Escuela Sabática Texas USA Lección 6: Cómo hallar descanso en los lazos familiares – Sábado 7 de Agosto de 2021

Imagínate el estado emocional y mental de José, desanimado, mientras viajaba con la caravana de esclavos hacia Egipto. Hasta el momento, había sido apreciado y protegido por su padre y su madre. La rivalidad entre hermanos siempre estuvo a punto de estallar en un caos familiar; pero el día en que José estuvo a punto de ser asesinado y, en cambio, vendido como esclavo, debió de sentirse como el punto más bajo de su joven vida.

De repente, José no tenía una familia que compartiera su carga, ni una red comunitaria en la que confiar. Parecía que estaba completamente abandonado a su propio futuro incierto y desafortunado. Pero a José le habían enseñado el Dios creador del universo. Las historias de fe que le contaban y repetían sus padres le animaban. Sabía que Dios seguía estando con él y que no le abandonaría, a pesar de sus difíciles circunstancias.

Algunas culturas dependen en gran medida de las decisiones individuales, y otras dependen más de la influencia de la comunidad. Es fácil dejarse llevar demasiado por una u otra opción, pero lo mejor es un equilibrio saludable. El culto corporativo es importante, pero el culto personal también es necesario para una experiencia religiosa sana que nos permita superar las pruebas y los tiempos difíciles. A veces, nos encontramos como José. Nos quedamos solos. Es en momentos como esos cuando debemos tener una experiencia personal con Dios, nuestro refugio y fortaleza.

José debió de sentirse en conflicto al crecer. Sus padres le querían abierta e incondicionalmente, haciéndole sentir valorado y digno de amor. Pero el resto de la familia era todo lo contrario. Abierta y secretamente lo desvalorizaban y despreciaban, especialmente después de que Jacob le diera a José una capa especial de muchos colores (Génesis 37:3).

Sin padres ni familia de ningún tipo en aquel viaje con la caravana de esclavos, José no tenía ningún lugar donde aparentemente buscar sus sentimientos de autoestima, excepto el miserable papel que ahora ocupaba como propiedad humana.

Nuestra cultura actual nos recomienda que saquemos nuestra autoestima del interior. Se nos dice que debemos amarnos y aceptarnos tal como somos. Sin embargo, como hijos de Dios, nuestra autoestima proviene de lo que Dios piensa de nosotros. Es importante que nos veamos como Dios nos ve. Él nos ve en toda nuestra pecaminosidad, pero lo hace con gafas teñidas de gracia. Somos tan valiosos para nuestro Padre Dios, que envió a su Hijo a morir por nosotros, a pesar de todos nuestros defectos. Nuestra verdadera autoestima no tiene precio.

Radio Adventista
0 comments… add one

Leave a Comment

This site uses Akismet to reduce spam. Learn how your comment data is processed.