Debemos entender por lo que pasó Cristo al venir a esta tierra a morir por nosotros. Su vida de crisol en la tierra se aprecia más cuando reflexionamos sobre…
- Sus primeros años de dificultades físicas y sociales cuando era un bebé y un niño (domingo)
- Su vida adulta de ministerio, incluyendo el rechazo de los que vino a salvar (lunes)
- Su lucha mental y espiritual para someterse a la voluntad del Padre en el Huerto de Getsemaní (martes)
- la inmensa angustia de ser separado de Dios mientras moría en la cruz (miércoles)
- la recompensa de la vida eterna que ganó para todos nosotros (jueves)
Durante todo el tiempo que hemos estudiado lo que se necesita para sobrevivir a un crisol, hemos visto a Cristo como una fuente de fortaleza, con su ejemplo de perfecta humildad, paciencia y sumisión. Necesitamos toda la energía positiva y la esperanza que podamos reunir centrándonos en el amor supremo del Señor por nuestro planeta.
Al examinar los acontecimientos de su vida en la tierra y el crisol extremo que sólo le pertenecía a Él, nos fortalecemos en nuestra lucha por recuperar lo que se perdió por el pecado y la degradación. Nos eleva el saber que Su pureza y amor son lo suficientemente fuertes para vernos en nuestros momentos más difíciles.
Texto de memoria: “Hacia la hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo: “Elí, Elí, ¿lama sabactani?”, es decir, “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”. Mateo 27:46 LBLA
Biblia Estándar Cristiana: “A eso de las tres de la tarde, Jesús gritó con gran voz: ‘Elí, Elí, ¿lama sabactani? ‘ es decir, ‘Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?’ “