La puerta del auto de baúl fue cerrada de manera definitiva y cruel, él podía ver todavía el cajón de pino de color claro a través de la ventana trasera, pero seguida de la gente de la funeraria arrancó el auto y partió, ella se fue. La hija que la vio nacer estaba yendo para un lugar donde tal vez nunca más podría verla, sus antejos estaban cargados de lágrimas se sentía como partido por la mitad, aunque hacía meses sabía que eses momento estaba cercano, y aunque su mente había aceptado cuando su hija oró diciendo,’ “señor déjame morir ya no tengo más fuerzas para luchar”. Una parte de él sentía alivio porque ella ya no seguiría sufriendo más, pero su corazón gritaba, no es algo tan injusto, ella es tan joven, pero su lucha contra el cáncer había terminado.
En enfoque de la lección de esta semana es, entender que tarde y temprano todos nos moriremos, y debemos comprender también, la manera en la que Dios amoroso poderoso se relaciona con el sufrimiento humano.