El gran conflicto espiritual está fundamentado en los conceptos de la justicia contra el pecado. La justicia, no es apenas como un acto observado con celo, leyes establecidas para la conducta, sino como el carácter moral de la personalidad. La personalidad de Dios es holística, esto es, una totalidad perfecta y completa en todos sus atributos. (Éxodo 34:6-8)
El pecado identifica el carácter moral de Satanás como corrupto, perverso y malo (Ezequiel 28:15-17). Por tanto, el conflicto espiritual cósmico es un conflicto de personalidades de carácter moral opuestos en sus conceptos que son calificados como justos o pecaminosos, correctos o errados, buenos o malos.
Jesús, en sus batallas contra Satanás, en el gran conflicto espiritual, encuentra paralelos impresionantes en la peregrinación de los israelitas en la travesía del desierto y en la tierra de Canaán. En cuanto permanecían atentos a todas las orientaciones que procedían de la Palabra de Dios, nadie podía resistirles, más vencían todas las dificultades y derrotaban a todos sus enemigos. Cuando dejaban de dar oídos y seguir las instrucciones del Señor, sufrían las consecuencias de su confianza propia…