
Ha habido malentendidos acerca de las palabras griegas para amor: ágape y phileo. Se ha pensado que el amor ágape es exclusivo de Dios y el amor fileo es sólo entre humanos, una especie de amor fraternal. Pero en realidad, en la Biblia se usan indistintamente, dependiendo de la situación.
Por ejemplo, Pablo en 2 Timoteo 4:10 usa el amor ágape para describir a un apóstol que lo abandonó porque “amaba” al mundo. También Jesús, hablando a sus discípulos, dijo en Juan 16:27, “porque el Padre mismo os ama, porque vosotros me habéis amado”. En ambas ocasiones la palabra amor en este versículo es fileo.
Saber que el amor de Dios no es unilateral (unilateral) y es profundamente relacional, ya sea dentro de la Divinidad o entre Sus seres creados, nos ayuda a comprender por qué la palabra “amor” se expresa bíblicamente en todas sus diversas formas y usos.
Es importante saber la clase de amor que el Padre tiene por nosotros. Aunque es incondicional e inmerecido, requiere acciones específicas de nuestra parte para cosechar todos los beneficios de una relación de amor más cercana y de pacto con Él.



