Escuela Sabática Texas USA Lección 6: Pelea con toda la energía – Sábado 6 de Agosto de 2022

Como nos dice nuestro texto de memoria de esta semana en Colosenses 1:29, hay un esfuerzo humano para sobrevivir a nuestras duras experiencias en la vida. Nos esforzamos durante nuestros cruces. Otros versículos verifican esta lucha con las admoniciones de aferrarse al Señor (Deuteronomio 4:4), esforzarse por entrar por la puerta estrecha (Lucas 13:24), competir por el premio (1 Corintios 9:25) y resistir hasta el derramamiento de sangre, luchando contra el pecado (Hebreos 12:4).

Sin embargo, debemos recordar que nuestro poder para luchar viene de Dios. Colosenses 1:29 dice que Dios está trabajando en nosotros. Así que, aunque nos esforcemos con todo lo que tenemos, Dios es quien nos da nuestra fuerza y perseverancia. Él también está trabajando. Sea cual sea el resultado de nuestro esfuerzo, podemos saber que Dios ha visto nuestro sufrimiento, nos ha capacitado para resistirlo y nos recompensará por ello, ya sea ahora o en la eternidad.

La combinación divino-humana significa que trabajamos CON Dios. Ese reconocimiento debería hacer más ligera la carga de nuestro crisol. Dejamos que sea Él quien lleve la parte más pesada, dejándonos a nosotros el deber más liviano de seguir su ejemplo.

Aunque los sentimientos no son malos, debemos recordar que no siempre se puede confiar en ellos cuando se trata de saber lo que hay que hacer. Piensa en las experiencias de…

  • Eva (sintiéndose atraída por el fruto del árbol equivocado)-Génesis 3:6
  • David (sintiendo un deseo por Betsabé mientras se bañaba en su azotea)-2 Samuel 11:2-4
  • Pedro (sintiéndose incómodo con los gentiles cuando sus amigos circuncidados estaban cerca)-Gálatas 2:11, 12
  • Estos ejemplos nos informan del peligro de confiar únicamente en nuestros sentimientos y sentidos cuando nos enfrentamos a decisiones. Debe haber algo más que informe y guíe nuestras acciones.

La descripción de Pablo de que Cristo es la cabeza del cuerpo (Colosenses 1:18), y el consejo de que tengamos la mente de Cristo (1 Corintios 2:16), deberían decirnos algo sobre cómo saber qué hacer durante un crisol. Con la mente de Cristo, podemos desarrollar un estado mental disciplinado, que nos ayudará a sobrevivir nuestras pruebas y tentaciones.

1 Pedro 1:13 dice claramente: “Por lo tanto, ceñid los lomos de vuestra mente, sed sobrios, y descansad plenamente vuestra esperanza en la gracia que se os ha de dar en la revelación de Jesucristo”.

Sumergirnos en la palabra de Dios, permitiendo que su gracia informe nuestras acciones, es crucial para sobrevivir e incluso evitar nuestros cruces más difíciles. Sin el control de nuestra mente, somos como un barco sin timón, sacudido y girado por cada sentimiento que sopla en nuestro camino. Cristo debe tener ese control. Con Cristo como capitán de nuestro barco, llegaremos a puerto seguro.

Radio Adventista
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