La personalidad del Espíritu Santo se deriva claramente del testimonio bíblico. Así como el Padre y el Hijo, el Espíritu Santo es también un humilde servidor. Los miembros de la Trinidad, es siempre un siervo de los otros dos, y son agentes de las criaturas. Es la lógica del reino de Dios, donde la ley de tod0s es el amor; así que en ese reino todos son siervos unos de otros. El amor para ser la norma superior requiere que si toda ayuda que está disponible a la otra, si no es en nuestro mundo, donde todo el mundo, con pocas excepciones, quieren dominar sobre los demás. Podemos confiar en el Espíritu Santo como los discípulos podían contar con JESUS.
