José es bastante inteligente en la forma en que manejó la hambruna, como se explica en Génesis 47. Al mismo tiempo que velaba por los intereses del faraón y aumentaba su riqueza sustancialmente mientras la hambruna se prolongaba, también permitía que el hombre común tuviera una forma de mantenerse. Con el tiempo, se quedarían con las 4/5 partes de lo que pudieran producir en la tierra que, en su mayoría, pertenecería al faraón.
José también es metódico en su manejo del asentamiento de su familia en Egipto. Para ello, primero habla con el faraón y luego presenta al monarca a cinco miembros de la familia cuidadosamente elegidos. Todo esto prepararía el camino para que fueran ampliamente abastecidos y atendidos durante su estancia en Egipto.
Luego José presentó a su padre al Faraón. Aunque el Faraón era considerado el más alto sacerdote de la tierra, Jacob, un humilde extranjero, procedió a bendecir al Faraón. En ese momento, se nos muestra que Jacob, o Israel, estaba más alto que el poderoso líder de Egipto y se le dio lo mejor de la tierra mientras fuera necesario.
Cuando José se enteró de que Jacob estaba enfermo, él y sus dos hijos hicieron una visita a su padre y a su abuelo. Esto fortaleció a Jacob, haciendo que se sentara en la cama cuando llegaron (Génesis 48:1, 2). Después de saludar a José, pronunció bendiciones sobre los dos niños, Manasés y Efraín.
Parece que hay dos razones por las que estas bendiciones se registran con tanto cuidado en este capítulo. En primer lugar, ningún otro nieto recibió tales bendiciones. Esto demuestra la especial consideración que Jacob tenía por José y sus hijos. Pero también, la forma en que se entregaron las bendiciones nos recuerda tiempos similares en los que Dios bendijo al segundo, y no al primogénito. El propio Jacob había experimentado una circunstancia tan inusual, recibiendo la bendición espiritual de su padre Isaac a pesar de haber nacido en segundo lugar después de su gemelo Esaú. También Raquel era considerada superior a su hermana mayor, Lea, en lo que respecta al linaje de la familia.
Pensando que era sólo su falta de vista la causa de que Jacob prefiriera a Efraín sobre Manasés, José trató de corregir el error de su padre. Pero Jacob se negó a cambiar su bendición, confirmando que Efraín y su descendencia serían efectivamente mayores que la de su hermano.
