deut. 18:15–22; Josué 1; Heb. 6:17, 18; Ef. 6:10–18; Salmos 1:1–3; Rom. 3:31.
Citas
La gran receta del éxito es trabajar y siempre trabajar. — Leon Gambetta
Receta para el éxito: Sé cortés, prepárate para lo que se te pida, mantente ordenado, sé alegre, no seas envidioso, sé honesto contigo mismo para que lo seas con los demás, sé servicial, interésate en tu trabajo, no te compadezcas de ti mismo, elogia con rapidez, sé leal con tus amigos, evita los prejuicios, sé independiente, interésate en la política y lee los periódicos. — Bernard Baruch
Un hombre exitoso es aquel que puede construir una base firme con los ladrillos que otros le han arrojado. — David Brinkley
El éxito requiere comunicación, colaboración y, a veces, fracaso. — Jessica Alba
No hay secretos para el éxito. Es el resultado de la preparación, el trabajo duro y el aprendizaje de los fracasos. — Colin Powell
Las piedras fundamentales para un éxito equilibrado son la honestidad, el carácter, la integridad, la fe, el amor y la lealtad. —ZigZiglar
Para debatir
¿Qué aprendemos de la experiencia de Josué? ¿Cómo se refleja su formación bajo la orientación de Moisés? ¿Cuál dirías que fue el secreto del éxito de Josué? ¿Tuvo él la opción de asumir esta responsabilidad? ¿Cuáles habrían sido algunas de sus principales preocupaciones? Nosotros no estamos al mando de un ejército en batalla, entonces, ¿cómo aplicamos este estudio a nuestra vida hoy?
Resumen bíblico
Deuteronomio 18:15–22 nos habla del profeta que Dios enviará y que será como Moisés. En Josué 1 Dios le habla a Josué después de la muerte de Moisés y le promete acompañarlo mientras guía a los israelitas hacia la Tierra Prometida. Hebreos 6:17, 18 declara que lo que Dios promete, nunca se retracta. Debemos ser fuertes en el Señor y vestirnos con su armadura (ver Efesios 6:10–18). Los que hacen lo que el Señor dice son felices (ver Salmo 1:1–3). Nuestra confianza en Dios no invalida la Ley (ver Romanos 3:31).
Comentario
La única vez que hemos estudiado de manera exclusiva el libro de Josué fue en el segundo trimestre de 1995, así que sin duda es un buen momento para volver a repasarlo. Primero, un poco de contexto. La primera vez que se menciona a Josué es en Éxodo 17:9, cuando Moisés le dice que tome a algunos hombres y pelee contra los amalecitas. En Éxodo 24:13, Josué es llamado asistente de Moisés y lo acompaña al monte para encontrarse con Dios. Cuando descendieron, escucharon gritos en el campamento y Josué pensó que se trataba de una pelea, pero Moisés le dijo que era el pueblo celebrando en falso culto a un becerro idolátrico. Éxodo 32:17. “Cuando el pueblo veía que la columna de nube se detenía a la entrada del Tabernáculo, todos se levantaban y adoraban de pie junto a la entrada de sus tiendas. El Señor hablaba con Moisés cara a cara, como habla un amigo con otro; luego Moisés regresaba al campamento.
Pero su joven ayudante Josué, hijo de Nun, no se apartaba del Tabernáculo.” Éxodo 32:10, 11. Josué había sido asistente de Moisés desde joven (Números 11:28). También fue llamado Oseas (salvación) en Números 13:8, 16. Fue Moisés quien lo nombró Josué (Jehoshúa, “Dios es salvación”). Josué fue uno de los doce espías enviados a inspeccionar Canaán. Junto con Caleb trajo un informe positivo, pero los demás fueron muy negativos (Números 14:6). Como resultado, solo ellos dos de ese grupo entrarían a la tierra prometida (Números 14:30, 38; 26:65). Josué fue ordenado mediante la imposición de manos y recibió parte de la autoridad de Moisés (Números 27:18ss). Fue designado para conducir a Israel hacia la Tierra Prometida (Deuteronomio 1:38; 3:28; 31:3, 7). Entonces, ¿qué sucede con su nueva responsabilidad después de la muerte de su mentor? En las palabras de Dios a Josué, vemos cómo repite su promesa de estar con los israelitas mientras entran en Canaán. Le asegura: “Así como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré ni te abandonaré” (Josué 1:5). Lo más revelador es el mandato repetido de ser fuerte y valiente (1:6, 9, 18). ¿Significa esto que Josué necesitaba escuchar esto de manera especial? Quizá, al haber vivido tanto tiempo a la sombra de Moisés, necesitaba ánimo para asumir esta nueva y exigente tarea.
El registro de la vida de Josué es admirable. Dirigió con valentía al pueblo de Israel y siguió las instrucciones de Dios. Sin embargo, persiste la duda sobre si realmente Dios quería que Israel combatiera a sus enemigos, ya que había prometido ir delante de ellos y pelear sus batallas. Por ejemplo: “Enviaré mi terror delante de ti, y llenaré de pánico a todos los pueblos que encuentres. Haré que todos tus enemigos huyan delante de ti. Enviaré avispas delante de ti para echar de tu presencia a los heveos, cananeos e hititas.” (Éxodo 23:27, 28; ver también Deuteronomio 7:20). Elena G. de White escribe: “Él [Dios] no tenía el propósito de que [los israelitas] conquistaran la tierra prometida mediante la guerra, sino a través de la sumisión y la obediencia sin reservas a sus mandatos.” (Signsofthe Times, 2 de septiembre de 1880). También vemos en la Biblia que en muchos casos Dios mismo se encarga de derrotar al enemigo. Por ejemplo, la destrucción del ejército asirio bajo Senaquerib por un ángel del Señor (2 Reyes 19).
O cuando le dice a Josafat, rey de Judá, que no pelee contra los ejércitos de los amonitas, moabitas y los hombres del monte Seir, sino que envíe al coro y él mismo se encargará de la batalla (2 Crónicas 20). En Jueces 7, Gedeón debe reducir el número de sus hombres, y ellos no pelean, sino que hacen un gran estruendo en la noche, y Dios pone en pánico al enemigo. El punto principal es que Dios permanece con Josué e Israel mientras ocupan Canaán, y el sentido es el de un compromiso victorioso con el Señor. Tristemente, las cosas se desmoronan poco después de la muerte de Josué, por lo que quizá pueda reprochársele no haber asegurado la continuidad de la fidelidad del pueblo.
Comentarios de Elena de White
Si los hombres andan por el camino que Dios les ha señalado, tendrán un consejero cuya sabiduría está muy por encima de cualquier sabiduría humana. Josué fue un general sabio porque Dios fue su guía. La primera espada que Josué empuñó fue la espada del Espíritu, la Palabra de Dios. ¿Leerán los hombres que tienen grandes responsabilidades el primer capítulo de Josué? [Josué 1:1, 5, 7 citado.] ¿Creéis que todas estas exhortaciones se le habrían dado a Josué si no hubiese habido peligro de que cayese bajo influencias engañosas? Fue porque las influencias más fuertes iban a ponerse en contra de sus principios de justicia que el Señor, en su misericordia, le encargó que no se apartara ni a la derecha ni a la izquierda. Debía seguir un camino de estricta integridad. [Josué 1:8, 9 citado.] Si no hubiera habido peligro delante de Josué, Dios no le habría encargado una y otra vez que fuese valiente.
Pero en medio de todas sus preocupaciones, Josué tenía a su Dios para guiarlo… El Señor tiene una gran obra que hacer en nuestro mundo. A cada hombre le ha dado su obra para realizar. Pero el hombre no debe hacer del hombre su guía, no sea que sea descarriado; esto es siempre inseguro. Aunque la religión bíblica encierra los principios de la actividad en el servicio, al mismo tiempo existe la necesidad de pedir diariamente sabiduría de la Fuente de toda sabiduría. ¿Cuál fue la victoria de Josué? Meditarás en la Palabra de Dios de día y de noche. La palabra del Señor vino a Josué justo antes de que pasara el Jordán… [Josué 1:7, 8 citado.] Este fue el secreto de la victoria de Josué: hizo de Dios su Guía. {2BC 993} Con gran ansiedad y desconfianza de sí mismo, Josué había mirado la obra que le esperaba; pero Dios eliminó sus temores al asegurarle: “Como yo fuí con Moisés, seré contigo; no te dejaré, ni te desampararé… {PP54 515.1}
Preparado y escrito por: © Jonathan Gallagher 2025
Traducción: Shelly Barrios De Ávila