Algunas personas tienen problemas incluso para procesar el hecho de que hay un Dios. Honestamente sienten que su realidad consiste sólo en el mundo material y natural en el que viven. Lo sobrenatural no existe, cuando se adopta esta visión atea del mundo. Sin embargo, a la gente se le da poca o ninguna explicación sólida de cómo nuestro mundo o el universo llegó a existir. Sólo que lo hizo… de alguna manera por sí mismo.
Reconocer una fuente divina para nuestra realidad, sin embargo, al menos nos permite una explicación para muchas de las preguntas que la humanidad ha hecho. Como por ejemplo cómo comenzó la vida, por qué estamos aquí, y qué nos pasa cuando nos vamos.
Cuando das un paso más y aceptas la cosmovisión bíblica, te permite acercarte aún más a ver el mundo a través del filtro de Dios. Hay una constante en la que podemos confiar razonablemente. Y es la palabra de Dios.
Sin embargo, tenga en cuenta que la Biblia no es perfecta. Después de todo, ha sido escrita y entregada a nosotros a través de humanos imperfectos. Pero, en general, es uno de nuestros mejores vínculos con Dios.
Desde este punto de vista bíblico, no sólo reconocemos que Dios existe, sino que también participa íntimamente en la vida que estamos viviendo ahora.