Leccion 1. Creó Dios (3T 2019 – A uno de estos mis hermanos más pequeños)
Textos bíblicos: Génesis 1–3, Hechos 17:28, Salmos 148, Salmos 24:1, Génesis 4:1–9, Mateo 22:37–39, Apocalipsis 14:7, Prov. 14:31.
Citas
● Si el universo es completamente autónomo, sin límites ni fronteras, tampoco tendría principio ni fin: simplemente existiría. ¿Qué lugar habría entonces para un creador? Stephen W. Hawking
● Si la Biblia se equivoca al decirnos de dónde venimos, ¿cómo podemos confiar que nos sabrá decir a dónde vamos? Justin Brown
● Gracias le doy a mi Creador por esta maravillosa vida en la que todos tenemos la oportunidad de aprender lecciones que de otro modo no podríamos comprender. Joseph B. Wirthlin
Para debatir
¿Podemos todavía tomarnos en serio el relato bíblico de la creación? ¿Acaso no lo ha refutado la ciencia? ¿Podemos encontrar alguna armonía entre la creación y la evolución? ¿Qué diferencia marca esto en nuestra visión de Dios? ¿Cómo vemos a nuestros semejantes si no aceptamos a Dios como Creador y Padre? ¿Qué impacto tiene el pensamiento evolutivo en nuestro comportamiento?
Resumen bíblico de la lección
Génesis 1-3 nos presenta el relato de la creación. Incluso los escritores paganos reconocieron al Dios Creador (Hechos 17:28). Salmos 148 es un himno de alabanza a Dios como creador de todo. “Del Señor es la tierra y todo cuanto hay en ella, el mundo y cuantos lo habitan.” Salmos 24: 1 NVI. El nacimiento de Caín se registra en Génesis 4: 1- 9. Jesús resumió los mandamientos en el amor a Dios y el amor al prójimo (Mateo 22: 37–39). Estamos llamados a adorar al Creador en Apocalipsis 14: 7. Honramos a Dios como Creador cuando mostramos bondad hacia los pobres. Prov. 14:31.
Comentario
El relato bíblico de los orígenes no es solo una opción más. Las creencias acerca de dónde venimos nos afectan muy profundamente. Incluso hoy, en una conversación casual, una de las primeras preguntas es “¿de dónde vienes? Creemos que podemos saber mucho simplemente conociendo el lugar de nacimiento y educación de una persona. Lo mismo ocurre con la forma como nos tratamos unos a otros. El creer que estamos hechos a imagen de Dios o simplemente somos descendientes de la baba primitiva hace una gran diferencia. Por ello, al estudiar el libro de Génesis, debemos recordar que esta es nuestra herencia: que somos hijos de Dios, creados por él, y no creados para esta existencia defectuosa y deficiente, sino para un mundo sin pecado, donde mora la justicia.
Jesús es Dios, y “sin él, nada de lo que existe fue hecho”. Jesús como Creador no es una perspectiva que escuchemos muy a menudo, pero sin duda es lo que Juan sugiere en las palabras de Juan, en el prólogo de su evangelio. Ya hemos notado los paralelismos entre Juan 1 y Génesis 1. Son deliberados y están llenos de significado. Sin embargo, el punto más significativo es que Génesis 1 comienza con Dios, sin debate alguno. Juan 1 comienza con la Palabra, con una afirmación similar. La pregunta en ambos casos es ¿quién es Dios? ¿Quién es este Dios creador? ¿Quién es este Jesús, el Verbo que vino a revelarlo?
El fundamento de la fe es el Dios en el que crees. Muchos de los debates que se desarrollan alrededor del Génesis guardan este aspecto como su agenda oculta, ya que si Dios es como se describe y está tan involucrado con nosotros como dice, entonces una respuesta de nuestra parte es esencial. No es de extrañar que muchos desechen al Dios de Génesis porque no quieren un Creador en sus vidas, o modifican a este Dios, asignándole el nombre de “Primera Causa” o “Relojero Ciego” o se inventan algún otro concepto que está lejos de un Padre que busque una relación con cada uno de nosotros. Nuestra familiaridad con el relato del Génesis puede llevarnos a perder el punto principal. En la descripción de la Creación vemos obrando la bondad de Dios. ¿Por qué después de la creación de cada día, Dios ve que “fue bueno” y al final “fue bueno en gran manera”? Aquí Dios suena muy auto felicitado, casi orgulloso de su trabajo creativo.
Pero por el contrario deberíamos ver a Dios identificando la buena expresión de su bondad, que no hay imperfección en sus obras y que la creación es en realidad una representación de quién es él.
El carácter de Dios está reflejado en todo lo que hace, especialmente cuando forma amorosamente la materia de la nada, y luego forma cada galaxia, estrella y planeta, y hasta a nosotros nos forma del polvo de la tierra. Génesis revela aspectos del conflicto cósmico y nos ayuda a comprender los problemas y las consecuencias. Los medios y la perfección de la creación adquieren una importancia aún mayor a medida que entendemos el trasfondo de los increíbles actos creativos de Dios.
Comentarios de Elena de White
El hogar del Edén entregado a nuestros primeros padres fue preparado por Dios mismo para ellos. Cuando lo hubo provisto con todo lo que el hombre pudiera desear, dijo: “Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza … Así que Dios creó al hombre a su imagen, a la imagen de Dios lo creó, varón y hembra los creó.” Aquí se nos ha revelado la verdad sobre el origen del hombre. Estas palabras demuestran cuán falsa es la invención de Satanás, – tan reiterada por el hombre – de que la raza humana se ha desarrollado, etapa por etapa, desde el orden más bajo de los animales. Este es uno de los engaños mediante los cuales Satanás busca rebajar ante nuestros ojos
de la gran obra de la creación de Dios.
Dios dijo: “Hagamos al hombre a nuestra imagen”. Dio a la obra de sus manos no solo una forma que se parece a la suya, sino una mente capaz de comprender las cosas divinas. Su comprensión, su memoria, su imaginación, cada facultad de la mente del hombre, reflejaba la imagen de Dios. En su disposición y corazón el hombre estaba calificado para recibir instrucción celestial. Poseía un entendimiento correcto, un verdadero conocimiento de su Creador, de sí mismo, de su deber, de sus obligaciones con respecto a la ley de Dios. Su juicio era incorrupto, imparcial y dispuesto a la obediencia y al afecto, regulado según la razón y la verdad. El ser humano era capaz de disfrutar al
máximo la capacidad de los buenos dones de Dios. Todo lo que miraba se transportaba a sus sentidos; cada sonido era como música en sus oídos. Sin embargo, no fue puesto más allá del alcance de la tentación. Era el representante de la raza humana, un agente moral libre. {YI, 10 de agosto de 1899}
Todas las cosas buenas de la tierra fueron colocadas aquí por la mano generosa de Dios, y son la expresión de su amor para con el hombre. Los pobres le pertenecen y la causa de la religión es suya. El oro y la plata pertenecen al Señor; él podría, si quisiera, hacerlos llover del cielo. Pero ha preferido hacer del hombre su mayordomo, confiándole bienes, no para que los vaya acumulando, sino para que los emplee haciendo bien a otros. {Consejos Sobre Mayordomía Cristiana, p. 171}
Preparado y escrito por: © Jonathan Gallagher 2019
Traducción: Shelly Barrios De Ávila