Para desvelar el misterio de cómo Babilonia llegó a ser tan poderosa, debemos remontarnos al emplazamiento original de la antigua ciudad, la torre de Babel. Génesis 11 cuenta la historia de cómo su orgullo se apoderó de ellos después del diluvio, y con el fin de “hacerse un nombre” para sí mismos, y supuestamente salvarse en caso de otro diluvio (que Dios había prometido que nunca sucedería, por cierto), se dedicaron a la construcción de una torre enormemente alta. Esto llevó a un estado de confusión, con sus lenguas misteriosamente mezcladas. Sin una comunicación adecuada, la construcción de la torre tuvo que detenerse.
La Babilonia espiritual, de la que se habla en el Apocalipsis, representa por tanto una religión basada en el orgullo humano, que conduce a ideas, creencias y tradiciones humanas, en lugar de la palabra de Dios. Como implican los nombres de Babel y Babilonia, este falso sistema religioso conduce a la confusión a gran escala.
En lugar de confiar en la simple palabra de Dios, en Cristo, la Cabeza de la iglesia, confían en las tradiciones y falsas prácticas de la iglesia. Satanás debe estar ciertamente complacido de que sus artimañas engañosas se hayan infiltrado tan total y fácilmente en la iglesia de Dios, y que la gente quede confundida sobre qué creer.
Ya que estamos llamados a mantenernos alejados de esta falsa iglesia llamada Babilonia, con todas sus confusas doctrinas, necesitamos saber tanto como sea posible acerca de ella. Una cosa a tener en cuenta es cómo se gobernaba la antigua Babilonia. Funcionaba con un rey que hablaba en nombre de los dioses. En otras palabras, su gobierno y religión estaban estrechamente conectados. La Babilonia espiritual funcionará de manera similar, con un líder espiritual que afirma hablar en nombre de Dios, trabajando estrechamente con los gobiernos mundanos para hacer cumplir sus leyes.
La verdadera iglesia de Cristo, construida sobre la Roca, tiene un fundamento sólido basado en la palabra de Dios (en oposición a la tradición) y es guiada por el Espíritu Santo (en oposición a un papa o cualquier otro líder humano). Se nos ha invitado a entregar nuestras vidas a Cristo y a seguir únicamente su palabra. Se necesitan líderes, pero sólo son humanos, como nosotros. Escuchar al Espíritu de Dios a través de Su palabra, la Biblia, facilitará nuestra elección.