Etimológicamente la palabra honestidad tiene origen en el latín honoris, que remite a la dignidad y el honor. Significa hablar la verdad, no omitir y no disimular. El individuo que es honesto repudia la malandragem y la inteligencia de querer tomar ventaja en todo. Son pocas las personas que se encuadran en ese perfil, pero aquellos que sean salvos necesariamente deberán corresponder a él. Ser honesto es la obediencia incondicional a las reglas morales existentes. En general, la persona honesta es “la que no miente, no hurta, no roba, vive una vida honesta para tener alegría, paz, respeto de los demás y buenas amistades. En la actualidad, el concepto de honestidad está medio distorsionado, ya que los individuos que actúan correctamente se llaman “caretas”, o son humillados por otros. El punto alto de honestidad, por definición es el honor, que es un honor principio de comportamiento del ser humano que actúa basado en valores bondadosos, como dignidad, valentía y otras características que se consideran socialmente virtuosas.
Escuela Sabática Texas USA Lección 7: “Honestidad para con Dios” Sabado 17 de febrero
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