Nehemías fue responsable de su pueblo ante el rey de Persia, pero por encima de él ante Dios. Era celoso, valiente, persistente e incansable en su trabajo. Valientemente resistió las grandes presiones de sus enemigos, denunció y eliminó la laxitud moral de los líderes de su pueblo. Utilizó con éxito sus talentos gerenciales para lograr sus objetivos: la construcción del muro de Jerusalén y el fortalecimiento espiritual y moral de su pueblo.
Escuela Sabática VIVA. Leccion 11 – “Un pueblo reincidente” – Sábado 14 de Diciembre
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