Estar atrapado en las alas de las águilas es una imagen vívida de Dios que nos permite superar todas nuestras dificultades. La liberación de los hebreos de la esclavitud debe haberse sentido como si se estuvieran levantando sobre las alas seguras de un águila.
Sin embargo, observe dónde los llevó Dios por primera vez en alas de águila. El versículo dice: “y te traje a Mí”. Primero, deben venir a Él. Es solo cuando viajamos en compañía de Dios que podemos llegar a nuestro destino de una Tierra Prometida como Canaán.
Dios siempre toma la iniciativa en nuestra relación. Incluso en el Jardín del Edén, fue Dios quien fue a buscar a la pareja culpable. Él anhela llevarnos a cada uno de nosotros con nuestras imperfecciones y convertirnos en un tesoro especial y valioso. Solo podemos hacer esto viniendo a Él para descansar (Mateo 11:28-29). Su yugo es fácil, y los hijos de Israel pronto descubrirían qué era ese “yugo” y lo que su obediencia a él podría hacer por ellos.