Aunque la mayor parte de nuestro estudio de esta semana versó sobre José, Judá también tuvo un papel importante. Fue él quien salvó la vida de José cuando lo arrojaron a un pozo. Más tarde, su familia se salvó de la hambruna, después de que José se convirtiera en gobernante en Egipto.
Sin embargo, Judá cometió un terrible error al tener un encuentro ilícito con su nuera Tamar. Pero Dios hizo que de su comportamiento impío surgiera algo bueno a través del hijo que ella dio a luz, que sería descendiente del Mesías.
Con la historia de José, se nos recuerda una y otra vez que Dios cuidará de nosotros…