¿Cómo recibimos la ciudadanía en el Reino inquebrantable de Dios? Descubrimos algunas claves de este logro en la lección de esta semana, que nos dice…
- Qué ocurre en el Monte Sión, y quiénes estarán allí (domingo)
- Por qué el juicio es una buena noticia para los creyentes (lunes)
- Cómo y por qué son sacudidos los cielos y la tierra (martes)
- Qué y quiénes no pueden ser sacudidos (miércoles)
- Qué tipo de culto es apropiado para un Dios tan benévolo y poderoso (jueves)
Encontramos al final de Hebreos 12, palabras que dicen a los hebreos lo que Dios espera de sus seguidores. El premio final del que Pablo les ha llamado a ser conscientes se describe en términos gloriosos, junto con su necesidad de aferrarse a su fe sólo un poco más. Habrá un gran regocijo en el Reino de Dios cuando el Día del Señor finalmente llegue y se presenten victoriosos ante el trono de Dios.
Texto de memoria: “Por lo tanto, ya que estamos recibiendo un reino que no puede ser sacudido, tengamos gracia, por la cual podamos servir a Dios aceptablemente con reverencia y temor piadoso”. Hebreos 12:28 LBLA
En Hebreos 12:22-24 vemos a Jesús retratado en toda su gloria real; una gran compañía de ángeles lo asiste. Se le llama el Mediador de un nuevo pacto, lo que nos recuerda su condición de Sumo Sacerdote también allí. Y en el centro de esta gloriosa escena está Dios, el Juez de todos, llamando la atención sobre el propósito de esta asamblea.
Lo tranquilizador de esta imagen es la declaración de que el Reino de Dios es inconmovible, junto con los que han elegido adorar y servir al Creador. La forma en que le sirvamos ahora determinará si le servimos en el Reino de arriba, en la Nueva Jerusalén.
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