Isaías 42 destaca a otro Siervo, mencionado en capítulos anteriores (en Isaías 9:6, 7 y en el capítulo 11). Se habla de este Siervo como un individuo, en lugar de una nación. En los primeros siete versículos del capítulo 42 se nos proporciona más información sobre su papel y su carácter.
He aquí algunas de sus cualidades y logros:
- Defiende la justicia para todos. (Isaías 42:1)
- Trabaja tranquila y pacíficamente para lograr sus propósitos. (Isaías 42:2, 3)
- Desempeña un papel clave en el pacto que Dios tiene con su pueblo. (Isaías 42:6)
- Sirve a los afligidos y oprimidos dondequiera que los encuentre. (Isaías 42:7)
Mateo cita estos versículos de Isaías 42 que hablan de este Siervo, conocido como el Mesías, y los relaciona con Jesús. Véase Mateo 12:15-21. Mateo y todos los discípulos vieron el cumplimiento de estos versículos en la vida de Jesús. Esto les dio el valor y la convicción de seguir a Jesús durante su ministerio.
Isaías habla una y otra vez del siervo de Dios, Israel, y de su siervo Jesús en los dos capítulos siguientes. Pero en Isaías 44:26, se presenta otro siervo. En el versículo 28, incluso se le llama pastor, y en Isaías 45:1, se le llama Su ungido.
Lo más sorprendente de todo es que Isaías identifica a este siervo por su nombre como Ciro, y predice que construirá Jerusalén (Isaías 44:28). Como sabemos, el rey persa Ciro fue responsable en gran parte de la repoblación y reconstrucción de Jerusalén, pero esto ocurrió unos ciento cincuenta años después de Isaías.
Esto ha hecho que los escépticos cuestionen la autoría de Isaías, afirmando que debió tener dos autores, y que alguien distinto de Isaías escribió la segunda mitad del libro. Los que conocen y entienden a nuestro poderoso Dios aceptan que predicciones de esta naturaleza son muy posibles, y no tienen ninguna razón para cuestionar las profecías dadas a Isaías.
Ciro resultó ser un salvador para el pueblo de Dios, pero uno sorprendente, ya que no era israelita. Sin embargo, Dios lo utilizó para una obra muy importante. Fue enviado por Dios, al igual que Moisés, para liberar a su pueblo de su largo cautiverio.
Dios utiliza todas las vías posibles para llegar a los que ama. Ciro, al igual que muchas otras personas y acontecimientos del Antiguo Testamento, prefiguró la obra de Cristo. Podemos aprender mucho de sus historias y alegrarnos de que nosotros también podemos ser siervos de Dios.
