Una niña lloraba incesantemente en la ventana de su casa por la muerte de su mascota, con mucha tristeza observaba como el jardinero enterraba su amigo de tantos juegos, el abuelo que lo observaba se acercó le dio un abrazo y le llamo la atención a otra realidad, la tomo de la mano y la condujo a otra habitación donde estaba una ventana abrió las cortinas , y le mostro el jardín lleno de flores, entonces le dijo ves ese rosal lleno de flores, recuerdas que ayudaste a plantarlo era solo un pequeño gajo lleno de espinas y hoy esta tan lindo, la niña se limpió las lágrimas y sonrió mostrando las abejas que se posaban sobre las flores, y las mariposas que hacían fiesta entre las rosas que adornaban el jardín, el abuelo estaba satisfecho de poderla ayudado a superar ese momento tan difícil le dijo la vida siempre nos ofrece varias ventanas, cuando el paisaje de una de ellas nos causa tristeza, sin que podamos alterar el cuadro vayamos a la otra ventana y allí encontraremos un paisaje diferente.
El enfoque de la lección de esta semana es reconocer que hay rayos inesperados de esperanza a lo largo de los discursos umbríos y aparentemente interminables de los amigos de Job y de las respuestas desesperadas de él. Esta lección discurre largamente sobre estos rayos que señalan hacia la esperanza al final la razón para esa esperanza solo se puede encontrar en la resurrección de Jesús