Escuela Sabática VIVA. Lección 12 – Las recompensas de la fidelidad – Sábado 25 de Marzo 2023

Esta semana exploraremos estos temas:

  • Domingo: ¿Cuál es nuestra recompensa por la fidelidad?
  • Lunes: ¿Cómo tenemos vida eterna?
  • Martes: ¿Cómo será la Nueva Jerusalén?
  • Miércoles: ¿Qué podemos aprender de la parábola de los talentos? ¿Qué podemos aprender de la parábola de los talentos?
  • Jueves: ¿Cómo peleamos la buena batalla de la fe?

Un versículo que puede confundir a algunas personas es Apocalipsis 22:12, donde Jesús dice: “He aquí yo vengo pronto, y mi recompensa conmigo, para recompensar a cada uno según su obra”. Hay una recompensa preparada para nosotros cuando el Señor regrese, como se promete muchas veces en la Biblia (Juan 14:1-3).

La mayoría de nosotros podemos estar de acuerdo en que nuestras obras no ganarán esta recompensa, pero evidentemente las obras juegan un papel en que la recibamos. Nuestra última lección de este trimestre nos ayudará a comprender qué parte tiene nuestra fiel mayordomía en nuestra recompensa final y celestial.

Se anima a los seguidores de Cristo a que muestren al mundo un estilo de vida moderado, marcado por la autodisciplina, el contentamiento y la generosidad, todos ellos distintivos de una buena mayordomía. Todo ello es fruto de nuestra relación con el Maestro. Todos estos atributos se desarrollan cuanto más conocemos a Dios. Son dones que sólo vienen de Él.

Pero el mayor regalo está aún por llegar. Una tierra hecha nueva, sin el dolor y el sufrimiento tan frecuentes en nuestro planeta pecador. Esta es la recompensa que más anhelamos.

Hebreos 11:6 dice que Dios es “galardonador de los que le buscan con diligencia”. Parece que nuestra recompensa es el resultado de buscar y conocer a Cristo. Después de todo, Jesús es el “autor y consumador de nuestra fe” (Hebreos 12:2). Él nos proporciona la fe que necesitamos ahora para soportar las pruebas en esta tierra y, al final, recompensará nuestra fe acogiéndonos en la tierra nueva.

La muerte de Jesús en la cruz hace posible nuestra recompensa. Si fuera algo que pudiéramos ganar, Él no habría tenido necesidad de morir por nosotros. Jesús quiere que sepamos que hay una recompensa. En las Bienaventuranzas, dijo de los que son perseguidos que tendrán una recompensa en el cielo (Mateo 5:12). Qué consuelo saber que nuestra fidelidad será recompensada por Aquel que nos ama lo suficiente como para morir por nosotros.

Radio Adventista
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