El enemigo quiere separarnos de DIOS. Es la única alternativa que tiene para conseguir alguna victoria. Para eso, recurre a la ruptura de confianza en DIOS. Nos juzgamos tan pecadores a veces, que consideramos que nunca más seremos aceptados por DIOS. O, en el otro extremo, nos encontramos tan despreocupados con los pecados que acariciamos, aquellos que ya no nos incomodan, que pensamos que ellos no necesitan ser abandonados. Por una u otra vía, estamos siendo separados de DIOS. O sea, por un lado hay pecados que nos asustan demasiado, y por otro hay pecados que no nos preocupan.
Agradesco a Dios por todos ustedes
que hacen possible este estudio para aquellos que lo necessitamos gracias y vendiciones