La relación con otras doctrinas que no son de Dios, o, que no son bíblicas, son consideradas adulterio espiritual porque no pueden venir de amor legítimo. Cuando mucho, hay una relación temporal de agradable placer ilusorio, como el que ofrece una prostituta. Esto porque no es una relación legítima de la criatura con el Creador, sino con otro ser que ni es DIOS, y que se ha entrometido en la relación de amor entre la criatura y Dios. Él es como un amante que roba la atención de una novia o de una esposa, o del novio o del marido. Y eso es adulterio, sea en la vida común, sea en la vida religiosa.
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