La tipología, un método de interpretación utilizado durante mucho tiempo por los estudiosos de la Biblia, no tiene por qué ser intimidante. Su propósito es facilitar nuestra comprensión de los eventos bíblicos para comprender y mantener. Reconocer estos tipos y antítipos, tal y como los vemos en el pasado, nos da en última instancia esperanza y confianza en los planes de Dios para Su pueblo, tanto ahora como en el futuro.
Muchos tipos en el Antiguo Testamento prefiguraron o presagiaron al Mesías. Los profetas y sus profecías antiguas eran bien conocidos por los escritores del Nuevo Testamento: el Antiguo Testamento era la única Escritura que tenían que estudiar. Afortunadamente, los escritores del Nuevo Testamento a menudo señalaban los cumplimientos antitípicos a medida que sus significados se les hacían evidentes.
Los ministerios de Moisés, Josué, Eliseo, David y otros reflejaron de alguna manera la vida, el ministerio y la muerte de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Ejemplos antiguos permitieron a los discípulos comprender y predicar la “verdad presente” a sus congregaciones sedientas (2 Pedro 1:12). Y estos descubrimientos, afortunadamente, nos permiten hoy conocer más plenamente la voluntad de Dios.




